La sección de Itró incluye en su contenido el episodio más significativo en la historia del pueblo de Israel, la entrega de la Torá. ¿Cuál fue el mérito de Itró, el gentil, para aparecer instantes antes del evento en el monte Sinaí?
Un capítulo entero le dedica la Torá al relato alusivo a la llegada de Itró al campamento de Israel. Él no se conforma con ser un visitante pasajero en los de su hija y yerno, sino que comienza a dar ideas y hasta esgrime algunas críticas. Él ve que Moshé maneja el sistema judicial de manera concentrada, y le dice que no tiene chance de mantener ese ritmo. Entonces Moshé acepta y cambia el método: él designa a ministros de miles y de cientos, una herramienta administrativa básica para administrar la vida de un pueblo de millones de personas.
El hecho es un tanto extraño. He aquí que nos encontramos en la víspera de la entrega de la Torá en el monte Sinaí, uno de los eventos más emocionantes y significativos en la historia de la humanidad y de la nación israelí, y el Tana”j considera apropiado dedicarle tiempo a un tema tan marginal!! ¿Cuál fue el mérito de este gentil para que la sección de la entrega de la Torá lleve su nombre? Algunos de los Sabios sostienen que Itró llegó al encuentro de los hijos de Israel en el desierto varios días después de la entrega de la Torá, y esto refuerza aún más la necesidad de comprender por qué fue mencionada aquí su llegada.
Parece ser que alguien quiere transmitirnos un mensaje determinado, en la figura de Itró, aún antes de la entrega de la Torá.
En instantes recibiremos la Torá desde lo más elevado, del Dios del mundo. En instantes se nos dirá que es un gran privilegio pertenecer al pueblo que recibe los valores centrales que generaron cambios drásticos en la historia del mundo. “serán para Mí propiedad peculiar de entre todos los pueblos, ya que Mía es toda la tierra: pero ustedes serán para Mí un reino de nobles (Sacerdotes) y nación consagrada” (Capítulo 19, versículos 5-6). Grandes son las posibilidades de que percibamos un fuerte y elevado espíritu, y con justicia.
Una gran preocupación acompaña a este elevado e inspirado evento, y es el temor de que este importante episodio y este rol honorable “se nos suban a la cabeza”. Tal vez empecemos a levantar nuestra nariz y no sabremos prestar atención al otro, al prójimo, más aún cuando éste no sea judío. El temor es que tal vez olvidemos en el fragor de los acontecimientos que el respeto se antepone a la Torá; que lleguemos a pensar que después de haber recibido la Torá, ya no es necesario ser simplemente una persona buena y ética, lo que en el idioma Yidish se denomina “Mentsch”.
Para ello necesitamos a Itró.
La Torá Divina entregada desde el cielo es extraordinaria e importante. Ninguna persona hubiera inventado por su propia iniciativa el magnífico Shabat que nos fue entregado como regalo. Un ser humano no hubiera podido redactar toda la teoría moral y ética de la vida material con las palabras “No codiciarás” (Capítulo 20, versículo 14). Pero antes de los grandes valores, sé persona. He aquí que llega Itró, y con todos los reparos que Moshé pueda tener hacia él (es conocido que entre yerno y suegro no siempre impera la mejor relación), y nos enseña: acepta la verdad de quien la dice. Moshé le puede decir a su suegro que “lo deje tranquilo” y le permita manejar las cosas a su modo. Pero él no lo hace. Él entiende que debe aprender de toda persona, aún si es un suegro o si es un gentil, y aún si nosotros hemos recibido la Torá de Dios.
La atención a Itró es una condición para tener la capacidad de recibir la Torá de Dios.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Parashá baktaná" publicado por "Maguid"