El milagro hizo lo suyo, y nos cuenta el Tanaj sobre los reyes Emoritas que: “sus corazones desfallecieron quedando sin aliento a causa de los hijos de Israel.(Versículo 1)
Pero antes de que el pueblo de Israel aproveche el temor de las naciones, hay tres asuntos internos importantes:
La Circuncisión (versículos 2-9). Resulta que todo aquel que nació en el desierto no fue circuncidado (versículo 5). Yehoshua, por mandato de Dios, prepara cuchillas de piedra y circuncida a todas las personas en un lugar que se llama, y no casualmente, "la colina de los prepucios" (versículo 3).
Pesaj (versículos 9-11). "El día catorce del mes por la tarde" (versículo 10), tal como lo establece la Torá, los hijos de Israel hicieron el Pesaj en el Guilgal.
La circuncisión y Pesaj representan el pacto entre Dios e Israel. Por lo tanto se consideran preceptos muy importantes como parte de la identidad judía.
El Maná (versículo 11) - el alimento celestial que era el menú diario en el desierto – fue interrumpido, y los israelitas comenzaron a comer de la producción de la tierra. Los hijos de Israel deben ocuparse por sí mismos para comer.
Después de todo esto, en vísperas de la conquista de Yerijó, Yehoshua tiene una revelación divina: " y vio un varón que estaba parado frente a él con su espada empuñada en su mano. " ( versículo 13). Frente al aspecto beligerante de la persona que está frente a él, Yehoshua pregunta: "¿Estás con nosotros o del lado de nuestros enemigos? (Versículo 13), y obtiene la mejor respuesta que el comandante en la víspera de una batalla puede esperar "yo soy el comandante del ejército del Eterno, en este momento he llegado."(versículo 14) Osea la ayuda divina estará junto al pueblo de Israel.