El error de Iftaj

El error de Iftaj

 Iftaj es contemplado aparentemente como uno de los buenos entre los jueces, y a pesar de ello, el episodio culmina con una gran decadencia. ¿Dónde se equivocó Iftaj y dónde pecó?

 

 Iftaj es contemplado aparentemente como uno de los buenos entre los jueces, permanentemente invoca el nombre de Dios y actúa con fe. También la generación toda hizo “Teshuvá”, retornó a las fuentes del judaísmo y halló su nueva senda. Desde el aspecto exterior, en esta época fueron ordenadas las cuestiones del pueblo de la manera más clara y correcta. Y a pesar de todo, el episodio finaliza con una gran caída de Iftaj en el ámbito personal, y luego todo el pueblo es arrastrado hacia una guerra civil. El capítulo de la vida de Iftaj es similar al de Abimelej. Ambos eran hijos rechazados por las concubinas de sus padres. Los dos lograron cargos importantes en lugar de sus hermanos que eran los herederos legales. Pero Abimelej lo hizo con una alevosía asesina, derramando ríos de sangre, mientras que Iftaj retornó a su hogar y lideró a partir de la fuerza del deseo de los ancianos de Guilad y a pedido de ellos, apegado a los principios de la justicia y la ley.

Iftaj hizo todo acorde a lo que marca la ley, actuó con sabiduría y temple, fue agraciado con el espíritu del Eterno y con la ayuda celestial. A partir de su apego y entrega le hizo una promesa a Dios y esperaba su ayuda contra Bnei Amon, y efectivamente logró aniquilar la amenaza amonita. Sin embargo su destino malo lo persiguió y al regresar a su hogar descubrió que perdió a su hija, y en lugar de unir al pueblo estalló una sangrienta guerra civil.

¿Dónde se equivocó Iftaj y dónde pecó? La lucha de Iftaj por su dignidad perdida era justa y legítima. Iftaj no olvidó el acoso sufrido y no lo contempló como algo superado. Su postura intransigente se ve justificada cuando queda claro que los ancianos querían su ayuda pero no querían pagar el costo. Ellos querían que él les hiciera el trabajo negro y luego se retirara.

 

Es por ello que Iftaj no se ofreció como voluntario para luchar y salvar a Israel y lo hizo solamente después de que su estatus fuera aprobado en forma oficial. Pero aún si tenía razón, este tipo de cálculo personal debe ser dejado de lado cuando el pueblo se halla ante un inminente peligro. Su intransigencia revela que sus móviles centrales eran personales. Así es como quedó expuesta la esencia de su cargo y su misión pública fue eclipsada. Después de un tiempo, quedó claro que liberó al pueblo de un enemigo exterior pero no del afrontamiento espiritual interno y de la fragmentación nacional.


 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro “Oz Vaanavá-Iyunim beYehoshua veShoftim”, publicado por Midreshet Hagolán

 

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