Tiempo de guerra y tiempo de paz

Tiempo de guerra y tiempo de paz

Un liderazgo es puesto a prueba en la capacidad de actuar por diversas vías acorde a las diferentes situaciones. Ante la gente de Efraim, Guidón actuó suavemente, debido a que “el pecado de ellos” era el de un patriotismo excesivo. No obstante, la gente de Sucot y Penuel estuvieron en contra en los tiempos de guerra, y dicha traición puede poner en riesgo al público también en el futuro.

El pueblo le pidió a Guidón “Gobierna sobre nosotros, tú, y también tu hijo, y también tu nieto” (Versículo 22). A pesar de su gran humildad y el rechazo de reinar ya que el reinado debe ser entregado a Dios, su figura impresionaba e irradiaba belleza y modales reales. La combinación equilibrada de sus maravillosas cualidades lo convirtió en un líder ejemplar.

Guidón el juez se comportó de un modo real y lideró al pueblo con fortaleza y firmeza. Guidón demostró su liderazgo cuando supo actuar de diversas formas y adecuó los medios a las diferentes situaciones. Se ablandó como una caña y como un gusano para complacer a los hijos de Efraim, que eran sensibles a su lugar y luchaban en cada ocasión por su dignidad perdida (Versículo 1). Su sensibilidad y dominio fueron nuevamente revelados con Iftaj (Capítulo 12) y allí ellos ocasionaron una guerra civil y una gran tragedia. No obstante, Guidón mostró una notable tolerancia por su comprensión y por sus buenas cualidades (Versículos 2-3). Él sabía ampliar la participación de ellos en el triunfo y reducir la suya con modestia, y así silenció la divergencia y evitó una guerra civil innecesaria.

A diferencia de ello, fue duro como una roca con la gente de Sucot y Penuel, y en contraste con su comportamiento suave con la gente de Efraim, se condujo con ellos con dureza y crueldad. Pero había una gran diferencia entre los dos casos. La gente de Efraim participó de la persecución tras los Midianitas y trajeron en sus manos las cabezas de Orev y Zeev. Ellos exhibieron un patriotismo excesivo y se rebelaron por el hecho de que Guidón no los hizo partícipes de la guerra desde el inicio. Sin embargo, la gente de Sucot y Penuel lo traicionaron en un momento decisivo y se opusieron en el transcurso de la guerra. Su alejamiento del colectivo en un momento así podía llegar a frustrar la persecución tras los Midianitas que estaban en retirada. Por consiguiente Guidón no los perdonó  por su traición y los castigó severamente como corresponde con aquellos que se rebelan contra la autoridad.

Sin embargo, este modelo ideal de liderazgo no se sostuvo y se desintegró. La eliminación de Zevaj y Tzalmuna fue acompañada por una cuestión personal por la muerte de sus hermanos, hijos de su madre (Versículo 19). Asimismo, tuvo numerosas mujeres y mucha plata y oro, lo cual había sido prohibido por la Torá (Devarim capítulo 17) y esos actos fueron recurrentes y se volvieron en su contra como si fuera realmente un rey.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, del libro “Oz Vaanavá-Iyunim beYehoshua veShoftim”, publicado por Midreshet Hagolán

 

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