El precepto de Tzedaká es uno de los más importantes en la Torá, y en referencia al mismo, nuestros Sabios expresaron: “La Tzedaká equivale a todos los preceptos”.
Es un precepto entregarle Tzedaká a todo judío que requiere de ello, como está citado: “Cuando hubiere en ti menesteroso, de uno de tus hermanos, en una de tus ciudades, en tu tierra, la que Adonai, tu Dios, te concede a ti, no habrás de endurecer tu corazón ni habrás de cerrar tu mano a tu hermano, el menesteroso. Pues abrir habrás de abrir tu mano a él, y prestar le prestarás, lo suficiente para su carencia, lo que le faltare a él” (Versículos 7-8)
Cuando observamos lo versículos en forma precisa, vemos que aquel que puede dar Tzedaká y no lo hace, además de estar dejando de lado el cumplimiento de un precepto positivo, también está cometiendo una transgresión, tal como está citado: “no habrás de endurecer tu corazón ni habrás de cerrar tu mano a tu hermano, el menesteroso” (Versículo 7).
El mandamiento de Tzedaká es uno de los más importantes de la Torá, y en referencia al mismo, nuestros Sabios expresaron que: “La Tzedaká equivale a todos los preceptos” (Baba Batra 9a). Y aquel que da Tzedaká se adhiere a la virtud de Dios, quien le da vida y sustento a sus criaturas. Y visto y considerando que la Tzedaká le agrega vida al mundo, por consiguiente, ella salva de la muerte, tal como está citado: “Mas la justicia libra de la muerte” (Mishlei, Proverbios, capítulo 10, versículo 2).
El precepto de Tzedaká no es optativo sino que es un deber que la Torá le impone a cada individuo y a toda la sociedad en general. Y su objetivo es el de ayudar y apoyar a los enfermos y ancianos, huérfanos y viudas, que no pueden mantenerse por sí mismos. Y aquel que evade el cumplimiento del deber de la Tzedaká es considerado como una persona que practica la idolatría (Baba Batra 10a) porque concilia con las carencias que hay en el mundo, al igual que los paganos, quienes no creen en la posibilidad de reparar (mejorar) el mundo. Y dijeron los Sabios: “Todo aquel que salva a un alma de Israel es considerado como si hubiera salvado a un mundo entero” Mishná Sanhedrín 4,5). Y por medio de nuestro afrontamiento de los problemas existentes en el mundo, al ayudar a los que sufren y a los que padecen, estamos mejorando el mundo y acercamos la redención. Y tal como dijeron los Sabios: “Es importante la Tzedaká porque acerca la redención”, tal como está citado: “Así dice el Señor: Cuiden el derecho y hagan justicia, porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para ser revelada” (Yeshaiahu capítulo 56, versículo 1) (Baba Batra 10a).
La tendencia de la Tzedaká es la de cooperar con el sustento de nuestros hermanos de una manera digna. Y por ello, el nivel más elevado de Tzedaká, es el de ayudar al pobre a ponerse de pie por sus propios medios, de modo que no necesite pedir Tzedaká, nunca más. Por ejemplo, el que lo ayuda al pobre a encontrar un trabajo regular o lo ayuda en el estudio de una profesión, a través de la cual pueda alcanzar un sustento digno. Y cuanto más digna sea la forma en que lo ayudamos, más elevado será el nivel de la Tzedaká.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj y Maor Horowitz, Academia Rabínica "Har Brajá".