Engañando a los sentidos

Engañando a los sentidos

Los sentidos de la visión y la audición caracterizan coincidentemente a Shmuel y a Shaúl, pero también caracterizan su fracaso. En David, estos sentidos llegan a un equilibrio. 

 

Son dos los sentidos que aparecen en forma muy destacada en nuestro capítulo: la visión y la audición. A lo largo del capítulo, estos capítulos manifiestan la relación tripartita entre David, Shmuel y Shaúl.  

 

A lo largo del relato, la raíz hebrea de la palabra “visión” figura siete veces. 

 

 

  

El capítulo comienza con la convocatoria a Shmuel para ungir un rey entre los hijos de Ishay, “porque de entre sus hijos he visto un rey para Mí “(Versículo 1). A raíz del llamamiento de D-s, que vio entre los hijos de Ishay, un rey, Shmuel también intenta verlo, pero en el primer intento de imitar la mirada de D-s, él comprende “pues el hombre mira los ojos (la apariencia exterior), pero el Señor mira el corazón”(Versículo 7). A pesar de que Shmuel es denominado “el vidente”, no logra ver la mirada profunda al corazón. A diferencia de la mirada de Shmuel, en Shaúl sobresale precisamente la audición. Shmuel teme ir a ungir a David como rey, porque “¿Cómo habré de ir? Cuando Shaul lo sepa, me matará” (Versículo 2). Cuando el espíritu Divino abandona a Shaúl, su forma de completar lo que falta es por medio de la audición, a través de la melodía. También, a lo largo de todo el reinado de Shaúl nos notificamos de su capacidad de escuchar y prestar atención a la voluntad del pueblo, para bien (en el episodio de Yavesh Gilad) y también para mejor (al elevar ofrendas en Guilgal y en la guerra contra Amalek).  

 

La visión de Shmuel y la audición de Shaúl, los engañan, pero precisamente la capacidad especial de David, es la que se revela en este capítulo. David no está condicionado por sus sentidos y no se equivoca con ellos, la singularidad de David se pone de manifiesto, justamente, en su capacidad de ser visto y escuchado. D-s,  ve a David como el indicado para reinar, y Shaúl escucha la interpretación musical de David. 

Esta capacidad de David de mostrarse y de ser escuchado, la adquirió de su experiencia como pastor. Como pastor, conduce a su rebaño tanto a partir de la audición, sus melodías, como a través de la vista, el rebaño sigue sus pasos. Esta capacidad es la que lo puede conducir a un liderazgo auténtico, y en mérito a dicha capacidad, fue elegido como rey de Israel. 
 

Los referentes que escriben en esta sección, son miembros de la organización Najat, jóvenes amantes del Tanaj, que es un centro juvenil para el estudio del Tanaj 

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