¿Por qué la Torá ubica en forma correlativa la historia de la llegada de Itró con el relato de la guerra contra Amalek? De este modo, la Torá transmite un mensaje en referencia a la complejidad de nuestro vínculo con las naciones del mundo. A la par de naciones contra las que se debe protestar, hay naciones aliadas dignas de respeto y estima.
En el capítulo 17 Dios le ordena a Moshé, tras la dura guerra contra Amalek, recordar eternamente la aspiración de borrar el recuerdo de Amalek bajo el cielo. En el comienzo de la sección de Itró en nuestro capítulo encontramos un tema totalmente diferente-la visita de Itró el suegro de Moshé, y la reforma judicial que él propone. Según algunos comentaristas, la visita de Itró no fue correlativa a la guerra de Amalek, desde el punto de vista cronológico. Pues entonces, ¿por qué la sección de Itró fue ubicada justamente junto a la temática de Amalek?
La pregunta se refuerza a partir de la relación de estilos de las dos secciones. Parece ser como si la Torá se encapricha en relacionar los dos sucesos también desde el aspecto lingüístico. En la guerra contra Amalek es citado: “Pero las manos de Moshé eran pesadas” (Capítulo 17, versículo 12), y en la sección de Itró es citado: “pues es pesada para ti la cosa” (Capítulo 18, versículo 18); allí Moshé le ordenó a Yehoshua “escoge para nosotros hombres “(Capítulo 17, versículo 9), y aquí también: “Escogió Moshé hombres de virtud” (Capítulo 18, versículo 25). También en la continuidad de la historia los hijos de Itró residen desde el aspecto geográfico en la zona aledaña a Amalek: “Y dijo Shaúl a los ceneos: Váyanse, apártense y salgan de entre los de Amalek, para que no los destruya juntamente con ellos” (Shmuel I, capítulo 15, versículo 6). También en los conceptos de Bilam aparecen unidos los destinos de Amalek e Itró (Bamidbar, capítulo 24, versículos 20-21).
Parece que la Torá intenta transmitirnos un mensaje en referencia a la complejidad de nuestra relación con las naciones del mundo. A la par de naciones malvadas y crueles como Amalek, que provocan que el mundo no sea puro ni completo, hasta tanto las mismas sean destruidas, hay naciones aliadas dignas de estima y respeto. La Torá ubica en forma correlativa dos encuentros con los pueblos: un encuentro traumático y doloroso, y el segundo atractivo y productivo. La conclusión obvia es que no se debe generalizar nuestro sistema de relaciones con las naciones en un molde sólido y rígido. Shaúl no puede renunciar a la guerra contra Amalek ya que el pueblo Keiní habita en ellos, pero tampoco puede destruir a los hijos de Keiní por su guerra contra Amalek. La enseñanza del texto bíblico es “Váyanse, apártense y salgan de entre los de Amalek “(Shmuel I, capítulo 15, versículo 6). En relación a nuestro vínculo con los gentiles debe diferenciarse entre los rasgos positivos y dignos y aquellos que son negativos y censurables.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot"