Versículo 1: Metzudat David explica que se refiere a que, luego que David perdonó a Abshalom, inmediatamente Abshalom comienza a hacerse notar en el palacio y adoptar medidas y costumbres muy aristocráticas. Esta actitud era vista por David y sus hombres, como conducta infantil por parte de Abshalom, que solo pretendía hacerse notar, es por eso que no le prestan atención. Abarbanel agrega que todo esto lo hacía para que de esa manera quede claro que él es el heredero al trono, por eso actúa como si ya fuera rey, para evitar así que David piense designar a otro que no fuera él.   Abshalom se hizo de un carro y caballos, y cincuenta hombres que corrieran delante de él   Daat Mikra señala que, si bien el hijo mayor de David era Amnón, éste ya había muerto (en manos de Abshalom) y el segundo hijo, Kilab, hijo de Abigail (ver 3:3) es factible que haya muerto antes o que no era apto para reinar. Lo que queda claro es que, Abshalom continúa en su campaña de hacerse notar y ser una figura central en el reino.  

Versículo 2: Malvim explica que, si bien Abshalom era ostentoso, por otro lado, quería mostrarse también como alguien humilde, cercano al pueblo y amante de la justicia e igualdad. Él quería hacerse una imagen de que es alguien que se interesa por cada uno y uno, preguntándole qué le sucedía, donde vivía, etc. Y no dejaba de recalcar que, en el palacio, fuera de él, nadie actuaba así, y que nadie les prestaría atención, tal vez porque el rey sea demasiado anciano o que él solo favorecería a los que son de su misma tribu. Le respondían que eran de determinad tribu, pues cada tribu tenía un territorio específico y allí habitaban los de aquella tribu.  

Versículo 3:  Daat Mikra señala que, tal como el pueblo había dicho a Shmuel anteriormente (Shmuel I 8:5) la función principal del rey era juzgar al pueblo y decretar leyes y reglas sociales. David, en la plenitud de su popularidad, era conocido por esto: David obraba justicia y equidad con su pueblo como dijo en Shmuel I 18:14. No obstante, ahora, el rey o, tal vez los jueces que él había nominado, no escucharían los motivos o alegaciones que ese individuo presentaba, por lo tanto, no prestarían atención a su caso. Otros sostienen que era imposible que David, conocido por su amor al pueblo y por la equidad, no se dedique a escuchar o impartir justicia. Sino que, lo que en realidad sucedía es que, Abshalom hablaba con aquel que había sido condenado por el tribunal de David, que de seguro salían de mal humor y enojados por el veredicto en su contra, y a ellos Abshalom les decía que él comprendía que se había obrado injusticia pues su argumento era bueno y debería haber sido tomado en cuenta para revertir el juicio a su favor. Abarbanel sostiene que, lo que Abshalom pretendía era dejar sentado que David ya estaba anciano y que no podía manejar el reino como lo hacía antes, mientras que Abshalom, estaba en el esplendor de su vida y podía asumir las funciones reales. Acorde a esta suposición, Abshalom no pretendía destronar o destituir a David, sino que solo pretendía que el rey claudique al reino en favor suyo y así le ceda el poder a él mientras que David quede como una suerte de rey emérito. La demagogia que utilizaba Abshalom era elocuente, pues todos saben que no es posible que las dos partes tengan razón, indefectiblemente una de las dos estaba errada, no obstante, él, para congraciarse con ellos, les decía a todos que tenían razón y que la justicia estaba de su lado.  

Versículo 4: Abarbanel señala que, Abshalom no dice que pretendía que lo nombren rey, sino solo juez.   La estrategia manipulativa de Abshalom era que, la gente sintiera que David ya estaba anciano y no podía cumplir su función correctamente, por lo tanto, debería delegar ciertas funciones del reino en su hijo más capaz, ósea: Abshalom. Este argumento que utiliza Abshalom, pareciera ser también una crítica oculta a David, pues, si con su propia hija Tamar, al ser violada por Amnón,  David casi como que no tomó ninguna medida, por lo tanto, ¿Cómo podría suponer un individuo común del pueblo que el rey aplicaría un castigo para el culpable? Por otro lado, Abshalom, era consciente que él mismo había actuado salteando a la justicia cuando mató a Amnón, por lo tanto, quiere limpiar su imagen y redimirse haciéndose pasar por un amante de la justicia y así justificar el fratricidio que había cometido, como si aquel suceso hubiera sido un exceso de amor a la justicia. Pleito es cuando hay una discusión o malentendido entre dos personas. Causa es cuando hay un delito o pérdida material.

