La caída del Maná-un punto de inflexión

La caída del Maná-un punto de inflexión

El pueblo de Israel atravesó algunas etapas centrales: el período de permanencia en Egipto y la salida de allí, la etapa en el desierto y la del ingreso a la tierra. Parece ser que lo que generó la transición entre las etapas fue la caída del Maná. ¿Por qué? ¿Qué es lo que expresa?

El pueblo de Israel, al salir de Egipto llevó como vianda para el camino tortas de panes ázimos que hornearon en Egipto o en el camino. Desde el 15 de Yiar del primer año, los hijos de Israel comenzaron a quejarse porque no tenían comida (Shemot capítulo 16). En respuesta a ello, Dios les provee, de aquí en adelante, un pan desde el cielo. ¿Qué sucedió en el mismo día en que comenzaron a quejarse? ¿Por qué la Torá destaca esta fecha en particular?

Los comentaristas Rashi y Rashbam, de acuerdo a los Midrashim de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, explican que un día antes del inicio de las quejas, los hijos de Israel terminaron los panes ázimos que llevaron de Egipto como vianda para el camino (Shemot capítulo 1, versículo 39). Se encontró que, de hecho, el éxodo de Egipto que se inició el 14 de Nisán por la noche, mantuvo vigente sus signos  hasta el 14 de Yiar por la noche.

Se infiere entonces, que el comienzo de la caída del Maná representa un punto de inflexión significativo del éxodo de Egipto a la etapa del desierto. De una conducción natural a una conducción milagrosa Divina.

Resulta interesante que la caída del Maná también representa el cierre de la etapa del desierto y el pasaje a la etapa del ingreso a la tierra de Israel. Ya que el Maná continuó cayendo hasta el 14 de Nisán del año cuarenta, año en el cual, Yehoshua ingresó a la tierra, al celebrar la festividad de Pesaj, y al día siguiente, ya comieron de la cosecha de la tierra. (Yehoshua capítulo 5, versículos 10-12)

El éxodo de Egipto y el ingreso a la tierra tienen en común, de hecho, el involucramiento práctico del pueblo de Israel en la preocupación por sus necesidades, mientras que la época del Maná representa la atapa intermedia de absoluta dependencia de Dios en todos los aspectos.

 

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