Linea de tiempo
Ionáh
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1
La fuga de Ionáh y la tormenta
La primera misión: la fuga y su fracaso
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2
La plegaria de Ionáh desde las entrañas del pez
La primera misión: la fuga y su fracaso
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3
La Teshuvá (Retorno) de Nínive
La segunda misión: cumplimiento de la orden y queja
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4
El episodio de Kikaión y el reproche de Dios
La segunda misión: cumplimiento de la orden y queja
lior
Ionáh 1 Versículo 1
Los sabios enseñan que, cuando el texto cita el nombre de un profeta y el de su padre, es porque, ambos eran profetas. Por lo tanto, debemos suponer que, Amitai, también fue un profeta. Y, si bien no figura en los libros bíblicos ninguna profecía de Amitai, esto no debe representar un problema, pues debemos recordar que sólo fueron compiladas aquellas profecías cuyas enseñanzas eran para todas las épocas y no sólo para esa generación; tal vez, Amitai fue un profeta cuyas profecías eran sólo para la gente de aquella época y, por eso, no fueron compiladas sus profecías en la Biblia.
El nombre Yoná, en hebreo quiere decir: "paloma" Amitai proviene del vocablo hebreo: emet, que quiere decir: "Verdad". Lo que podemos deducir de esto es que el texto nos insinúa que Yoná posee una personalidad muy pura como una paloma y completamente fiel (hijo) de la verdad. Tal como comentamos en la introducción: Yoná es del estilo de profetas que, cuando Dios envía un castigo, no ruegan e imploran a Dios para que se apiade y quite este castigo del pueblo. Este tipo de profetas se guían por la verdad absoluta, y por ende no “pueden” ir en contra de sus principios. Desde el frío punto de vista de la ley y la verdad, aquel que comete una transgresión, debe pagar por su delito.
Entre los comentaristas están quienes sostienen que Yoná se contaba entre aquellos que habían subido al Templo de Jerusalem en una de las festividades de peregrinaje, y que, merced a ese alto nivel de espiritualidad que solo se vivía en el Templo y su apego a la verdad absoluta, fue allí donde se posó sobre él el espíritu de profecía y Dios le habla.
El profeta Yoná vuelve a ser mencionado en el libro de Reyes II 14:25 cuando profetiza al rey Yerobam ben Yoash, tal como dice: Él restableció la frontera de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar de Arabá, conforme a la palabra que el Señor, Dios de Israel, había hablado por medio de su siervo el profeta Yonás, hijo de Amitai, que era de Gat Jefer.
Los sabios en el Talmud de Jerusalem 65:1 sostienen que Yoná era hijo de la mujer viuda que había ocultado al profeta Eliahu y lo había alimentado cuando éste huía del rey Ajab, tal como dice en Reyes I capítulo 17
Entonces Eliahu HaTishí, que era de los moradores de Guilad, dijo a Ajab: "-Vive el Señor, Dios de Israel, delante de quien yo sirvo, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca".
Y vino a Eliahu la palabra del Señor, diciendo: -Sal de aquí y dirígete hacia el oriente, y escóndete junto al arroyo Kerit, que está al oriente del Jordán. Y beberás del arroyo, y he ordenado a los cuervos que te sustenten allí".
Él fue e hizo conforme a la palabra del Señor, fue y habitó junto al arroyo Kerit, que está al oriente del Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne al atardecer, y bebía del arroyo.Y sucedió que después de algún tiempo el arroyo se secó, porque no había caído lluvia en la tierra.Vino después a él la palabra del Señor, diciendo: "Levántate, ve a Sarefata, que pertenece a Sidón, y quédate allí; he aquí, yo he mandado a una viuda de allí que te sustente".
Él se levantó y fue aSarefata. Cuando llegó a la entrada de la ciudad, he aquí, allí estaba una viuda recogiendo leña, y la llamó y le dijo: Te ruego que me consigas un poco de agua en un vaso para que yo beba.Cuando ella iba a conseguirla, la llamó y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.Pero ella respondió: "-Vive el Señor tu Dios, que no tengo pan, sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija y estoy recogiendo unos trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y luego muramos" (pues ya no tendrán más alimento).
Entonces Eliahu le dijo: -No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el Señor mande lluvia sobre la faz de la tierra."
Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Eliahu, y ella, él y la casa de ella comieron por muchos días. La harina de la tinaja no se acabó ni se agotó el aceite de la vasija, conforme a la palabra que el Señor había hablado por medio de Eliahu.Y sucedió que después de estas cosas, se enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad fue tan grave que no quedó aliento en él.Y ella dijo a Eliahu: ¿Qué tengo que ver contigo, oh varón de Dios? Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo.Y él le respondió: Dame a tu hijo. Y él lo tomó de su regazo y lo llevó a la cámara alta donde él vivía, y lo acostó sobre su propia cama.Clamó al Señor y dijo: "Oh Señor, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo?"Entonces se tendió tres veces sobre el niño, clamó al Señor y dijo: "Oh Señor, Dios mío, te ruego que el alma de este niño vuelva a él"El Señor escuchó la voz de Eliahu, y el alma del niño volvió a él y revivió.Y Eliahu tomó al niño, lo bajó de la cámara alta a la casa y se lo dio a su madre; y Eliahu dijo: Mira, tu hijo vive.Entonces la mujer dijo a Eliahu: Ahora conozco que tú eres hombre de Dios, y que la palabra del Señor en tu boca es verdad .
Este es el niño que los sabios sostienen que al crecer se convirtió en el profeta Yoná.
Ionáh 1 Versículo 2
¿Por qué Dios envía a Yoná a Nínive?
¿Qué era Nínive?
¿Dónde quedaba?
¿Nunca antes un profeta de Israel fue enviado a otros pueblos?
¿Qué es lo que hacían la gente de Nínive? ¿Cuál era su maldad?
¿Qué es lo que debía proclamar contra ella?
Rashí sostiene que, Dios aun no le había dicho qué es lo que debía proclamar contra ella,sino que simplemente le dijo que vaya y allí le haría saber qué es lo que debía decir.
Radak explica que, por la similitud de las palabras y el estilo, se puede relacionar con lo sucedido en la generación del diluvio y la de Sodoma y Gomorra, en donde también fue destruida toda aquella gente a causa de la gravedad de sus malos actos que causaban la destrucción de la sociedad.
Otros comentaristas como Rabí Abraham ibn Ezra, sostienen que la gente de Nínive, al principio eran buenas personas, y temerosas de Dios, pero que con el tiempo se fueron denigrando y degradando hasta un punto muy bajo, es por eso que, a causa de ese buen accionar de su pasado, Dios se apiada de ellos y, antes de destruirlos les advierte y les da la posibilidad de que se vuelvan y corrijan sus acciones y de esa manera, evitar ser destruidos.
El autor del libro Meam Loez dice que, el motivo por el cual Dios envía al profeta de Israel para que encauce a la gente de Nínive, es para demostrarle a los judíos que, a pesar de que el individuo cometa una mala acción, si se arrepiente sinceramente y cambia de actitud, su arrepentimiento es aceptado por Dios y es perdonado.
El rabino Yosef Bittón, en su comentario en Halaja of the Day, explica que, Nínive (en hebreo Nínive) se encontraba a las orillas del río Tigris, donde hoy está Mosul, en Iraq.
Nínive no era una ciudad común. Fue la capital del primer imperio en la historia: Asiria, que, en el momento del profeta Yoná, estaba en su mayor apogeo y fue la ciudad más poblada del mundo durante cierto tiempo.
