En el mandamiento de la realización del evento de la maldición y la bendición que figura en el capítulo 27 del libro Devarim, existe aparentemente una contradicción. Por un lado, el evento debe ser realizado a partir del cruce del Iardén, y por otra parte, su ubicación en el monte Guerizim y en el monte Eval que se hallan en la región norte de Shejem. ¿Cómo puede ser conciliada esta contradicción?
En el capítulo 27 del libro Devarim, Moshé le ordena al pueblo que cuando atraviesen el Iardén e ingresen a la tierra, pues en ese mismo día habrán de colocar grandes piedras y las blanquearán con cal y escribirán sobre ellas todas las palabras de la Torá. Y ese será el mérito de ellos de llegar a la tierra de Kenaan (Devarim capítulo 27, versículos 1-3).
Inmediatamente después, Moshé agrega que deben erigirse esas piedras sobre el monte Eval y construir allí un altar y allí elevar las ofrendas y escribir sobre las piedras todas las palabras de la Torá (Capítulo 27, versículos 4-5). Entonces Moshé continúa y describe el gran evento de entrega de la bendición y la maldición sobre el monte Guerizim y sobre el monte Eval que se hallan en la zona de Elón Moré.
Estos mandamientos plantean variados interrogantes. Primero, ¿qué significa la repetición de la misma orden de escribir la Torá sobre las piedras y colocarlas? Además, ¿cómo se pueden colocar las piedras en el monte de Eval en el mismo día en que cruzaron el Iardén siendo que hay entre ambos una gran distancia? Esto y mucho más, del libro Yehoshua (Capítulos 4 y 8) ¿se infiere que Yehoshua no realizó el evento en el monte Eval y en el monte Guerizim inmediatamente después de cruzar el Iardén sino tras la conquista de Hai?
Parece que hay aquí dos mandamientos separados que son realizados con las mismas piedras. En principio, era necesario erigir piedras al costado del Iardén en el día del cruce. Estas piedras fueron utilizadas como una suerte de Mezuzá en el acceso a la tierra de Israel a fin de que recuerden la razón por la cual ingresan a la tierra y que la guerra contra los pueblos de Kenaan es por la singularidad del nombre de Dios y por la observación de sus preceptos. Este es el altar que construyó Yehoshua (en el capítulo 4) inmediatamente después de cruzar el Iardén.
Además, la Torá quería renovar el evento de la concertación del pacto en Sinai también en la tierra de Israel y ese es el sentido del evento en el monte Eval y en el monte Guerizim realizado tiempo después (Yehoshua capítulo 8).
La conexión entre los dos mandamientos en el capítulo 27 del libro Devarim surge a partir de que esta ubicación también se halla en otro acceso de la tierra, en la tierra de Shejem. A través de esta ciudad ingresó Abraham a la tierra y también Iaacov al regresar de Jarán. Este es el simbolismo de la instalación del altar también en este sitio. Esta orden fue cumplida por Yehoshua tras sus guerras contra Hai, como está descripto en el capítulo 8.