El rechazo de una orden

El rechazo de una orden

Ioná se niega a cumplir la orden de D-s, y de todos modos, sigue vivo, ya que sus móviles eran positivos. 

El libro Ioná nos describe una realidad compleja: un profeta que se opone a la orden de D-s por causas ideológicas.

Sobre la cuestión de rechazar una profecía, los profetas ya fueron persuadidos en la Torá:

“Profeta les haré surgir a ellos de en medio de sus hermanos, igual que tú; y pondré Mis Palabras en su boca, y habrá de hablarles, todo lo que Yo le ordene. Y será que el hombre que no escuche Mis Palabras -lo que él hablare en Mi Nombre- Yo lo demandaré a él” (Devarim, Deuteronomio, capítulo 18, versículos 18-19)

Dice la Mishná en el Tratado de Sanhedrín: “Pero aquel que se niega a revelar su profecía…morirá antes de tiempo, como está citado: “Yo lo demandaré a él” (Mishná Sanhedrín 11,5)

Esta es, sin embargo, la postura de la Torá en relación a la negación de una orden, pero ¿cuál es la posición, en lo concerniente a una orden que va contra la concepción moral del profeta?

Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, traen una serie de razones para el rechazo de Ioná, todas ellas, a partir de ideales que podrían haber sido afectados,

Ioná no quería que el arrepentimiento y mejoramiento de la gente de Ninvé se volviera en contra de Israel,

No quería que Ashur se salvara, por lo que le harían a Israel en el futuro

O que el perdón a los pecadores, él lo contemplaba como una “bandera negra’.

Aparentemente, hubiéramos esperado que nada cambiara-para D-s, una orden es una orden. ¿Y quién puede decir que su ética es mejor que la de D-s?

Pero, de todas formas, Ioná sobrevive el episodio. A pesar de que básicamente, D-s no comulga con “los que rehúsan cumplir una orden Divina”, vemos que Ioná recibe la oportunidad para arrepentirse y reparar el error cometido.

Considero que podemos acordar que Ioná recibió un trato diferencial al de cualquier otro que se niega cumplir una orden de D-s, por sus móviles.

Es cierto que la palabra de D-s debe ser cumplida, sin embargo, se pude desafiar y discutir como lo hacen Iyov, Abraham, Zejariá y otros…y por ello, D-s opto por “exigirle a Ioná”, dándole una lección por un lado, y por el otro, con su perdón, tras haberse arrepentido y corregido, y cumplido su misión.

Y de todos modos, Ioná se hizo acreedor a una especie de castigo que le correspondía- el hecho que se haya secado la planta de ricino y haber llegado a estar al borde de la muerte en el calor del desierto.

Los referentes que escriben en esta sección, son miembros de la organización Najat, jóvenes amantes del Tanaj, que es la sede del centro de estudio del Tanaj para jóvenes.

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