Las ruinas de Nínive se encuentran en las afueras de lo que hoy es la ciudad de Mosul, situada en el norte de Iraq, en la orilla oriental del río Tigris. Las excavaciones arqueológicas han demostrado el antiguo origen de la ciudad
Fue, no obstante, Senajerib, quien hizo de Nínive su nueva capital e inició una serie de proyectos de construcción a la medida de la nueva categoría de la ciudad.
La exploración moderna de Nínive se inició ya en el siglo XIX. En 1849, por ejemplo, Sir Austen Henry Layard descubrió el ‘Palacio sin Rival’ de Senajerib. Otros importantes descubrimientos arqueológicos realizados en Nínive incluyen la famosa ‘Biblioteca de Asurbanipal’ y los palacios de varios reyes asirios.
Hay algo más sobre Nínive: nuestro texto llama a Nínive ha‘ir haguedola, “lagran ciudad”. Sabemos que Nínive era una gran ciudad ya que llevaba 3 días recorrerla a pie (tal como dirá más adelante en 3:3). Pero ¿qué significa el énfasis “ la gran ciudad” ? Hoy, gracias a los descubrimientos arqueológicos modernos, que confirman una y otra vez todo lo que afirma nuestra Torá, podemos comprender mejor el significado de esta expresión.
Nínive tenía un área ¡de más de 7 km cuadrados! Para comparar recordemos que la antigua Ciudad de Jerusalem, por ejemplo, tenía un área de 0.9 kilómetros cuadrados, y Shomrón, que era más grande que Jerusalem, tenía alrededor de 1.5 kilómetros cuadrados. Además, Nínive era una megaciudad en términos de su población, como ya mencionamos.
Por lo tanto, la expresión hebrea hair haguedola no significa simplemente “una gran ciudad” sino «la ciudad más grande o más importante» del mundo. Dios no envió a Yoná a denunciar la corrupción a un pueblo pequeño. Dios lo envió a una "Nueva York" (o Paris o Londres) de aquella época.
Si bien, Nínive era la ciudad más poblada, también era la más corrupta del mundo. Y en esa gran e intimidante metrópoli, el profeta judío fue enviado por Dios, para denunciar en voz alta sus actos de corrupción y advertirles que, Dios ya no estaba dispuesto a ignorar y tolerar sus malas acciones.
¿Qué estaban haciendo mal los habitantes de Nínive? Como veremos más adelante en el capítulo 3, el texto habla del término hebreo: "jamás" . En hebreo bíblico la palabra jamás significa «corrupción»: robo, soborno, abuso, impunidad, etc.
Tal como había explicado Radak, la Torá usa esta palabra tan violenta y punzante, para describir los crímenes cometidos por la generación que mereció ser borrada con el diluvio. Nuestros rabinos observaron que, estas expresiones usadas tanto aquí como en el capítulo 3 con respecto a la iniquidad de Nínive (‘aletara‘atam, nehepejet, etc.) también nos recuerdan las expresiones usadas por la Torá en la historia de Sodoma y Gomorra. Estas sutiles referencias no dejan lugar a dudas sobre la intención Divina: Nínive, como la civilización humana en el momento del diluvio, o Sodoma y Gomorra en el tiempo de Abraham, merecía ser destruida y borrada del mapa. Ahora podemos entender mejor para qué Dios envía a Yoná a Nínive.
El profeta de Israel tenía que ir a esta metrópoli para denunciar públicamente el estado general de corrupción, transmitir la advertencia Divina y evitar así su destrucción. Yoná tenía que advertir a los habitantes de Nínive que, si no se arrepentían, la ciudad sería destruida.
Esta era la misión extremadamente difícil que le fue encomendada al profeta Yoná.
Ionáh 1 Versículo 3
¿Por qué Yoná quiere huir de la misión que Dios le encomendó y salvar a Nínive?
¿Por qué Yoná quiso escapar de su misión?
¿Por qué precisa escaparse para no ir? ¿Por qué no se quedó en donde estaba sin ir a Nínive?
¿Cómo es posible que Yoná pretenda escapar de Dios?
¿Por qué está escrito dos veces en el versículo la expresión: "huyendode ladelSeñor"?
¿Por qué está escrito tres veces en este versículo la palabra: "Tarshish"?
Daat Mikrá recalca que aquí utiliza el mismo verbo que mencionó antes en el versículo anterior, cuando Dios lo envía a Nínive, Allí le dice: Levántate, y aquí dice: se levantó Yoná, efectivamente se incorporó, pero para hacer justamente lo contrario de lo que Dios le había encomendado.
En realidad, Yoná no fue el primero, ni el único profeta que no quiso hacer lo que Dios le encomendó. Así encontramos que Moshé, en un primer momento, tampoco quiso ir a hablar al faraón en Egipto cuando Dios se lo pidió en la revelación de la zarza ardiente tal como dice en Shemot 4:13: Y él dijo: Te ruego, Señor, envía ahora a cualquier otro que Tú quieras. Tampoco el profeta Irmiahu quiso ir en un primer momento tal como dice: Entonces dije: ¡Ah, Señor Dios! He aquí, no sé hablar, porque soy joven. Pero el Señor me dijo: No digas: "Soy joven", porque adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que te mande, dirás . No obstante, si bien, Moshé o Irmiahu pidieron a Dios que los exima de su misión, ninguno de ellos tomó medidas concretas para evitarlo, en cambio Yoná, sí tomará una posición más activa y "se escapa" de la palabra de Dios.
Con respecto a la negativa de Yoná por cumplir la orden de Dios, hay entre los comentaristas varias opiniones al respecto, y no necesariamente se contradicen unas con las otras, sino que, todas pueden ser verdaderas.
Rashí opina que el motivo por el cual Yoná se niega a ir es porque, él era consciente de que, al volver de sus malos actos la gente de Nínive, esto sería para el pueblo de Israel como un ejemplo condenatorio, pues, Dios había enviado a aquellas personas un profeta e inmediatamente escucharon su voz y se arrepintieron y corrigieron su mal accionar, mientras que el pueblo de Israel, a pesar de todos los profetas que Dios les envió para que se corrijan, aún continuaron por el mal camino… lo cual les acarrearía un merecido castigo.
El comentarista Metzudat David sostienen que, la intención de Yoná al irse de la tierra de Israel, es para evitar que pose sobre él la profecía, y es por eso que el versículo dice: huyendo de la presencia delSeñory por eso sale de Jerusalem y el Templo, más aún, se va de la tierra de Israel, para no tener que estar de delante de la presencia de Dios, y así evitar la profecía que le obligaría a ir a Nínive.
El rabino Yosef Bittón, en su comentario Halaja of the Day, explica que, Yoná rechaza la misión Divina de anunciar la destrucción de Nínive, y planeó escaparse a Tarshish, una ciudad portuaria, que, acorde a la opinión de los comentaristas se encuentra en Tunes o en la península ibérica, probablemente el destino más lejano que pudo encontrar, es por eso que la repite tantas veces en el versículo, para resaltar que, Yoná pretende ir lo más lejos posible de Nínive.
Yoná llegó hasta el puerto de Yafo (perteneciente hoy al municipio de Tel-Aviv). Yafo, fue por siglos, el puerto más importante de Israel. Todo el comercio marítimo pasaba por Yafo.
El rey Salomón, por ejemplo, trajo vía Yafo la madera del Líbano que se usó para la construcción del Templo de Jerusalem (Crónicas II, 2:15). En el moderno Yafo, aún hoy en día, hay una calle, que desciende hacia el puerto que se llama: “Yoná el profeta”.
