Yehoshua envía espías a Yerijó
Yehoshua envía espías a Yerijó la primera ciudad que el pueblo de Israel está a punto de conquistar. Los espías son enviados en "forma confidencial", es decir, en secreto, para que no trascienda el ingreso de los mismos a la ciudad. Los espías llegan a la casa de Rajab, una prostituta (algunos traducen el término hebreo זונה como “mujer vendedora de alimentos”), de los escritos se infiere que ella vivía en el extremo de la ciudad ("pues su casa lindaba con la pared de la muralla” Versículo 15)
El rey de Yerijó, el gobernante de la ciudad, escucha acerca de los espías e inmediatamente inicia su búsqueda. El rey se dirige hacia Rajav y le dice: "Saca a los hombres que vinieron a verte, que vinieron a tu casa, pues vinieron a espiar toda la tierra" (versículo 3). Incluso antes de que ella le responda, el texto nos relata que Rajav escondió a los hombres en su casa, y por lo tanto también puede mentir al rey con absoluta confianza: "Y los hombres se fueron, pero no sé adónde se fueron, persíganlos rápidamente porque podrán alcanzarlos" (Versículo 5). El rey y sus hombres continúan persiguiendo a los espías y se dirigen rumbo al Jordan.
Ahora que Rajab y los espías quedaron a solas y no corren peligro, Rajab inicia un discurso largo e impactante sobre su relación con el pueblo de Israel y con Dios. En su discurso, Rajab menciona la historia del pueblo Israel, el éxodo de Egipto y los grandes milagros que Dios hizo al pueblo de Israel. Al final, Rajab llega a la conclusión: "Porque el Señor tu Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra" (versículo 11)
Después de su extenso discurso, Rajab pide a los espías que la salven de la inminente destrucción de la ciudad. Rajab acuerda con los espías que colocará una señal fuera de su casa para que los israelitas sepan, durante la conquista de la ciudad, que no deben dañar la casa de Rajab y así salvarla a ella y a su familia. Los espías manifiestan su acuerdo y por lo tanto ambas partes están conformes: los espías se han salvado y Rajab será rescatada de la destrucción de la ciudad.
Después del acuerdo con Rajab, los espías regresan al campamento de los Hijos de Israel, ubicado en Shitim, y dicen que es posible cruzar el Jordán y conquistar Yericó: "Y le dijeron a Yehoshua: el Eterno nos ha entregado en nuestras manos toda la tierra y desfallecen ante nosotros todos los habitantes de la tierra.”. (Versículo 24) .