El acercamiento del corazón y la acción

El acercamiento del corazón y la acción

La Torá hace referencia al servicio de los “Korbanot” (sacrificios) como el punto culminante del servicio espiritual de la persona, y a pesar de ello hallamos en los conceptos de los profetas una crítica punzante sobre el servicio de los “korbanot” tal como era realizado por el pueblo de Israel, en el que no había coincidencia entre las acciones y la intención del corazón. Se supone que el servicio de los sacrificios tan esperado, debería incluir todos los componentes personales de una persona, desde la profundidad de su voluntad hasta sus actos personales.

En el servicio de los “Korbanot” hay dos peligros opuestos:

Uno es que los “Korbanot” son una clase de servicio a Dios que surge del corazón de la persona, pero a veces cuando no tiene relación alguna con sus acciones, no está necesariamente relacionado con su realidad propiamente dicha. La persona viene a ofrendar su animal, y en realidad ve en ello una expresión de su acercamiento a Dios, siente un sincero deseo de darle algo suyo a Dios. Pero la voluntad que manifiesta al traer la ofrenda, representa para él un sustituto de la tarea práctica: mientras eleva sus ofrendas de holocausto a Dios, se comporta de modo corrupto, no realiza justicia ni justicia social, y no se apiada del pobre y el carenciado, el huérfano y la viuda. Ante este fenómeno arremeten los profetas, y nos enseñan que la finalidad del vínculo con Dios, que se manifiesta por medio de los “Korbanot”, debe reflejarse también en el recorrido del camino hacia Dios, desde lo práctico-a través de la justicia social y la justicia.

Ante este peligro, asoma en el servicio de las ofrendas un peligro opuesto. El servicio divino de la persona puede remitirse a faenar a sus animales en el altar del santuario, en los canales prácticos y externos. La practicidad del servicio de las ofrendas puede tomar el centro del escenario y dejar de lado lo principal: la voluntad interior de la persona. En lugar de ser una expresión de la inspiración de la Divinidad en el pueblo de Israel, no sería más que una tarea práctica vacía de contenido que oculta un deseo alienado y distante, carente de emoción y entusiasmo interno.

El servicio de las ofrendas esperado, debería incluir todos los componentes de la personalidad de la persona, desde la profundidad de su voluntad y hasta sus acciones propiamente dichas. Este es el servicio más general-no hay un ámbito que quede fuera, no hay una parte de la persona que no se acerca a Dios con la ofrenda elevada. El “Korbán”  proviene de la voluntad interior de la persona, a partir del sentimiento de un profundo vínculo con su Dios, y junto a él aproxima también esas sensaciones, los sentimientos y los pensamientos. Por otra parte, la ofrenda no es bien recibida sino está acompañada por la interpretación práctica del vínculo entre la persona y Dios.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza de la Ieshivat Hesder "Ierujam"

 

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