Una vez en el puerto, el profeta Yoná encontró una embarcación que se dirigía a Tarshish, probablemente un barco fenicio, ya que ellos eran los grandes navegantes de la época. El texto nos indica que, Yoná pagó su precio ,en lugar de decir que pagó por su propio pasaje; lo que podría entenderse como quepagó por todo el barco. Los Sabios observaron que, en su prisa por escapar, Yoná desembolsó una exorbitante suma de dinero y contrató a la embarcación de forma privada y exclusiva.
Este detalle nos invita a preguntarnos una vez más ¿por qué Yoná quiso escapar de su misión?
Dejemos en claro que, como es habitual, el texto bíblico NO revela la razón de la conducta de sus protagonistas. El texto deja ese tema para que lo exploremos por nuestra cuenta, y aprendamos las lecciones correspondientes.
Existen a este interrogante, al menos 4 posibles respuestas. Todas tiene algo en común. Yoná trató equivocadamente de escapar, y al final, Dios le enseñó una importante lección. Las primeras 3 respuestas, presentan, cada una de ellas, una posible razón por la cual Yoná escapó.
Pero, para entender por qué el libro de Yoná se lee en el día de Kippur, es decir, por qué nuestros Sabios eligieron la historia de Yoná como el texto que nos debe inspirar al arrepentimiento en el Día del Perdón, necesitamos más. La última respuesta, que tiene que ver con la dinámica entre el arrepentimiento y la impunidad, será citada más adelante ya que, primero tenemos que conocer un poco más y mejor el libro de Yoná e ir descubriendo, de a poco, la forma de pensar de este profeta.
Primero citaremos brevemente las 3 posibles respuestas, basadas en los Sabios:
Radak explica que, Yoná temía por su vida y su reputación. Los profetas en general se sentían en un callejón sin salida. Tenían que advertir al pueblo, generalmente al pueblo judío, que una tragedia se avecinaba. Pero, si Dios decidía perdonar al pueblo, el profeta quedaría expuesto como un profeta falso, pues al haberse arrepentido, entonces Dios no envió el castigo que había vaticinado el profeta.
Los sabios explican que, esto ya le había ocurrido a Yoná cuando profetizó en el reinado de Israel. Ahora, Yoná supone que algo similar ocurrirá en Nínive (ver Midrash Tanjuma Vaikrá 8), pero allí, en una ciudad donde él es extranjero, ser considerado falso profeta, podría costarle la vida. Según esta opinión, Dios al final le enseña a Yoná que, salvar la vida de los habitantes de Nínive, acredita el riesgo de exponer su propia vida.
Don Isaac Abarbanel explica que, Yoná no quería salvar a los Asirios, que finalmente terminaron arrasando la ciudad de Shomrón, matando a miles de judíos, destruyendo el reinado de Israel (año 722 antes de la era común) y exiliando a las 10 tribus. Para entenderlo mejor, tratar de salvar Nínive, la capital de Asiria, sería como si un judío hoy en día, ayudara a preservar el régimen extremista iraní, que ha declarado públicamente su intención de borrar del mapa al Estado de Israel.
No debemos olvidar que Asiria, constantemente atacaba y asediaba a Israel y finalmente, fueron ellos los que destruyeron el reino de Israel y exiliaron a las 10 tribus. Es por eso que, el profeta se niega a ayudar a los enemigos arrecimos de Israel.
Yoná temía por la reputación de su pueblo.El Talmud de Jerusalem (tratado Sanedrín capítulo 11: 5) explica que, Yoná sabía que los pueblos idólatras eran influenciables y fáciles de convencer para que cambien sus ideas. Y que seguramente rectificarían sus malas acciones de inmediato.
Esta facilidad para transformar la conducta de un día para otro, puede ser el resultado de la naturaleza de la cultura pagana. Los pueblos idólatras estaban acostumbrados a seguir los dictados cambiantes de sus magos y brujos, quienes usaban la intimidación y la ignorancia de la gente para manipular a las masas con facilidad.
Un pueblo–o un individuo– vulnerable a la superstición, está listo para hacer lo que sea necesario por miedo a un presagio. Yoná estaba convencido que en Nínive, su anuncio acerca de la destrucción de la ciudad sería procesado vía-superstición y sería aceptado inmediatamente por sus habitantes, lo que al final ocurrió.
Yoná pensó que, el arrepentimiento de los habitantes de Nínive, sería un terrible precedente para los judíos del Reino de Israel. En ese entonces los judíos se encontraban en un estado espiritual muy bajo. Practicaban la idolatría, transgredían la Torá y no era fácil convencerlos de que abandonaran la comodidad y el placer que les ofrecía el paganismo. No eran supersticiosos y volubles como otros pueblos.
Los judíos, para mal y para bien, somos un pueblo «de dura cerviz». Las advertencias de los profetas eran vistas más como presagios o supersticiones que, como profecías, y, por lo tanto, eran ignoradas por los judíos. Los profetas no lograban ser escuchados…
Los Sabios opinaron que, ésta pudo haber sido la razón por la cual Yoná escapó a la misión Divina: para que el inminente arrepentimiento de Nínive no dejará en evidencia el rechazo del pueblo judío a escuchar a sus profetas y a cambiar sus malos hábitos.
Daat Mikrá sostiene que el motivo por el cual repite dos veces en el mismo versículo la expresión: "huyendo de la presencia del Señor", justamente para recalcar y acentuar la intención de Yoná, y su profundo desacuerdo en ir a salvar a Nínive. Para él, esa gente eran paganos, malvados enemigos y merecían morir.
Ionáh 1 Versículo 4
¿Para qué recalca que el viento fue sobre el mar? Bastaba con que diga: El Señor envió un poderoso viento.
Malvim explica que, no era una época de lluvias o tormentas, pues, en aquel entonces, ningún marinero saldría a la mar con la amenaza de una tempestad. Es por eso que el versículo recalca que esta tormenta no era algo natural, sino que fue producto Divino.
Don Isaac Abarbanel sostiene que, al recalcar que el viento fue sobre el mar, eso implica que en tierra firme no había tormenta, lo que nos insinúa que, la tempestad fue precisamente alrededor de la embarcación en donde estaba Yoná, tal como lo subrayará más adelante en el versículo 13 el mar seguía embraveciéndose contra ellos .
Daat Mikrá señala que este versículo comienza con la misma palabra con la que termina el anterior: huyendo de la presenciadelSeñor. Y elSeñorenvió; es decir, Yoná pretende huir de Dios, pero Dios va tras él.
Previamente, explicamos que Yoná trató de escapar del llamado Divino (profecía), huyendo de la tierra de Israel, el principal lugar donde Dios suele comunicarse con Sus profetas. Yoná se hace a la mar, pero Dios, aunque ya no se revela a Yoná con palabras, no deja que Yoná escape de su misión.
El rabino Yosef Bittón dice que, los Sabios notaron que, uno de los instrumentos más comunes con los cuales Dios intervine en la naturaleza es el viento. El viento sirvió como instrumento de Dios en la Creación, en las plagas, y en la apertura del mar Rojo. Como dijo el Rey David en los Salmos: “El poderoso viento, que obedece la palabra de Dios”. Y así lo reconocemos cada día en la Amidá (la parte central de las plegarias) cuando alabamos a Dios que hace soplar el viento para producir la lluvia. En nuestro caso, Dios envía Su viento, que produce una tempestad que azota al barco en el que está Yoná. La pregunta es: ¿Cómo reacciona Yoná ante la insistencia, la urgencia, del llamado Divino? ¿Retomará su misión? ¿Intentará Yoná alguna otra forma de escapar? Estas mismas preguntas debemos formularnos nosotros mismos cuando nos suceden calamidades.
