Una célebre pregunta es ¿por qué Shmuel se opuso a la coronación de un rey, acaso no es un precepto explícito en la Torá? Parece ser que el problema estaba en el momento y en el contraste que reflejaba la idea del reino con la postura de la profecía.
Hay diversas ideas entre nuestros Sabios de Bendita Memoria y también entre comentaristas posteriores, con respecto a la pregunta de por qué Shmuel se opuso a un rey a pesar de ser la coronación de un rey, un precepto de la Torá. Driver sostiene que la historia demuestra que la sección del rey en el libro Devarim no era conocida por Shmuel ni por el pueblo. Por cierto, que sus conceptos contradicen la lógica:
a. El concepto del reino legítimo es muy previo al libro Devarim
b. A partir de diversas fuentes queda demostrado que Dios se opone a la construcción del Gran Templo en la época de David, no por negarse a ello como principio sino porque aún no ha llegado el momento
c. El pueblo basó su demanda en la ley al destacar “como todos los pueblos” (Devarim, capítulo 17, versículo 14)
Parece que la solución es otra. Aparentemente el problema es que anticiparon los tiempos a pesar de que no hay nada de malo en el hecho de la demanda de un reino por sí mismo.
El período de los Jueces colocó al pueblo ante un gran desafío ya que tras haber ingresado a la tierra que Dios prometió entregarles a ellos, fueron víctimas de tribulaciones, derrotas en las guerras y sometimiento a pueblos extranjeros. Debían escuchar la voz de los profetas a fin de recibir una explicación de su situación que es generada por no escuchar la palabra de Dios. No obstante, los opositores a los profetas sostuvieron que el problema radica en el hecho de que no tienen un régimen estable y continuo. Pues entonces, la idea de un reino contrastaba con los conceptos de la profecía y por ende luego de que Shmuel corona un rey, no renuncia a la postura de la profecía según la cual deben observarse los preceptos y servir a Dios para que todo esté bien. El rey no representará una respuesta a fin de impedir (evitar) las desgracias (Capítulo 12, versículos 13-15).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro “Haroé veharoé-reshimot al Sefer Shmuel” publicado por Tvunot