Uno de los temas centrales del libro Kohelet es la sabiduría. En numerosos versículos del libro el rey Shlomó, el más sabio entre los humanos, expresa su opinión sobre la sabiduría, acerca del sabio y el transitar por la senda de la sabiduría.
“Empero puse mi faz yo, para observar sabiduría y delirio y necedad…
He visto que hay excedencia a la sabiduría por sobre la necedad, tanto corno la excedencia de la luz por sobre la oscuridad
El sabio, sus ojos están en su cabeza; mientras que el necio en la oscuridad se encamina; aunque percibí, también yo, que evento único habrá de acontecer a todos” (Versículos 12-14)
Por medio de la sabiduría, Kohelet quería revisar al mundo, y a través de la sabiduría llega a la conclusión de que la sabiduría no posee ventaja alguna. Sólo aquel que logró alcanzar la sabiduría puede establecer una definición de estas características, pero no todos logran ser sabios. No obstante, en situaciones determinadas la sabiduría le concede a su poseedor una notable ventaja, pero la misma es solamente provisional, y al final “un evento único habrá de acontecer a todos”(Versículo 14). También la suerte del sabio, al igual que la del resto de las personas está en manos de Dios y su final es similar al de todos los seres humanos.
A diferencia de la sabiduría práctica, que ayuda al sabio en su vida, la sabiduría teórica, que trata de revelar cómo se maneja el mundo, que trata de comprender el secreto de la vida, es una sabiduría Divina que no puede ser aprehendida por la persona. Incluso el sabio entre los hombres, está lejos de ella: “Todo esto lo he experimentado con la sabiduría; pensé: voy a ser sabio, empero ella está lejana de mí. Lejano está lo que ha sido; y profundo, profundo, quién lo habrá de hallar?” (Capítulo 7, versículos 23-24).
Finalmente, la persona no puede hallar la auténtica sabiduría. Este intento de perseguir la sabiduría, es frustrante:
“Pues a mayor sabiduría mayor exacerbación, y quien incrementa conocimiento incrementa dolor” (Capítulo 1, versículo 18).
Visto y considerando que dicha sabiduría es infinita, he aquí, que a medida que aumentas la sabiduría y el conocimiento descubres cuán poco sabes y cuando parce que te aproximas a la meta, te alejas de la misma. Y sin embargo, Dios implantó en el corazón de las personas la curiosidad, el deseo de comprender lo oculto, pero nunca podrán alcanzar su cometido:
“He observado el quehacer que ha dado Elohim a los hijos del hombre, para afligir con él. Todo, Él ha hecho bello en su hora; también la eternidad Él ha implantado en ora de ellos; empero no habrá de hallar el hombre la obra -que ha creado Elohim- el comienzo hasta el final” (Capítulo 3, versículos 10-11)
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza sitio Daat.