5- Los marineros temieron [por sus vidas]. Cada uno le rogaba a sus dioses y arrojaban la carga al mar para aliviar el peso del barco. Yoná, sin embargo, descendió al fondo de la nave, se acostó y se sumió en un profundo sueño.
¿Cómo es factible que habiendo semejante tempestad Yoná puede dormir plácidamente?
Don Isaac Abarbanel relata que, la reacción natural de las personas ante el peligro es implorar y rezar. No obstante, no permanecieron pasivos, sino que también hicieron todo lo que estaba en sus manos, es por eso que tratan de alivianar la carga del barco para que se mantenga a flote y no se hunda ante el agua que ingresaba por las olas.
No obstante, debemos notar que, cada marinero le reza a su deidad. No se dirigen (o no conocen) al Dios verdadero. Eso se los enseñará más adelante Yoná en el versículo 9: el Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra
Rabí Abraham ibn Ezra y Daat Mikrá sostienen que, en realidad, no es que en medio de la gravedad de la tormenta Yoná decide irse a dormir, sino que, luego que embarcó, él se fue a dormir, tal vez para evitar el ajetreo del viaje y las náuseas por el bamboleo de la travesía.
Malvim explica que, la intención de Yoná al descender al interior del barco, fue protegerse de la tormenta, pues con el balanceo del barco a causa de las olas, si permanecía en cubierta, corría el riesgo de caer por la borda. Es por eso que Yoná prefiere ponerse a refugio dentro del barco.
Los marineros reconocen inmediatamente la intervención Divina. Y actúan perfectamente bien: rezan y hacen lo humanamente posible para salvar el barco, arrojando el valioso cargamento al mar. Algo que se hacía solo cuando ya no quedaba otra opción. El mayor peligro para el barco en una tormenta es que se hundiera por el peso del agua de lluvia y especialmente el agua de mar que llega de las feroces olas.
¿Y que hizo Yoná mientras todos rezaban?
Increíblemente, mientras cundía el pánico, Yoná había descendido al fondo del barco, ahora vacío de mercancía, se acostó ¡y yacía profundamente dormido!
La reacción de Yoná ¡da para escribir todo un libro de psicología! Digamos brevemente que Yoná no reacciona con indiferencia hacia la tormenta. Sabe que Dios lo está «llamando» y buscando. La acción de Yoná es deliberada: intenta una vez más, y ahora de una forma desesperada, escapar de la misión Divina. ¿Y cómo lo hace? Los sabios observaron que el texto bíblico usa tres veces seguidas el término hebreo: “vayered” , que significa “y descendió” (en el versículo 3 dice dos veces: Y se levantó Yoná para huir a Tarshish, huyendo de la presenciadelSeñor. Y descendió a Yaffo, encontró un barco que iba a Tarshish, pagó su precio ydescendióa él para ir con ellos a Tarshish,huyendode lapresencia delSeñor,y en el nuestro vuelve a decir: Yoná, sin embargo, descendió al fondo de la nave .) Este descenso no es sólo físico: es un descenso mental. No es un descenso que lleva un pensamiento más profundo. Es un descenso que lleva a “dejar de pensar”. Un perfecto escape mental.
De una manera brillante, y bellísima por el juego de palabras en hebreo, el texto Bíblico lo describe así: וירדם …וירד… וירד… וירד “vayered … vayered … vayered … vayeradem” “Y Yoná descendió, …y descendió …y descendió… [hasta que] se quedó profundamente dormido”. Esta última palabra hebrea “vayradem” describe un estado profundo de sueño, en psicología “ondas cerebrales delta”. En hebreo moderno se usa la palabra “hardamá” para decir anestesia, en el cual “perdemos” la conciencia. A diferencia de la palabra hebrea “vayshán” que es un estado de sueño más superficial.
Para Yoná, en medio del mar, la única manera de alejarse de Dios es dejar de pensar en Él y en Su llamado. Desactivar la mente, entregándose al sueño.
Como varias veces ya expresamos, las únicas profecías que fueron compiladas para ser escritas en la Biblia son sólo aquellas cuyo mensaje es para todas las generaciones, no para un grupo de gente o una generación especifica, sino que su enseñanza es eterna y valedera aun para nuestra generación. El mensaje pareciera ser que, muchas veces, los seres humanos tenemos una actitud similar a la de Yoná. A veces por innumerables motivos, nos escapamos de la misión Divina. Huimos de la búsqueda del sentido de nuestra vida, como dice Viktor Frankl. Ponerse a dormir es la forma más inocente de escapar de la realidad, de la responsabilidad, y de Dios. Hay formas más profundas, o más modernas, de escapar de la pregunta existencial: emborracharse, drogarse, o entregarse a un sinnúmero de entretenimientos y distracciones modernas para mantener nuestra mente en blanco y escapar así la pregunta más importante. Hacemos muchos esfuerzos inconscientes para ignorar el llamado de Dios, expresado en Su Torá. Cuando hacemos esto, repetimos en cierta manera, esta conducta de Yoná.
Al llegar al fondo del barco, Yoná también arriba al final de su escape. Al parecer, más bajo ya no se puede llegar…
Ionáh 1 Versículo 6
El barco de Yoná está atrapado en una terrible tormenta y a punto de colapsar. Toda la tripulación está luchando por salvarse y mantener la embarcación a flote, tratando de sacar el agua y rezando; todos excepto Yoná, que descendió a la bodega del barco y se quedó profundamente dormido. El capitán del barco descubre a Yoná y lo increpa: “¿Qué haces durmiendo?” y si Yoná quisiera argüir que él no posee conocimientos como los marineros, por lo tanto, no tendría lo qué hacer, es por eso que el capitán agrega: ¡Levántate y clama a tu Dios!
Malvim explica que, en la mente del capitán, al ver que la tempestad era prácticamente sólo en la zona en que estaba su embarcación, supuso que se debía a un castigo Divino para su tripulación, y que lo único que podría salvarlos era que todos recen, pues no sabía si uno en particular o, todos en general, eran los culpables, es por eso que no puede concebir que Yoná no se sume a ellos.
Yoná está sumido profundamente en su negación. Pero no lo sabe. Muchas veces necesitamos que alguien desde afuera nos “rescate”.
El Talmud describe este tipo de situaciones con las siguientes palabras: Un individuo no puede liberarse de la prisión por sus propios medios. Los Sabios usan esta expresión de forma metafórica. Así dijo Ribbí Yojanán cuando explicó por qué pidió la ayuda, física y emocional, de Ribbí Janiná Bar Jamá para recuperarse del grave deterioro de su salud. Para entender la belleza y la precisión de esta expresión recordemos que, en la antigüedad, las prisiones no eran como las cárceles modernas. En el caso de Yosef, por ejemplo, tal como nos relata el texto Bíblico en Bereshit, vemos que las prisiones eran “pozos” y sólo se puede salir de un pozo, con la ayuda de alguien que está afuera del pozo. Imaginemos una persona que sufre, por ejemplo, de alguna adicción emocional o narcótica. Es como que cae en un pozo del cual uno no puede salir por su propia cuenta. Necesita que otra persona lo jale desde afuera para liberarlo de su prisión (adicción, depresión, escapismo, etc.).
Volviendo a Yoná, el capitán del barco despierta a Yoná, literal y psicológicamente. Lo despierta de su sueño y lo concientiza del peligro que corre él y toda la tripulación. Y también, es irónicamente el capitán, que no era un hombre judío, ni poseía un nivel espiritual elevado, el que “despierta” y alienta al profeta Yoná a rezar Dios. Tal vez, precisamente esta actitud es la que hará que, luego de estos sucesos, Yoná empiece a cambiar su opinión respecto a los gentiles de Nínive, cuyas vidas fue llamado a salvar.
