El lenguaje de la Meguilá, del libro de Ester, compara la salvación de los judíos de Persia, con el éxodo de Egipto y las conquistas de Yehoshua. Dicha comparación refuerza la sensación de que la salvación no fue completa, mientras los judíos permanecieron en el exilio.
“Egipto se alegró con su salida, porque su terror había caído sobre ellos” (Tehilim, Salmos, 105,38): la descripción de la alegría de los egipcios al abandonar los judíos su tierra “porque su terror había caído sobre ellos” es similar a la descripción mencionada en el libro de Ester: “y nadie les hizo frente, porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos” (Ester 9, 2).
Aparentemente, el relato de Ester nos insinúa: la bondad de D-s que se siente a lo largo de la historia del pueblo judío no concluyó con la llegada del pueblo a la tierra, sino que continuó, incluso tras la destrucción y en los tiempos del exilio.
Además, en el versículo de Tehilim, Salmos, se hace referencia a la alegría de los egipcios porque los judíos dejaron su tierra. A la luz de esta insinuación, el lector se pregunta ¿acaso era apropiado que ello aconteciera también en Shushán, a raíz del terror que había caído sobre todos los pueblos?
Y el lector no puede no percibir una crítica oculta hacia esta comparación: los persas podían haberse alegrado al salir los judíos de su tierra y a partir de que se encaminaran rumbo a Israel, sin embargo, no es eso lo que ocurre en el final de la Meguilá…
El versículo “Y nadie les hizo frente…” (9,2) remite al lector a otro episodio bíblico. Al final de la descripción del asentamiento del pueblo de Israel en la tierra, está mencionado: “Y dio el Eterno a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres; la poseyeron, y habitaron en ella. Y el Eterno les concedió reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres: y ninguno de sus enemigos les pudo hacer frente, sino que el Eterno entregó en sus manos a todos sus adversarios en sus manos. No dejó de cumplir ninguna palabra de todas las cosas buenas que habló el Eterno a la casa de Israel; todo se cumplió” (Yehoshua 21, 41-43).
Al leer la salvación de Shushán en el contexto del asentamiento del pueblo en la tierra de Israel, atenúa en cierta forma, el brillo de la salvación. La continuación del versículo de Yehoshua es: “No dejó de cumplir ninguna palabra de todas las cosas buenas que habló el Eterno a la casa de Israel; todo se cumplió”. ¿Acaso esta expresión podría haber sido pronunciada en relación a la salvación de Shushán? ¿Acaso “todo se cumplió” mientras el pueblo de Israel se halla en el exilio persa y en cualquier momento puede levantarse contra ellos un rey duro como Hamán?
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica Har Etzion