La destrucción del Mishkán (Tabernáculo) de Shiló surge a partir de un error de comprensión. El Mishkán y el arca del pacto representan el nexo entre el pueblo y su Dios, y desde el momento en que pasan a ser considerados como portadores de un poder independiente, no tienen razón de ser.
El capítulo refiere a la destrucción de Shiló, la gran destrucción, contemplando la letra hebrea “Hei” como artículo determinado (también denominado artículo definido) a fin de entender la dimensión de la destrucción, observaremos detenidamente otras de sus menciones-
“Pues id a Mi lugar que había en Shiló, donde al principio hice habitar Mi nombre, y ved lo que hice con él, a causa de la maldad de Mi pueblo Israel… por tanto haré con esta casa que es llamada de Mi Nombre (en la que vosotros confiáis), y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, así como hice con Shiló. Pues os arrojaré de Mi presencia, así como he arrojado a todos vuestros hermanos, a todo el linaje de Efráim” (Irmiahu capítulo 7, versículos 12-15).
Y también en Tehilim, Salmos:
“Y dejó la habitación de Shiló; el tabernáculo donde había habitado entre los hombres; y entregó Su fuerza (el arca), al cautiverio, y Su gloria en mano del enemigo. Abandonó también a Su pueblo a la espada, y se airó contra Su herencia. Devoró el fuego a sus mancebos, y sus vírgenes no se desposaron. Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no hicieron lamentación” (Capítulo 78, versículos 60-64).
El Tanaj presenta la destrucción de Shiló como algo terrible, cual si fuera un trauma nacional. Cuando intentamos hacer referencia a una destrucción total hablamos de la destrucción de Shiló, que tiene lugar en nuestro capítulo.
Entonces surge el interrogante-¿Por qué se produjo una destrucción tan fuerte? ¿Cuál fue el pecado de Israel que ocasionó la destrucción del Mishkán?
A fin de hallar la respuesta a este interrogante, regresaremos a Irmiahu. En ese capítulo Irmiahu reprende al pueblo por su enfoque: “No confiéis en las palabras mentirosas, que dicen: "¡El templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor son éstos (edificios!")” (Irmiahu capítulo 7, versículo 4). El profeta reprende al pueblo de Israel en relación a su plena seguridad diciendo que el Santuario no será destruido, por el solo hecho de ser un Santuario.
También en nuestro capítulo se refleja un fenómeno similar: “y vino el pueblo al campamento, y los ancianos de Israel dijeron: ¿Señor, por qué hemos sido heridos hoy delante de los Pelishtím? Tomemos con nosotros, de Shiló, el arca del pacto del Señor, para que vaya en medio de nosotros y nos libre de manos de nuestros enemigos” (Versículo 3). El pueblo piensa que el arca los salvará por el solo hecho de ser el arca del pacto.
No solo el pueblo piensa así, sino también los pelishtim “Y temieron los Pelishtím, pues dijeron: Dios ha venido al campamento. Y añadieron: ¡Ay de nosotros! Porque nada como esto ha sucedido antes. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a los egipcios con toda clase de plagas, en el desierto” (Versículos 7-8).
Los Pelishtim, y como ellos el pueblo de Israel, piensan en términos idólatras y le atribuyen al arca un poder místico propio, una suerte de arma decisiva en cada batalla. Un enfoque del arca como este es completamente erróneo-el arca es el arca del pacto. Representa el nexo entre el pueblo y su Dios, no posee un poder independiente. Si habremos de recordar esto y actuaremos en pos del fortalecimiento del lazo, Dios nos salvará de nuestros enemigos-con o sin el arca. Desde el momento en que no es así, en el instante en el cual el Mishkán y sus utensilios dejan de relacionar al cielo con la tierra y pasan a ser portadores de un poder independiente, no tienen razón de ser.
Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización Najat, jóvenes amantes del Tanaj, que representa la sede para el estudio del Tanaj por parte de los jóvenes.