Esta frase del capitán: ¿ Qué haces durmiendo? ¡Levántate y clama a tu Dios! Es utilizada durante los días de selijot previos a Yom Kipur (el día del perdón), para que nos despertemos de profundo letargo que nos sume nuestra rutina y nos incorporemos tomando medidas para arrepentirnos y cambiar nuestros actos antes del día de Kipur.
Ionáh 1 Versículo 7
¿Por qué pensaron que era por culpa de alguno de ellos?
¿Acaso cada barco que estaba en alta mar hizo algo así?
¿De qué sirve echar suerte? Al fin y al cabo, forzosamente recaerá sobre uno de ellos.
Rashí, basándose en el Midrash "Pirké de Rabí Eliezer", explica que lo que los llevó a pensar así, fue que ellos veían que la tempestad estaba básicamente sobre ellos, como si fuera una especie de tornado, que es muy puntual, mientras que el resto de los barcos que estaban más distantes, no corrían el peligro de ellos que estaban en el ojo de la tormenta. Es por eso que arriban a la conclusión que algo debe andar mal con alguno de ellos…
Daat Mikrá dice que la manera en que echaron suerte fue mediante pequeñas piedras con números que arrojaban (como dados) y, a cada individuo se le asignaba un número y, acorde al número que sumaban las piedras arrojadas ese sería el señalado.
Metzudat David, Don Isaac Abarbanel y Malvim sostienen que, en realidad no echaron suerte una sola vez, pues lógicamente siempre que echen suerte, forzosamente recaerá sobre alguno de ellos, es por eso que lo hicieron varias veces, esa es la razón por la cual en el versículo está expresado en plural: Y echaron suertes.
El texto aún no nos dice nada acerca de Yoná y su pensamiento ante lo que estaba sucediendo. Por lo que podemos inferir de este versículo y del siguiente, deducimos que, Yoná ya no está en la bodega del barco, sino arriba, en la superficie con los demás tripulantes. Pero, por algún motivo, el texto permanece en silencio respecto a la reacción de Yoná. ¿Quiere decir esto que Yoná no estaba rezando? ¿Que seguía escapando del llamado Divino, por lo que también ignoró Sus llamados de atención (la tormenta)?
Los marineros, tal como antes mencionamos, entienden que la tormenta no es fortuita, y deciden echar suerte para descubrir quién es el responsable de la tragedia. Este tipo de práctica, la adivinación por intermedio de oráculos, era muy común entre los pueblos paganos. La Torá, sin embargo, lo prohíbe. Para entenderlo mejor, pensemos en tirar una moneda.
1. Cuando la intención es revelar la voluntad Divina por intermedio de la moneda, esta práctica, conocida técnicamente como “cleromancia”, y la Torá lo considera como una forma de idolatría, llamado en hebreo nijush,adivinación, los que apelan a esta artimaña, razonan de la siguiente manera: Si Dios es Todopoderoso y Omnipresente, el azar no existe. Y si el azar no existe, es Él quien decide de qué cara caerá la moneda. Y si Dios interviene en la forma que cae la moneda,lo puedo hacer revelar Su voluntad. “Si la moneda cae de tal lado, quiere decir que Dios quiere que yo haga X, y si lo hace de su anverso, quiere decir que Dios quiere Y”. Esta es una reflexión y manera de pensar, esencialmente idólatra: el mecanismo a través del cual los pueblos paganos “forzaban a los dioses a expresar su voluntad”. (Para más información sobre este tema ver Rambam, Hiljot Abodá Zará, capitulo 11)
2. Ahora bien, el azar está permitido como una forma de resolver, y especialmente evitar, conflictos. Por ejemplo, cuando tirar la moneda es convenido y aceptado, por las dos partes, como una forma objetiva de asignar algo, como cuando tiran la moneda en un partido de futbol para decidir quién comienza. Aquí las partes están de acuerdo en dejarlo librado a las probabilidades estadísticas, y no existe la intención de forzar la revelación de la voluntad Divina. Este tipo de resolución tiene una larguísima historia en la tradición judía (división de tierras, asignación de las funciones de los Cohanim, etc.). Es a lo que se refirió el Rey Salomón en Mishlé (Proverbios) 18:18 “El goral, [=tirar una moneda, p.e.] resuelve conflictos y separa [pacíficamente] a los contendientes” .
Pero lo más interesante es que, en el caso de Yoná, Dios rompe las reglas del juego y en esa ocasión «carga» los dados de los marineros para asignar la responsabilidad y culpabilidad claramente sobre Yoná….
Ionáh 1 Versículo 8
¿Por qué no le dejan a Yoná responder y luego siguen preguntando?
¿Por qué no lo arrojan directamente al mar, si al fin y al cabo, había recaído sobre él la culpabilidad por la tempestad?
Don Isaac Abarbanel recalca que, a pesar de que las suertes que habían echado, una y otra vez, recaían siempre sobre Yoná, señalándolo como el culpable de esa calamidad, los marineros no lo toman a Yoná y lo matan directamente, como si se tratase de un "sacrificio para calmar la ira de los dioses" y que de esa manera se apacigüe el mar, sino que tratan de ver si, el hecho que haya caído la suerte siempre sobre Yoná, no se trataba de una casualidad, y, en el supuesto caso de que sea verídico, entonces ver cómo lo pueden ayudar a Yoná a remediar su pecado y de esa manera poder salvarse todos. También Daat Mikrá sostiene esto, pues veremos que la idea de arrojarlo al mar no provino de los marineros, sino del propio Yoná, como veremos más adelante en el versículo: 12 Y él les dijo: Tomadme y lanzadme al mar, y el mar se calmará.
Metzudat David señala que, cuando los marineros ven que constantemente la suerte recaia sobre Yoná, entonces lo abordan todos al mismo tiempo con distintas preguntas para que les aclare la grave situación en que estaban sometidos, cada una tiene un objetivo distinto, Rashí trata de esclarecer qué es lo que hay detrás de cada pregunta y explica que, cuando dicen: ¿Dinos por qué nos ha sobrevenido esta tragedia?Se refieren a: ¿Qué es lo que has hecho para que ocurra semejante cosa y estar todos en peligro de muerte?; cuando dice: ¿Cuál es tu ocupación? Son aquellos que indagan acerca de su labor, tal vez ha cometido alguna falta grave en su profesión y a causa de ello ha sobrevenido esta tragedia. Los que preguntan: ¿De dónde vienes? Quieren saber acerca de su familia, tal vez se trata de una familia "maldita" o que ha cometido algo malo; cuando preguntan: ¿Cuál es tu país? Daat Mikrá explica que, si bien Yoná había abordado la embarcación en el puerto de Yafo, tal vez él no era de ese país, sino que vino desde otro sitio, por eso le preguntan de qué país era, pues, tal vez ha perjudicado o ha robado a alguien de su comarca y se está escapando de allí; ¿De qué pueblo eres? Se refieren a que, tal vez, no ha hecho nada malo, pero en aquel pueblo de donde es oriundo no se hacen tales cosas.
Toto esto lo hacen con la intención de reparar el error cometido por Yoná, pues las suertes que habían echado lo señalaban a él como el culpable, por lo tanto, tratan de descubrir el error para repararlo y así salvarse de ese castigo que los estaba asechando en altamar.
Ionáh 1 Versículo 9
¿Para qué agrega a qué Dios él sirve y darles tantos detalles acerca de Dios, si no le preguntaron eso?
