Kohelet dice: “Y en cuanto a la alegría, ¿Qué es lo que ésta hace?”(Capitulo 2, versículo 2), sin embargo, por otra parte sostiene: “Y encomié yo la alegría “ (Capitulo 8, versículo 15). Y efectivamente, hay chistes que son fundamentalmente negativos y por ende, están prohibidas, pero a diferencia de ello, hay bromas positivas que elevan a la persona y puede hacer maravillas."
“Y encomié yo la alegría” (Kohelet capítulo 8, versículo 15), dijo Kohelet, sin embargo, a veces, “y en cuanto a la alegría “ ¡es lo que ésta hace? (Kohelet capítulo 2, versículo 2). Hay bromas que son positivas y hay payasadas que son negativas, de base: toda bufonada está prohibida, con excepción de la bufonada del paganismo, que está permitida (Tratado de Meguilá 25b) y son conocidos los conceptos de Rabí Akiva: “la alegría y la frivolidad acostumbran al libertinaje sexual” (Pirkei Avot, capítulo 3, Mishná 13).
A diferencia de la bufonada negativa-el jolgorio conduce a la alegría necesaria para el servicio a Dios, y a partir de la acción sin intención, se llega a la acción intencionada. En el Tratado de Taanit 22a, se relata acerca de Rabí Broka quien le pidió al profeta Eliahu que le presentara a personas que tienen asegurado el mundo venidero. Eliahu señaló a dos personas que recorrían el mercado, y se supo luego que se trataba de dos cómicos que alegraban a la gente triste. Rabí Tzadok explica que contrariamente a la payasada, la risa es algo saludable, que muestra la verdad existente incluso en las cosas aparentemente superficiales y sin sentido.
La risa y la alegría elevan el espíritu y de ese modo ayudan mucho a superar las enfermedades. Y redactándolo en un lenguaje científico: después de la risa se registra un descenso en las hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol-lo cual fortalece el sistema inmunológico y reduce la presión arterial. En forma paralela, el cuerpo libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo (así también se conoce el “gas de la risa” que contiene oxigeno nítrico que provoca la sensación calmante de euforia tratamientos dolorosos)
El rubro de los payasos médicos es así muy importante: los que se ocupan de ello generan en los que están sumidos en la angustia, la posibilidad de contemplar la situación desde un lugar mejor y los ayudan a recuperarse de su quiebre y a curarse de su dolencia. Esta tarea es compuesta y demanda recursos anímicos porque el “payaso” debe percibir y contener la angustia, y precisamente, a partir de ello, ayudar a salir de la situación de pesar.
Efectivamente, el hecho de dedicarse a la risa de la alegría compromete el cuidado Halájico, especialmente en dos ámbitos: el recato y el lenguaje prohibido. La alegría es buena para la salud, pero con la condición de que no caiga en la frivolidad.
Gentileza del Instituto Pua.