La fe de Rajab

La fe de Rajab

Es probable que el texto se extienda un poco más en el episodio de los espías de Yehoshua, principalmente, para enseñarnos acerca de la figura de Rajab quien se desarraigó de su pueblo y se insertó en el pueblo de Israel. A través de sus actos nos enseñó que si hubieran querido, los pueblos de Kenaan también estaban en condiciones de abandonar sus actos y asumir el yugo divino y el de Israel.

El libro Yehoshua comienza con el episodio de los espías y Rajab; un episodio similar se repite en la apertura del libro Shoftim, allí, uno de los habitantes de Beit El ayudó a los hijos de Iosef  a infiltrarse en la ciudad. En ambos episodios, el texto hizo hincapié en que de los pueblos de Kenaan hubo gente que cooperó en la conquista, el pueblo de Israel fue ayudado en su ingreso a la tierra por fuerzas internas que reconocieron su superioridad y su fe. En todos los casos, fueron considerados colaboracionistas y el pueblo de Israel les abonó por su acción y les retribuyó con buenas acciones.

El acto de bondad de Rajab no fue contemplado como debilidad o traición de Rajab contra los hermanos de su pueblo, ya que no se trataba de una traición por miedo e intereses, sino un acto de fe y aceptación del yugo celestial, acompañado por la asunción de riesgo en favor de Israel. Rajab vio en la aparición de Israel  y su redención, la revelación de la divinidad. En su mirada profunda y amplia, se diferenció  del enfoque de la gente de su generación y su lugar, y comprendió la profundidad del enfrentamiento y su final seguro, y a partir de su fe se desarraigó de su pueblo y se insertó en el seno de Israel. Así se desvinculó de su pueblo pero enseñó este principio general: si lo hubieran deseado, todos estaban en condiciones de llegar a la investigación de la verdad y asumir y aceptar el yugo divino y de Israel. Israel no estaba interesado en la guerra; son los Kenaanim los que optaron por luchar contra Israel y fueron desterrados.  Es por ello que el texto señala en forma destacada la mención de Rajab, quien se separó del colectivo de su pueblo a partir de su correcta reacción. Los Sabios no se conformaron con la inserción de Rajab en Israel, sino que testimoniaron que llegó a la cima del éxito- contrajo enlace con Yehoshua y entre sus descendientes hubo profetas y Cohanim (sacerdotes)”.  Rajab, la prostituta, se casó con Yehoshua. Ocho profetas que eran sacerdotes, descendieron de Rajab, la prostituta, y ellos son: Neriá, Baruj, Sharia, Majsaia, Ayrmiiá, Jilkiá, Janamel, Shalum” (Meguilá 14b).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Oz vaAnavá, Yiunim beYehoshua Shoftim" publicado por "Midreshet haGolán".

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