Radak y Metzudat David explican que, Yoná, al decir: hebreo soy , les responde que las preguntas que le hicieron para averiguar el motivo de tal castigo, sin irrelevantes y que no tiene que ver con algo que haya hecho a alguien o a algún pueblo, sino que, todo eso sucede a causa de que Él, al ser servidor de Dios, ha cometido una falta contra Él y por eso es castigado en donde sea que esté, pues él domina por sobre todo, en los cielos, en la tierra y en los mares y, tal como dice Abarbanel, de seguro allí mismo les habrá relatado que estaba huyendo de ante la presencia de Dios que lo había enviado a Nínive, tal como dirá en el próximo versículo.
El rabino Yosef Bittón explica que, los judíos en esos tiempos se dedicaban a trabajar la tierra (los grandes navegantes y comerciantes internacionales ¡eran los Fenicios!) En aquella época, el judío tenía fama de ser un agricultor y que pasaba una gran parte de su día dedicado a servir a Dios (rezar, estudiar Torá, las peregrinaciones anuales al Templo y hacer obras de bien). Se podría releer este versículo así: “¿Quién eres? ¿A qué te dedicas? -le preguntaron a Yoná- y éste responde: Soy hebreo, y mi ocupación principal es servir (=temer) a Dios… ” es decir, tener una escala de valores e ideales regida por la Tora.
“Soy hebreo” también responde a las preguntas “¿de dónde vienes?”, “¿cuál es tu tierra?” y “¿a qué pueblo perteneces” . La respuesta a estas 3 preguntas es una sola palabra: “Israel”, que está implícita en “Soy hebreo”, ya que hasta el año 722 antes de la era común, todos los judíos/hebreos del mundo vivían exclusivamente en Israel.
Otro detalle importante para resaltar, tal como dice Daat Mikrá, es que Yoná se refiere Dios con Su Nombre más elevado, solo utilizado por el pueblo de Israel, que aquí tradujimos como: "el Señor" , mientras que aquellos marineros paganos, siempre se referían a Él como: "Dios", es decir, como una deidad más . Es por eso que Yoná los corrige de su error pagano de suponer que existen varios dioses, y los hace retornar del politeísmo al monoteísmo.
Veremos que esta gran lección de Yoná a los marineros fue aprendida por ellos, pues a partir de aquí ya no se refieren a Él como: "Dios" , sino que a partir de ahora se dirigirán a Él, tal como lo hizo Yoná, llamándolo: "el Señor"
Ionáh 1 Versículo 10
¿Para qué vuelve a repetir que temieron, si ya lo había dicho antes en el versículo 5?
Metzudat David dice que, el motivo por el cual se atemorizaron tanto aquellos hombres, es porque, tal como explicamos en el versículo anterior, ellos habían pensado que el error que Yoná había cometido, podría ser corregido y, que de esa manera el castigo pueda ser quitado, pero al ver que el pecado había sido contra Dios, entonces supusieron que nada podrían hacer para aplacar la ira de Dios.
Malvim sostiene que, anteriormente, en el versículo 5 cuando dijo: Los marineros temieron, allí se refiere a que temieron por sus vidas, sin embargo, aquí es un temor reverencial a Dios.
La mayoría de los comentaristas sostienen que, cuando los marineros le dicen a Yoná: ¡¿Qué es esto que has hecho?!, no se trata de una pregunta, sino más bien como un reproche, como si dijeran: ¡ ¿Cómo se te ha ocurrido hacer semejante cosa?!
El rabino Yosef Bittón dice que, la tormenta amenaza hundir el barco y acabar con la vida de la tripulación. Los marineros, en estado de pánico, entienden que, no se trata de un evento climático normal, sino Divino. La intervención celestial también ha delatado a Yoná como único responsable de lo que está sucediendo. Los marineros quieren saber más y le preguntan a Yoná: ¿Qué has hecho? Yoná confiesa su crimen: escapar del llamado Divino. Yoná también se da cuenta que, aunque ya no con palabras, sino a través de una tormenta, Dios lo va a seguir buscando (o acorralando) para que lleve a cabo su urgente misión: salvar la vida de los habitantes de Nínive.
Pero ¿Qué significa realmente escapar de Dios? Escapar de Dios significa escapar de lo que Él espera de mí. Veamos. Por lo general, y especialmente en nuestros privilegiados tiempos, Dios nos concede una generosa lluvia de bendiciones: abundancia material, salud y talentos. Muchas veces no somos capaces de reconocer la “intervención Divina” en todo lo que tenemos. Dios, puede entonces usar otros recursos. Imaginemos que, un hombre envió a su hijo a estudiar a una universidad en el exterior. El padre le depositaba dinero todos los meses para que no le faltara nada. Pero el hijo “no acusaba recibo” de ese dinero; no tenía una sola palabra de apreciación o gratitud hacia su padre. Luego de un tiempo el padre dejó de mandarle dinero. Y entonces el hijo lo llamó: “Papá, ¿cómo estás? Hace mucho que no hablamos. Quería agradecerte por toda tu ayuda. No tengo palabras … Oh, ¡casi me olvidaba! ¿Es posible que este mes te hayas olvidado de depositar dinero en mi cuenta?”. A menudo, nos sucede algo similar con Dios, y no reconocemos todo lo que Él hace a diario en nuestra vida. Los Sabios sugirieron que, al igual que este padre, Dios, puede retener Su bendición. Ya que es posible que, como Yoná, lo único que nos despierta es una “tormenta”.
¿Qué hacemos cuando la generosa lluvia Divina se transforma en un chaparrón? El Talmud nos da una pista: Rabá dijo: Cuando uno percibe que está sufriendo, debe examinar su conducta . Cuando uno sufre una enfermedad, penurias económicas, u otro tipo de crisis, además de abocarse a buscar la solución práctica del problema y rezar por la asistencia Divina, también debemos examinar nuestras acciones y metas. Y tal como en el caso de Yoná, debemos reenfocarnos en lo que Dios espera de nosotros.
¿Cómo deberíamos aplicar la experiencia de Yoná a nuestras vidas?
Los judíos tenemos 2 metas. En primer lugar, tenemos una misión colectiva: que es observar el Pacto que tenemos con Dios: aprender y respetar Su Torá. Pero más allá de esta obligación, también tenemos una misión personal. Esa meta individual, no es tan obvia como la primera. Tenemos que descubrirla buscando nuestros propios talentos especiales y las virtudes, innatas o adquiridas, que poseemos y nos destacan de los demás. Y cuando descubrimos estos talentos, descubrimos nuestra misión.
Imaginemos que poseemos una gran inteligencia, y la utilizamos para brillar en video-juegos y en juegos de cartas. ¿No estaríamos de esta manera desperdiciando el talento que Dios nos concedió? ¿No estaríamos, tal como Yoná, escapando de la responsabilidad que implica poseer una alta inteligencia? ¿No espera Dios de nosotros que usemos este IQ (inteligencia intelectual) para estudiar Torá, enseñarla, aconsejar a los demás o encontrar la cura al cáncer? Lo mismo sucede con un individuo a quien Dios bendijo con dinero o con una profunda empatía o con elocuencia. Todos estos recursos y talentos deben ser encauzados para lograr aquello que Dios quiere y espera de nosotros.
Ignorar estos talentos es ignorar nuestro potencial y escapar de Dios (de lo que Dios espera de nosotros) tal como lo hizo Yoná.
Ionáh 1 Versículo 11
Si Yoná ya les confesó que todo es por su culpa ¿Por qué no lo arrojan directamente al mar?
