En el relato bíblico no son pocos los malvados, y no cabe duda de que Labán trabajó duro para ser incluido en esta lista. Pero es importante recordar que aún entre los malvados hay niveles. A diferencia de Hamán, por ejemplo, Labán no es un malvado villano impregnado de maldad sino un ladrón codicioso y mezquino.
Encontramos a Labán por primera vez, tras el encuentro del sirviente de Abraham y Rivká: “Y Rivká tenía un hermano llamado Labán…cuando vio el aro y los brazaletes en el brazo de su hermana…se acercó al hombre” (Capítulo 24, versículos 29-30). La Torá insinúa que Labán se apresuró para ir al encuentro del sirviente al ver las valiosas joyas que le había colocado a su hermana. También en el capítulo 29, Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria) nos explican por qué corrió Labán hacia Iaacov: “Aparentemente es un hombre de recursos, ya que su sirviente llegó con diez camellos cargados” (Rashi, a partir del comentario de Jaza”l)
Pero las más intensas mezquindades de Labán las vemos en la continuidad del relato. Labán manipula a Iaacov ofreciéndole un salario de siete años a cambio de su hija Rajel. Al finalizar esos siete años, Labán engaña a Iaacov y reemplaza a Rajel por Leá. A lo largo de los dedicados años de trabajo de Iaacov, Labán trata de engañarlo, con una mezquindad despreciable. Esto es lo que escuchamos del frustrado Iaacov: “y cambiaste mi salario diez veces” (Versículo 41).
Acerca del móvil psicológico de Labán lo aprendemos de su propia boca. Al final de la sección, Labán discute con Iaacov, y en el fragor de la discusión de repente manifiesta: “Las hijas son mis hijas, los hijos son mis hijos, el rebaño es mi rebaño, y todo lo que estás viendo-es mío”(Versículo 43). Esta es la cosmovisión emocional de todo delincuente: todo es mío, todo me corresponde. Las personas que sostienen esta visión del mundo están seguras (convencidas) que todo les corresponde y que todos los demás viven a sus expensas. Y al final-después de que ya te han engañado-sigues siendo tú el que está en deuda con ellos.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot"