1 "Y subió pues Moisés al Monte, que fue totalmente cubierto por la nube. Cernióse así la gloria del Eterno sobre el monte Sinaí, que quedó cubierto por la nube durante seis días, y llamó (D-s) a Moisés el séptimo día, de entre la nube. Y la gloria del Eterno parecía un fuego devorador sobre la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. Entró Moisés en la nube sobre la cumbre y estuvo ahí durante cuarenta días y cuarenta noches."
(Éxodo 24,15-18)
Pregunta: ¿Por qué tuvo que permanecer Moisés en el monte durante 40 días y 40 noches (y sin comer ni beber)?, ¿Qué necesidad de estar todo ese tiempo y finalmente provocar la desesperación del pueblo que desembocó en el famoso becerro de oro? Si pensáramos que la razón fue la hechura de las Tablas de la ley, realmente al ser labradas por D-s mismo, bastaría un momento o máximo un día... Por otro lado si consideramos que Moisés necesitó ese lapso para poder aprender toda la Torá, ¿No puede D-s transmitirle todo ese conocimiento en mucho menos que 40 días?
Respuesta:
Abarbanel explica que este precioso tesoro llamado TORA, representaba una especie de creación totalmente nueva al ser revelada al mundo; para este propósito, la persona que tendría esa enorme responsabilidad debía ser elevada desde un nivel humano hasta uno espiritual y separado del universo terrenal. Para ésto es necesaria una preparación íntegra tanto del cuerpo como del alma de la persona.
(Podríamos poner como analogía el trabajar con material radioactivo, de seguro que la persona encargada de manipularlo tendría que prepararse anticipadamente tanto en su vestimenta como mentalmente; de lo contrario, no sólo fallaría en su misión sino que podría salir seriamente afectado).
El autor hace una comparación con un embrión humano, el cual tarda precisamente 40 días hasta su completa formación básica; de la misma forma también Moisés tuvo que pasar por este periodo de gestación para convertirse en una criatura nueva. Así también como el feto no ingiere alimento ni bebida alguna por la boca, Moisés no necesitó de esta energía para subsistir ya que su fuente provenía de “cordones umbilicales” mucho más elevados.
Profundizando un poco más en la esencia del número cuarenta, encontramos que esta cifra representa casualmente renovación y gestación. Por ejemplo: 40 días fue el diluvio, el cual engendró un nuevo mundo. Durante 40 años en el desierto, Israel cobró carácter de nación transformándose de un grupo de esclavos en un pueblo de hombres libres. Otro ejemplo podría ser la cantidad de agua que debe tener una Mikve, 40 SEA (Unidad de Volumen); de este modo, al sumergirse en ella adquiere uno renovación. (Al ingresar en ella emula uno el estado del feto dentro de la placenta)
Así entonces, podemos concluir que este periodo de tiempo que Moisés permaneció en el monte no es simplemente una cuestión técnica de aprendizaje o hechura de las tablas sino el proceso mismo de elevación y renovación espiritual necesario para bajar a este mundo el código que otorga nada menos que el sentido y la razón de la existencia del hombre y el universo.