Versículo 5: Abarbanel explica que, esta actitud de Abshalom era para demostrar humildad y aprecio por el pueblo, pues no permitía que la gente se inclinara ante él, como sería lo correcto ante el hijo del rey, sino que lo acercaba y lo abrazaba, como si se tratase de un hermano.  

Versículo 6: Si bien estas actitudes de Abshalom son populares y logran conquistar al pueblo haciéndose pasar por humilde y que no persigue honores, debemos saber que, para que un reino (un líder) tenga poder y autoridad para poder gobernar, precisa ser humilde y misericordioso, no obstante, es necesario que exista hacia el monArca un respeto, temor reverenciar y distancia correcta. Es por eso que los sabios estipularon que un rey no puede renunciar al debido respeto que sus súbditos le deben otorgar a su monArca, pues eso es lo que le permitirá gobernarlos e imponer leyes que sean respetadas por todos y de esa manera la sociedad pueda establecerse con armonía y justicia, pues sin temor y respeto a la ley establecida y a sus autoridades, la sociedad se convierte en una anarquía. Esta manera sagaz de actuar de Abshalom que, aparentemente no pretendía desplazar al rey, hizo que fuera considerado por David y Yoab como si se tratase de un niño malcriado, que solo pretende ganarse un lugar y llamar la atención, es por eso que no lo toman en serio.  

Versículo 7: Don Isaac Abarbanel sostiene que, cuando dice: al cabo de cuarenta años, se refiere al final del reinado de David, cuando ya tenía 70 años, es decir, cuando ya estaba entrando al año cuarenta de su reinado (que fue el último, pues en total David reinó cuarenta años) y Abshalom tenía aproximadamente 40 años. Esto denota aun más la idea de que, la intención de Abshalom era que, al ser que el rey ya estaba anciano y no podría asumir todas las funciones del reino, entonces, pretendía que le fueran traspasadas a él algunas de esas funciones para así asegurar el normal desempeño del reino. Otros comentaristas como Ralbag y sostienen que, esos cuarenta años, se refieren al tiempo que transcurrió desde que David había sido ungido como rey por el profeta Shmuel. Radak, sin embargo, explica que se refiere desde el momento en que el pueblo había pedido un rey, es decir, cuarenta años desde que se instituyó la monarquía en Israel. El motivo por el cual Abshalom planea ir a Hebrón, es porque allí pretende consagrarse como rey, y decide hacerlo en esa ciudad, precisamente porque fue allí en donde David comenzó su reinado, entonces él también quiere que sea así con él. Daat Mikra, sostiene que el motivo por el cual Abshalom elige la ciudad de Hebrón es porque allí había nacido él y sostenía que, de seguro, todos los de allí lo apoyarían. Tal vez, Hebrón, haya sido la capital de la tribu de Yehudá, es por eso que Abshalom se dirige hacia allí para hacerse fuerte ahí. Tal vez la gente de Yehudá no estaba tan feliz de que David se haya instalado en Jerusalem en lugar de Hebrón. El estilo lingüístico que utiliza Abshalom, no es el típico de él, de pronto habla con mucha delicadeza y humildad, mientras que anteriormente, cuando mandó a llamar a Yoab fue bruto y prepotente.  

Versículo 8: Debemos saber que aún no estaba construido el santuario de Jerusalem, y Hebrón había sido el lugar en donde los patriArcas, tanto Abraham, Itzjak como Yaacob, habían construido altares para Dios.  

Versículo 9: Abarbanel recalca que David le dijo que vaya en paz, es decir, no como la vez anterior en 13:24 que había pedido ir a esquilar a las ovejas en Baal Jetzor, y allí había asesinado a Amnón, es por eso que le acentúa que su ir sea en paz, no para cosas malas.  

Versículo 10:  Don Isaac Abarbanel dice que, el motivo de la designación de estos hombres, no era para espiar a nadie, sino que se trataba de una misión secreta, para que, una vez que se escuche sonar el Shofar, entonces, ellos expliquen a toda la gente de cada ciudad, que el motivo del Shofar no era un llamado a la guerra, sino que se trataba de que Abshalom había sido ungido como rey, precisamente en Hebrón, en el mismo lugar en donde David había sido instituido rey al principio. De esta manera la gente no pensaría que se trataba de un levantamiento o rebelión, sino que supondrían que se trataba de algo normal y ya establecido por el reino, y de esa manera lo aceptarían pacíficamente y no lucharían contra él. Daat Mikra, agrega que la función de estos espías, era mezclarse entre el pueblo y comenzar a difundir la idea de que Abshalom debería asumir las funciones reales en lugar de David que ya estaba anciano. Y al escuchar el shofar que sonaría desde Hebrón, también ellos tocarían el Shofar en cada ciudad y ciudad de Israel, expandiendo la noticia de que Abshalom había sido coronado en Hebrón y asumía las funciones reales. De esa manera Abshalom sería proclamado como rey en todas las ciudades de Israel al mismo tiempo. Abshalom, muy astutamente, quiso sembrar en la mente del pueblo, que él reinaba con el consentimiento de David, que lo envió para ello a Hebrón, no se trataba de una rebelión. Por otro lado, dejar como un hecho consumado la situación que él asumía las funciones u autoridad del rey, y que todas las ciudades lo habían aceptado.  

Versículo 11: Radak sostienen que estos invitados fueron con Abshalom a Hebrón, con la idea de que realizarían allí ofrendas de agradecimiento a Dios, en ningún momento supusieron que se trataba de consagrarlo rey. Los sabios dicen que fueron con Abshalom como 200 personas importantes, todos ellos líderes de los sanedrín de cada ciudad, que fueron con él ingenuamente, y al comenzar la rebelión, quedaron atrapados en manos de Abshalom y ya no pudieron hacer nada. Malvim dice que, al ver la gente que junto con Abshalom se encontraban hombres fieles a David, entonces, supondrían que todo eso fue hecho con la aprobación del rey y que no era una rebelión.  

Versículo 12: Radak dice que, mandó a llamar a Ajitofel para convidarle de la ofrenda, y que venga a él y de esa manera, tal como los otros 200 hombres destacados, también él se encuentre de pronto del lado de Abshalom y no le quede otra opción que aceptarlo y unirse a él. Malvim dice que el motivo por el cual Abshalom manda a llamar a Ajitofel, es porque al ser que él era uno de los más destacados y sabios concejeros del rey, tal como dirá más adelante en el versículo 16:23, no quería que esté a disposición del rey en caso de que sea convocado por David, por eso lo manda a traer a Hebrón, de esa forma privaría a David del concejo de Ajitofel. Daat Mikra agrega que, al ser que la gente vio que Ajitofel estaba con Abshalom, eso hizo que más gente se le una y la conspiración se haga más fuerte y firme.  

Versículo 13: Malvim señala, que todo esto fue hecho en el máximo secreto y pasó completamente desapercibido para el rey, de forma tal que, solamente se enteró cuando todo ya fue consumado y Abshalom ya fue coronado rey. Daat Mikra destaca que, en este versículo, fue llamado solo David, y no el rey David, pues a partir de ahora hay otro que se acredita el trono. El texto recalca que los que estaban con Abshalom eran los hombres de Israel, pero no los de la tribu de Yehudá.  

Versículo 14: Esta vez David toma muy en serio a Abshalom, ya no lo considera un niño malcriado, sino que es plenamente consciente del peligro que representa. Radak y Metzudat David, sostienen que David, al ver que Abshalom contaba con tantos hombres, supuso que no podría enfrentarlo, y que no estaría seguro ni siquiera en la fortaleza de la ciudad, es por eso que decide huir y salir de la ciudad, pues, al no estar David en Jerusalem, entonces Abshalom no vendría a ella en son de guerra para destruirla. Malvim agrega que, al ser que aun no estaba del todo claro quién estaba con David y quién con Abshalom, no podrían librar una batalla en la ciudad pues no sabrían contra quién luchar, es por eso que David prefirió huir y no luchar.  

Versículo 15: Metzudat David resalta que los servidores de David le dejan bien en claro que él es su señor y no Abshalom. Algo similar plantea Daat Mikra al señalar que en este versículo figura tres veces la palabra: rey, para dejar en claro que el único rey es David y no Abshalom.  

Versículo 16: Ralbag recalca que salió a pie, para que, de esa manera pueda pasar más  desapercibido y que no se note que es David el que camina, pues todos supondrían que el rey estaría montado en su carruaje real o en su caballo. Daat Mikra dice que todo esto contrasta con la manera en que se movía Abshalom con sus caballos y un séquito de cincuenta hombres que corrieran delante de él.  

Versículo 17: Don Isaac Abarbanel dice que, David hizo un alto en la casa más alejada de la ciudad, para que nadie lo notase, y de esa manera poder detenerse para reunir a toda la gente que iría con él. Daat Mikra, dice que esta vez cuando dice salió se refiere a su salida de la ciudad de Jerusalem, mientras que, en el versículo anterior, cuando dijo salió se refería a salir de su palacio.  

Versículo 18: Radak explica que eran todas familias importantes u oriundos de esas ciudades. Daat Mikra dice que, estos seiscientos hombres eran los que habían estado desde el principio con David, antes de ser rey.  

Versículo 19: Los comentaristas señalan que, cuando David le dice que regrese con el rey, se refiere a Abshalom, que se había proclamado rey, y que Itai no debería temerle, pues no le haría nada a él. O que, si prefería no estar en Jerusalem con Abshalom, entonces podría irse a su ciudad de Gat.  

Versículo 20: Rashi explica que, al ser que David deberá deambular de un lado para otro, sin poder quedarse en un lugar fijo por el peligro que le acechaba, no podía garantizarle a Itai y su gente que tengan lugar en donde él fuera, es por eso que le pide que se vuelva. No obstante, David reconoce toda la bondad y verdad que Itai había obrado para con él. Daat Mikra sostiene que Itai era jefe de varios hombres de guerra y que David lo había puesto a cargo de parte de su ejército, tal como veremos luego 18:2, en la guerra de los montes de Efraim. David le dice que no crea que, al ir con él es que está obrando misericordia y verdad, pues la verdadera bondad que podría brindarle al rey y a su propia gente, es volverse a su ciudad y no ser un peso para él. Pues David estaba decidido a no luchar, por lo tanto, no precisaba guerreros.  

Versículo 21: Malvim dice que Itai y sus hombres le son fieles a David, y prefieren morir junto a él y no abandonarlo. Daat Mikra señala que está escrito dos veces en el versículo la frase: mi señor el rey esto lo hace para recalcar que a sus ojos él es el rey y no Abshalom como había dicho David en el versículo 19.  

Versículo 22: Al escuchar este juramento, David aceptó que Itai fuera con él. Itai no solo fue con sus hombres, sino que cada uno llevó con él a sus familias e hijos. Todos se exiliaron dejando sus hogares y marchando junto con el rey.  

Versículo 23: Daat Mikra dice que se refiere a los habitantes de Jerusalem y sus alrededores por donde pasaba David. Mas adelante en el versículo 30 detallará más la naturaleza de este llanto. Cuando dice: todo el pueblo se refiere aquí a la gente que iba con David. Si bien, siempre David iba a la cabeza del pueblo, tal como afirma en 5:2, esta vez David va detrás del pueblo, tal vez el motivo sea porque David pensó que si Abshalom salía en su persecución entonces, al estar él en la retaguardia, se encontraría primero con David y de esa manera no lastimaría al resto del pueblo. El arroyo Kidrón corría por un valle bastante profundo a las afueras de la ciudad vieja de Jerusalem, el que está entre la ciudad vieja y el monte de los Olivos.    

Versículo 24: Los comentaristas sostienen que Tzadok había salido al mismo tiempo que David, pero aquí nos dice que, al cruzar el arroyo, ellos colocaron/asentaron el Arca en un sitio determinado mientras el pueblo y el rey cruzaban, algo similar a lo que había sucedido en época de Yehoshua cuando el pueblo entró a la tierra de Israel, que el Arca estaba en medio del Jordán hasta que el pueblo terminó de cruzar el río. Daat Mikra señala que, la llevaron tal como la Tora estipula, que el Arca debe ser transportada por los Leviim. El objetivo era que el pueblo pasase frente al Arca y se postrara en plegaria a Dios. Hay quienes dicen que el objetivo era demostrar que Dios estaba con David. A partir de ahora ya no figura solamente Tzadok como sumo sacerdote, sino que aparece en escena Ebiatar junto con él para compartir ese cargo. Rashí y Radak, citando a los sabios del Midrash dicen que, anteriormente en Shmuel I3:35 Dios había decretado que la casa de Eli el cohen, sería desplazada y un nuevo cohen sería designado y andaría delante del ungido de Dios, y aquí es cuando ocurre esto, es por eso que ahora nombra también a Ebiatar, quien será el futuro sumo sacerdote (en época de Salomón); esto le demuestra a David que no había sido despreciado por Dios; pues dice que el nuevo sumo sacerdote (Ebiatar) estará ante el ungido de Dios, y Ebiatar estaba ahora ante David.  

Versículo 25: David, a diferencia de lo que había sucedido con la gente de la época de Eli el sacerdote, él no consideraba al Arca como un amuleto que le traería suerte, sino, todo lo contrario, como algo sagrado que debe ser cuidado y respetado en forma extrema, por lo tanto, no consideraba que el Arca debería deambular con él por el desierto mientras escapa de Abshalom. Es por eso que ordena que sea regresada al lugar privilegiado y honrado que había construido para que el Arca de Dios pose allí, aunque eso implicase que estuviera lejos de él. En este caso David se ve a sí mismo como algo secundario con respecto al Arca de Dios, el Arca es lo importante y trascendente independientemente de lo que a él le suceda. Otro motivo por el cual David hace regresar el Arca, es porque no quiere que, a ojos del pueblo, quede como  que él usurpó el objeto más preciado y sagrado del pueblo, y entonces, ese argumento sea utilizado por Abshalom y así, unir a todo el pueblo tras él para ir tras David y recuperar el Arca, como si se tratase de una lucha por la causa de Dios, una guerra santa.  

Versículo 26: David acepta sumisamente lo que Dios determine para él, si Él decide que Abshalom debe ser rey en lugar de David, él lo aceptará dócilmente y no se rebelará, es por eso que está dispuesto a dar un paso al costado dejando sus palacios intactos y a toda la ciudad en pie, sin destruir nada, aun el Arca, que él mismo había recuperado, todo lo deja en manos del futuro rey; a diferencia de Shaul, que al enterarse de que Dios había dado el reino a otro, no lo acepta y pretende matarlo. David nunca sospechó de Dios ni dejó de tener fe en las palabras que Él le había prometido por medio del profeta Natán en el capítulo 7 versículos 9, 11, 12, 15 y 16, de que su reino sería estable y duradero y que nadie atentaría contra él, sino que, a pesar de que Dios le había prometido que reinaría todos los días de su vida, él sabía que, a causa de sus errores Dios podría cambiar eso, y que, tal vez ya no era merecedor de aquel bien que Dios le había concedido y entonces se haría pasible de ese castigo.  

Versículo 27: Malvim explica que, en ese momento David había consultado a Dios por intermedio de los Urim Betumim del sumo sacerdote, si ¿había sido despreciado por Dios o había hallado gracia ante Sus ojos?, por eso le dice: Tú eres vidente, y la respuesta que obtuvo fue que él regresaría a la ciudad y que el Arca debería regresar a la ciudad a su lugar. Abarbanel agrega que, si bien antes, en el versículo 25, ya les había dicho que regresen, ahora agrega algo más: al ser que David no sabía exactamente cuál era la intención de Abshalom, es por eso que quiere que regresen los sacerdotes junto con sus hijos, de esa forma, no serían sospechosos a los ojos de Abshalom y podrían investigar cuál eran sus planes e informarle. David recordaba lo que Shaul hizo a los cohanim de Nob por su culpa y no quiere que la historia se repita (ver Shmuel I capítulo 22). A diferencia de lo que había ocurrido en época de Eli, que tomaron el Arca sin consultar a Dios (ver Shmuel I 4:4), David no quiere llevar el Arca sin consultar a Dios, es por eso que consulta por intermedio de los Urim Betumim, qué hacer.  

Versículo 28: Daat Mikra explica que se refiere a que los esperará en los vados del río Jordán, o tal vez en los profundos valles del desierto entre Guilgal, al norte de Yerijó, y el Jordán.  

Versículo 29: Daat Mikra explica que, luego de que colocaron el Arca en la tienda que David había constituido para ese fin en Jerusalem, también ellos se quedaron allí y no huyeron de ante Abshalom.  

Versículo 30: El monte de los Olivos es el que está enfrente de Jerusalem hacia el este, que era la dirección a donde se dirigía David. El valle del Kidrón los separaba, y al cruzarlo, como dijo antes en el versículo 23, ahora comienza a subir por la ladera oeste del monte de los Olivos. Este monte es un poco más alto que Jerusalem, es por eso que una vez que se cruza hacia el este, Jerusalem ya no se ve. Por lo tanto, explica Malvim, una vez que David se despide del Arca de Dios, anhelando poder volver a verla nuevamente, ahora sube a la cima del monte para ver su ciudad por última vez antes de partir, esto le produjo una tristeza y angustia profunda, es por eso que se entristece y adopta todo tipo de actitudes típicas de una persona sumida en duelo y dolor.   Abarbanel sostiene que, acorde a la tradición rabínica, es aquí en donde David compone el salmo 3 que comienza diciendo: Salmo de David, al huir de Abshalom su hijo: ¡Oh Eterno! Cuán numerosos son mis enemigos; muchos son los que me atacan. Muchos dicen de mí: “no tiene más salvación en Dios” Sela, Pero Tú ¡oh Eterno! Eres un escudo para mí; Tú eres mi gloria y el que levanta mi cabeza. Mi voz clamará al Eterno y Él me responderá desde el monte de Su santidad. Sela. Daat Mikra señala que en este versículo está escrito el verbo subía cuatro veces, pues aun en sus momentos de angustia y desgracia, David se elevaba y se destacaba por su profundo nivel espiritual. Desde que David consolidó su reino, sólo soñaba y añoraba construir la casa de Dios, (tal como lo decreta el precepto Bíblico: una vez que el pueblo de Israel ingrese en su tierra, deberán establecerse un rey, destruir a la simiente de Amalek y entonces construir una morada para Dios), es por eso que toma a Bat Sheba para tener el hijo que Dios le había vaticinado que construiría el santuario, (ver la explicación al respecto en el capítulo 11 versículo 2) acopió oro y maderas para disponer de todo lo necesario para la construcción, etc., toda su vida giraba alrededor de ello… y ahora mira con melancolía hacia atrás, la ciudad de Jerusalem, con la amarga realidad de que, no sólo que no construirá la casa de Dios, sino que también se alejará de la tienda que construyó para poner Su Arca.  

Versículo 31: Alguien dio aviso a David, diciendo: Ajitofel está entre los conspiradores con Abshalom. Y David dijo: ¡Oh Señor! entontece el consejo de Ajitofel. Malvim dice que, en ese momento, David presta atención que Ajitofel no estaba con él, pues si bien no había venido ante su presencia, David suponía que no todos podrían huir junto a él, y ello no quería decir que estaban contra él. Pero al decirle expresamente que Ajitofel, no solo que no vino ante él, sino que se unió a Abshalom, eso hizo que David tome conciencia de que también él estaba entre los que conspiraban contra él. Abarbanel dice que, a esto se refiere David en el salmo 3:2 cuando dice: ¡Oh Eterno! Cuán numerosos son mis enemigos; muchos son los que me atacan. Muchos dicen de mí: “no tiene más salvación en Dios”.  David era consciente de la agudeza mental y la profunda sabiduría de Ajitofel, quien otrora fuera su consejero, tal como dice más adelante en el versículo 16:23 en aquellos días pedir el consejo de Ajitofel, era considerado como haber consultado a Dios…, por lo tanto, David pide asistencia a Dios, para que turbe el pensamiento de Ajitofel, que no lo haga ver o no lo deje pensar con claridad para que de esa manera no pueda aconsejar certeramente a Abhsalom en su contra, o que haga que, a ojos de Abshalom, el concejo de Ajitofel no sea considerado correcto.  

Versículo 32: Rashí explica que, era el lugar en donde David solía prosternarse ante Dios al regresar de sus batallas, pues desde la cumbre de este monte era el primer lugar desde donde se podía ver la ciudad de Jerusalem a la distancia, y entonces David, al divisar desde lejos la tienda que había construido para el Arca, entonces se prosternaba y daba las gracias por poder regresar sano y salvo a Jerusalem y tener el mérito de ver nuevamente el lugar del asiento del Arca sagrada que contenían las tablas de la alianza de Dios con el pueblo de Israel que concertó en el monte Sinai. Radak dice que, en esta oportunidad, la situación era completamente lo contrario de lo que era siempre, esta vez, era para despedirse sin saber cuándo podría regresar… si es que regresaría. Abarbanel sostiene que, al estar David rogando e implorando a Dios para que entontezca el consejo de Ajitofel, en ese preciso momento vino ante él Jushai Haarkí, de esta forma, David lo vio como una suerte de enviado Divino, como respuesta a su plegaria, es por eso que inmediatamente le dirá que vaya para desbaratar el consejo de Ajitofel, como dirá en los próximos versículos. Daat Mikra, señala que Jushai Haarkí, como veremos más adelante en el versículo 37, era considerado entre los cercanos al rey y de los que gozaban de su confianza. Jushai acude al rey demostrando un grado supremo de angustia y dolor, sumido en estado de duelo y con cenizas sobre su cabeza.  

Versículo 33: Ralbag y Metzudat David explican que, se refiere a que, al ser Jushai anciano, David debería marchar a un ritmo más lento, transitar por caminos fáciles y no a campo traviesa, como así también, tener que detenerse en lugares adecuados, todo eso dificultaría la marcha y huida de David.  

Versículo 34: Abarbanel y Metzudat David explican que, al decirle esto a Abshalom y abstenerse de reprenderlo o amonestarlo por usurpar el reino de su padre, entonces ganará su confianza y podrá constituirse como consejero y de esa manera poder contrarrestar la influencia y consejos de Ajitofel, así, Jushai sería de mayor utilidad a David. Tal como mencionamos antes en el versículo 32, David se había sumido en plegaria a Dios para que lo salve del concejo de Ajitofel, no obstante, no se quedó solo con la plegaria dejando todo en manos de Dios sin hacer nada él mismo, sino que David, instruye a Jushai para que desbarate el consejo de Ajitofel. Tal como nuestro patriArca Yaacob cuando temía de Esav su hermano, por un lado, reza y ruega a Dios para que lo proteja de su hermano y por el otro se prepara para la guerra. Reza como si no pudiera hacer nada, y se prepara como si fuera que nadie le va a ayudar. Fe en Dios al 100% y preparación para actuar por sí mismo 100%.  

Versículo 35: Malvim explica que, David le deja en claro a Jushai que no estará solo en esa empresa, sino que también hay otros que están obrando de esa manera, y por lo tanto puede confiar en ellos y ayudarse mutuamente.  

Versículo 36: Para no despertar las sospechas, deberían enviar los mensajes, no ellos mismos, sino por intermedio de otros, para que Abshalom no sospeche al ausentarse de ante su presencia ellos mismos.  

Versículo 37: Jushai aceptó el plan del rey, y se dirige a Jerusalem, previamente, debemos suponer que cambió sus vestiduras y se quitó las cenizas de su cabeza, para no demostrar ante Abshalom que estaba apenado por David. No habrá sido fácil para él cambiar de aspecto y de humor para simular estar contento y feliz de ver a Abshalom. Abarbanel sostiene que, ser considerado amigo del rey, es lo que en la época medieval implicaba ser parte de la comitiva y séquito del rey. Yoab es el gran ausente de todo este episodio. No hay duda de que seguramente estaba junto a David en su huida, pero no se atreve a hablar, ni decir nada al respecto, pues sabe perfectamente que él es el culpable por haber traído a Abshalom de vuelta cuando estaba exiliado. Tal vez por eso David, ni siquiera quiere escuchar lo que tenga para decir Yoab, sino que es el mismo David el que decide lo que hacer. A pesar del dolor y angustia que podría paralizar a cualquiera, David no se queda sin hacer nada, sino que, es activo y asume un papel protagónico, esto de seguro habrá dado ánimo al pueblo que iba tras él, al ver a su rey activo y no deprimido y pasivo.