A diferencia de Guidón, que comprendió el sentir de los varones de Efraim-una tribu combativa que quería ser parte de la contienda, la reacción de Iftaj arrastra al pueblo hacia una guerra civil y el costo es muy alto. Toda la historia de Iftaj, en general, demuestra la profundidad de la inserción israelita en la cultura Moavita-Amonita de alrededor.
Efraim era una tribu combativa, y sus hombres no podían soportar la idea de que no se los haya convocado para la contienda. Así sucedió también con Guidón (Capítulo 8, versículos 1-3), no obstante, Guidón supo conciliar con ellos y les brindó un lugar respetable en el plano decisivo de la guerra, mientras que Iftaj se dirigió a ellos duramente, y no los podía calmar. Así estalló la guerra civil en el seno de los hijos de Iosef, entre Efraim y Menashé. Por una cuestión de “honor”. Es muy probable que la gente de Efraim tampoco quería aceptar el liderazgo de un juez procedente de la ribera oriental del Iardén. El alto precio lo pagaron los hombres de Efraim quienes residían en la parte oriental de la heredad de Menashé, e intentaron escapar como sobrevivientes (Versículos 4-5), hasta que fueron masacrados en el Iardén (al quedar expuesta su pronunciación diferente).
Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria explicaron el entierro de Iftaj “en las ciudades de Guilad” (Versículo 7), como un terrible castigo por la masacre de los hijos de Efraim, y dijeron que los órganos de Iftaj cayeron en distintos lugares, y en cada sitio fue sepultada una parte de él (Bereshit Raba sección 60,3)
En una misiva para el rey de Bnei Amón, Iftaj escribió una frase que un hombre creyente en Dios como Amo del mundo, no puede siquiera imaginar-“¿Acaso no posees lo que Kemosh, tu dios, te hizo poseer? Así pues, poseeremos nosotros a todo aquel, que el Eterno, nuestro Dios, echó de delante de nosotros” (Capítulo 11, versículo 24). Agreguemos a esto el sacrificio de su hija, y la guerra civil con la masacre en los pasos del Iardén, y el episodio de Iftaj demuestra la profundidad de la inserción israelita en la cultura moavita-amonita de alrededor.
La continuidad del quehacer regular de los “pequeños” jueces-Ivtzan de Beit Lejem (a mi criterio, de la Galilea), Eilón de Zebulún, Avdón de Piratón (al sur de Kdumim al oeste del Shomrón)-podía cubrir en parte la crisis de liderazgo mientras la amenaza externa era débil. Al fortalecerse los pelishtim (filisteos) en el oeste y empiecen a penetrar también en el monte, y en paralelo también habrá de retornar la amenaza amonita en el este, quedará en claro que el liderazgo de los jueces ya ha colapsado en la época de Iftaj y la guerra civil.
Gentileza del sitio 929.