El aceite es un producto requerido en el Tabernáculo, tanto para el encendido del candelabro como para la unción del Tabernáculo y sus utensilios. ¿Qué otros usos adicionales se le daban al aceite en tiempos antiguos? ¿Y cuál es la singularidad de la tierra de Israel que fue denominada “tierra de olivares de aceite” (Devarim, capítulo 8, versículo 8).
Una de las características de la tierra de Israel es el aceite de oliva, a diferencia de las aceitunas comestibles. Esta característica es tan importante que la Torá denomina a la tierra con el nombre de
“tierra de olivares de aceite” (Devarim, capítulo 8, versículo 8). Parece ser que la identificación de la tierra de Israel con el aceite de oliva era tan contundente, a tal punto que la Guemará en el Tratado de Nedarim (13, carilla 1) escribe que cuando una persona en la tierra de Israel mencionaba la palabra “aceite” estaba claro para todos que aludía al aceite de oliva, mientras que en Babilonia era claro que se refería a otro tipo de aceite, aceite de amapolas.
El aceite de oliva era utilizado para la comida (Iejezkel, capítulo 16, versículo 13), para untar en el cuerpo (Kohelet, capítulo 9, versículo 8), para iluminación (Shemot, capítulo 27, versículo 20, Mishná, Shabat 2,2), para unción (Vaikra, capítulo 8, versículo 12), para fines médicos (Ieshaiahu, capítulo 1, versículo 6) y para las ofrendas (los sacrificios) (Vaikra, capítulo 2, versículos 1-2). Además de ello, el material sólido que quedaba después de la producción del aceite es llamado “Guefet )Alperujo)” y era usado como un muy buen material para calefacción (Mishná, Shabat 3, 1-2). En este contexto puede comprenderse por qué había tanta demanda de aceite de oliva, que era, al parecer, el petróleo del mundo antiguo. Es interesante destacar que también en la actualidad la palabra “oil” en inglés significa tanto aceite como petróleo.
En el texto bíblico se hallan numerosos testimonios del hecho de que la tierra de Israel era una de las principales productoras de aceite de oliva en el mundo antiguo. En el libro Melajim (Reyes) se relata que a cambio de los cedros adquiridos por Shlomó a Jiram rey de Tzor para la construcción del Beit Hamikdash (Gran Templo) él le vendió una cantidad importante de aceite machacado (Melajim I, capítulo 5, versículo 25), y más tarde se relata que el reino de Israel abasteció de aceite a Egipto (Hoshea, capítulo 12, versículo 2). Además de ello, el profeta Iejezkel relata que los habitantes de Tiro compraron en la tierra de Israel aceite y bálsamo (Iejezkel, capítulo 27, versículo 17), y también en la época del retorno a Tzion los inmigrantes de Babilonia adquirieron cedros para la construcción del Beit Hamikdash a cambio de aceite de oliva (Ezra, capítulo 3, versículo 7).
Se infiere pues que el secreto de la fortaleza de la tierra en la época bíblica estaba oculto en gran parte en el aceite de oliva, el rubro económico número uno de los reinos de Iehudá e Israel.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Parashat Drajim: Mabat arjeologui vegueografi beparshiot hashavua" ("Encrucijada: una mirada arqueológica y geográfica de las secciones
semanales de la Torá") publicado por "Maguid", 2014