Metzudat David explica que, por cuanto que ellos supieron que Yoná era profeta de Dios, y al ver cómo Dios había obrado por él toda esa tempestad, temían hace algo que no fuera correcto y que Dios entonces los castigue a ellos también. Por otro lado, al ver que el mar cada vez se tornaba más peligroso, no había tiempo para debatir qué hacer, es por eso que le piden instrucciones a Yoná, que, en su carácter de profeta, sabría lo que hacer para que la tormenta se apacigüe.
Malvim por otro lado sostiene que, la intención de los marineros era saber si Yoná se había arrepentido y decidido dirigirse a Nínive para cumplir lo que Dios le había encomendado, en cuyo caso ellos pondrían rumbo al puerto más cercano a dicha ciudad.
El rabino Yosef Bittón aprende varios mensajes para nuestros propios días y vidas; él sostiene que, hay varios tipos de tormentas: Hay tormentas climáticas y tormentas de problemas. El rey David en Salmos 127, utilizó la metáfora de la tormenta y la inundación para describir los problemas cuya solución están más allá de nuestro control. Las tormentas a veces son causadas por nosotros mismos: nuestros malos hábitos, nuestras malas decisiones o por habernos asociado con quien no debíamos, como le ocurrió a Shimshom con los Pelishtím. En algunas ocasiones, nuestros tormentos son causados por otras personas, como Yosef, que fue vendido como esclavo por sus propios hermanos. Lo que desató una tormenta indescriptible de daños colaterales y dolor, no solo a Yosef, sino también a su padre y a toda su familia. Y las tormentas, finalmente, pueden ser sufrimientos providenciales, más allá de la responsabilidad humana.
¿Qué es lo que podemos aprender para nuestros propios días de Yoná y aquella tormenta en el mar?
Ionáh 1 Versículo 12
¿Acaso en el judaísmo no está prohibido el suicidio?
¿Por qué Yoná no prefiere simplemente arrepentirse e ir a Nínive a cumplir con lo que Dios le había encomendado?
Malvim explica que, Yoná estaba completamente convencido que esa tempestad tan feroz en el mar alrededor de su barco, no era otra cosa que el castigo Divino a causa de negativa a ir a Nínive, es por eso que les expresa clara y firmemente que todo es por su culpa y que ellos no tienen nada que ver, por lo tanto, si lo quitan a él del barco, ellos ya no correrán peligro. Pero todo tiempo que permanezca en él, todos estarán en peligro de muerte, tal como dicen los sabios: pobre del malvado y pobres sus vecinos…
El motivo por el cual Yoná dice: Tomadme y lanzadmeal mar, es porque, acorde al judaísmo está prohibido suicidarse, es por eso que él no se tira solo, sino que permanece pasivo, será la tormenta el motivo de su muerte, no el hecho que él se tiró. Pero, por otro lado, para salvar la vida de aquellos marineros, él les da esa solución, pues es consciente de que, si él sigue a bordo, la tempestad también los matará a ellos.
Yoná no está tratando de suicidarse, sino que es consciente de que él es el que le está ocasionando la muerte a esos marineros, por lo tanto ellos pueden ejercer su legítimo derecho a la defensa propia, y salvar sus vidas a costa de aquel que está poniendo en peligro sus vidas (si es que no existe otra manera de quitar aquella amenaza, pueden entonces matarlo para salvarse, como en el caso de alguien que, está disparando sobre su prójimo para matarlo, éste último, puede dispararle al que le dispara y matarlo, para así salvar su propia vida).
Mientras que los marineros temen morir a causa de la tormenta, Yoná, no tiene miedo y se ofrece a que lo maten para que, al menos ellos, se salven.
Tal como habíamos explicado al principio,Yoná era del tipo de profetas que se guían estrictamente por la verdad absoluta, y por ende no “pueden” ir en contra de sus principios. Para entenderlo mejor recurrimos a un midrash escrito en el Talmud de Jerusalem, tratado Makot capítulo 2:6, en donde dice: Le preguntaron a la sabiduría: - ¿Cuál es el castigo para el que transgrede?, y contestó: “El mal perseguirá eternamente a los transgresores”; le preguntaron a la profecía: - ¿Cuál es el castigo para el que transgrede?, Y contestó: - “Aquel que transgreda la palabra de Dios será muerto”. Le preguntaron a Dios - ¿Cuál es el castigo para el que transgrede? Y contestó: - que se arrepienta sinceramente y le será perdonado, tal como dice en la Tora: “Que traiga una ofrenda y le será perdonado”.
Desde el frío punto de vista de la ley y la verdad, aquel que comete una transgresión, debe pagar por su delito, es por eso que, en este caso, aun que se trata de él mismo, Yoná no tiene miramientos, y exige justicia fría, estricta e inexpugnable; así como en su momento lo exigía para la gente de Nínive que eran malvados, tal como dijo en el versículo 2: porque su maldad ha subido hasta mí y no consideraba justo que sean perdonados sino que deben sufrir el castigo debidamente merecido, de igual manera es así de exigente y estricto consigo mismo, es por eso que, ante su pecado de desobedecer a Dios, sabe que es pasible de la pena máxima: la muerte, y no huye de ella.
El rabino Yosef Bittón profundiza en el texto y dice que, antes, Yoná desoyó el llamado directo de Dios, ignoró a Dios. Ahora, Yoná es capaz de descifrar Su llamado desde la tempestad.
Antes de la tormenta, a Yoná no le parece importante salvar la vida de los miles de habitantes paganos de Nínive. El nuevo Yoná, sin embargo, está dispuesto a sacrificar su propia vida para salvar a un puñado de marineros.
Así, leyendo el texto con mucho cuidado, descubrimos que el Yoná que encontramos después de la tormenta, no es el mismo Yoná que conocimos antes de la tormenta.
Ionáh 1 Versículo 13
¿Por qué los marineros no hacen lo que les dijo Yoná?
¿Por qué se empecinan en regresar al puerto?
Los comentaristas, Radak, Metzudat David y Don Isaac Abarbanel y Meam Loez, explican que, los marineros deciden regresar a Yoná a tierra firme, al puerto de donde había zarpado. Ellos entienden que allí había comenzado su error de escapar de la presencia de Dios, es por eso, que lo retronaran allí, para que Dios haga con él como a Él le plazca. Tal como un siervo o recluso que huye, no se lo mata en el lugar que se encuentra, sino que se lo regresa a su sitio de donde huyó para que sea juzgado.
Daat Mikrá dice que, los marineros no aceptaron el veredicto de Yoná de arrojarlo al mar a una muerte segura, sino que se niegan a derramar sangre con sus propias manos, si es que tienen la posibilidad de salvarse por otros medios. Además, tampoco están de acuerdo con la rigidez e inflexibilidad de Yoná que exige para sí mismo la severidad del castigo que le corresponde, sino que ellos deciden llevarlo a tierra para que se dirija a Nínive y haga lo que Dios le encomendó.
No obstante, eso no les fue posible, tal vez porque el viento soplaba desde la costa, lo que hacía imposible encaminar el barco hacia ese rumbo.
Un detalle importante que nos brinda el versículo es que, al principio había dicho en el versículo 4, Y elSeñorenvió un poderoso viento al mar, y se formó una gran tormenta en el mar, luego en el versículo 11 dice: Pues el mar se embravecía más y más, y ahora dice: el mar seguía embraveciéndose "contra ellos", era solo contra ellos, no contra los demás barcos que pudieron huir de la tormenta y ponerse a resguardo.
Ionáh 1 Versículo 14
¿Por qué los marineros dicen todo esto?
¿Por qué no lo arrojan directamente?
¿A qué se refieren cuando dicen: Señor, has hecho como Te ha placido?
Tal como mencionamos anteriormente en la explicación del versículo 9, Yoná se refiere Dios con Su Nombre más elevado, sólo utilizado por el pueblo de Israel, que aquí tradujimos como: el Señor, mientras que aquellos marineros paganos, siempre se referían a Él como: Dios , es decir, como una deidad más.
Es por eso que Yoná los corrige de su error pagano de suponer que existen varios dioses, y los hace retornar del politeísmo al monoteísmo. En nuestro versículo podemos ver que, esta gran lección de Yoná a los marineros, fue aprendida por ellos, pues ya no se refieren a Él como: Dios, sino que se dirigirán a Él, tal como lo hizo Yoná, llamándolo: el Señor.
Los comentaristas señalan que, los marineros no quieren ser culpables de nada, tratan de obrar de la manera más justa y trasparente posible. Es por eso que apelan a Dios, que conoce todos los pensamientos, para proclamar ante Él que, su intención no es asesinar a Yoná, sino que lo hacen porque no tienen otra alternativa.
Todos esto hace que Yoná, que, sin duda observa todo, vaya transformando su manera de pensar, pues estas personas, que eran completamente paganos e idólatras, lograron cambiar su manera de pensar, reconocen al Dios altísimo, y componen sus actos, actuando con misericordia aun con aquel que pecó contra Dios y poniendo las vidas de todos ellos en peligro por él.
Daat Mikrá señala que, cuando los marineros dicen: Señor , has hecho como Te ha placido no se refieren a que Dios hace lo que se le pace aun en contra de la lógica o la justicia. Sino que hacen referencia a que Dios, había designado que Yoná sea tragado por las aguas, por más que ellos trataron de salvarlo, ya sea manteniendo la embarcación a flote o tratando de remar con todas sus fuerzas para regresar a puerto, vieron que no era posible y mas aun, solamente contra su embarcación pareciera la tempestad centrarse, como si fuera un tornado, que es puntual en un lugar, destruyendo todo en un radio de 5 o 10 metros, mientras que lo demás alrededor no sufre daño. Es por eso que dice que, sea la voluntad de Dios, es decir, Él decretó su castigo: que sea tragado por las aguas, ellos no podían hacer nada para evitarlo.
Ionáh 1 Versículo 15
El midrash, en Pirke de Rabí Eliezer dice que, los marineros no arrojaron directamente a Yoná de una sola vez, sino que, primero lo bajaron hasta que el mar lo cubrió hasta la cintura y de a poco el mar iba apaciguándose, entonces lo subían nuevamente al barco y entonces el mar recobraba todo su brío y las olas volvían a amenazar con hacer zozobrar a la embarcación, nuevamente lo bajaban a Yoná al mar y éste se serenaba. Entonces se dieron cuenta que no tenían otra opción que arrojarlo, y allí el mar se detuvo completamente y la embarcación retomó su travesía pacíficamente y sin ninguna amenaza.
Malvim recalca que los marineros, antes de arrojarlo hicieron varios intentos:
a. No era la época del año en que era normal que sucedieran tempestades.
b. Prestaron atención que la tempestad sólo estaba alrededor de su barco mientras que los demás habían podido llegar a refugio.
c. Varias veces echaron suertes y todas recaían sobre Yoná.
d. Trataron de hacer volver la embarcación al puerto, pero les fue imposible.
e. Cada vez que bajaban a Yoná al mar, la tormenta cesaba.
Es por todo esto, dice Don Isaac Abarbanel, que arribaron a la conclusión que debían arrojar a Yoná al mar y esa era la Voluntad Divina.
Ionáh 1 Versículo 16
Estos marineros no se olvidaron de Dios apenas volvieron a la normalidad y a su "zona de confort", sino que, el compromiso que habían asumido mientras estaban sumergidos en el peligro, lo recordaron y lo cumplieron aun en las épocas de serenidad y armonía. Es decir, fue un cambio que se instauró profundamente en sus almas, hasta el punto de cambiar radicalmente. La mayoría de los comentaristas, sostienen que, al llegar a tierra firme, estos hombres se convirtieron al judaísmo y vivieron una vida devota a Dios.
Tal vez la actitud de estas personas, será lo que motivó el cambio en Yoná, y a partir de ahora, estará dispuesto a ir a Nínive.
El rabino Yosef Bittón concluye este capítulo recordándonos que, uno de los elementos más fascinantes de los textos bíblicos es que, sus historias contienen mucho más de lo que dice la narración. De una forma que solo la Torá puede hacerlo, la trama de la historia también esconde una cantidad de sub-historias, ideas morales y conceptos filosóficos que se entrelazan con la narrativa, y que el lector distraído, a veces no puede percibir.
Cuando leemos un texto bíblico pensando que el mensaje se limita a la historia en cuestión, estamos mirando la superficie del mar, ignorando su profundidad oceánica. El libro de Yoná no es una excepción.
Aparentemente, el primer capítulo, cuenta la simple historia de un hombre que escapa de Israel por mar. Pero entre las líneas, encontramos varias subhistorias que contienen conceptos morales y dilemas de difícil solución. Por ejemplo:
¿Puede un hombre ignorar el llamado Divino?
¿Cuál es la extensión y cuáles son los límites del libre albedrío?
¿Cuál es la relación entre escapar de Dios y la negación psicológica de Yoná?
¿Qué recursos usa Dios para redirigirnos cuando perdemos el rumbo?
¿Podemos interpretar los fenómenos naturales, las tormentas o las desgracias, como vehículos de intervención Divina?
Y si es así, ¿cuáles son las reglas del juego de estas interpretaciones?
Lo que sucede en el barco parece estar destinado a modificar las ideas de Yona. A medida que la historia se va desarrollando, Yoná descubre que los marineros no son malas personas, por el contrario; cuando los marineros se convencen de que Yoná es el culpable de la tormenta y que, la única forma de salvar sus vidas es deshacerse de Yoná, no se apresuran a arrojarlo al mar. Intentan regresar a tierra firme y mantener a Yoná sano y salvo para reanudar su misión. Abarbanel explica que Yoná ahora descubre la gran compasión de estos marineros gentiles. ¡Estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para salvar la vida de un judío! Sería imposible suponer que este gesto de los marineros no hizo que Yoná reevaluara el objetivo de su misión de una manera más positiva.
Cuando la tormenta no se detiene, los marineros no judíos rezan a Dios, reconociendo al Dios de Israel. Antes de arrojar a Yoná al mar, los marineros le piden a Dios que no los considere culpables de la muerte de un inocente. Del mismo modo, en el último versículo del primer capítulo, cuando la tormenta se detiene, los marineros ofrecen sacrificios a Dios y le cumplen sus votos y promesas. Tal como señalamos antes, los comentaristas explicaron, basados en todas estas invocaciones a Dios– expresado como: el Dios de Israel, en oposición al término: Dios en general– que los marineros se convirtieron al judaísmo. Y aunque esto podría ser cuestionado, por lo que leeremos al final del segundo capítulo, Yoná tuvo que haber notado que, los gentiles pueden reconocer a Dios, arrepentirse y evitar una tragedia.
Quizás, Yoná ahora vea que, si no fue capaz de aprender de su propia experiencia, el pueblo judío podría necesitar aprender la lección más importante sobre el arrepentimiento, de una historia que involucra a un pueblo no-judío.
Después de lo que experimentó a bordo del barco, Yoná ahora está listo para escuchar la llamada Divina y encaminarse a salvar a Nínive.