"Y el Señor dispuso un gran pez que se tragara a Yoná; y Yoná estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches"
Versículo 1:
¿Acaso Dios habla con los peces o los animales?
¿Esto ocurre en la realidad o es todo dentro de una profecía que
está teniendo Yoná?
¿Por qué Dios lo salva precisamente de esa manera?
¿Por qué no lo sacó directamente del agua a la orilla del mar?
Si ya dijo que Yonáestuvo en el vientre del pez tres días¿Qué
necesidad tiene de especificar que también estuvo allí
tres noches
?
Los comentaristas Radak, Don Isaac Abarbanel, Metzudat David y Malvim
señalan que, al caer Yoná al mar, inmediatamente ya el pez lo trago para
evitar de esa manera que Yoná se ahogue. Además, el versículo recalca que
se trataba de un gran pez (Meam Loez sugiere que tal vez se refiere a una
ballena), para que de esa manera pueda ser engullido de una sola vez sin
tener que ser masticado ni que se le rompa ningún hueso.
El motivo por el cual es salvado de esta manera y no puesto directamente en
la costa, es para que Yoná tenga tiempo de reflexionar y arrepentirse, de
esa manera merecería ser salvado, de lo contrario, no. Y justamente Dios
elige un pez para que lo trague, pues es justamente lo inverso de lo que
Yoná había hecho, él había pretendido ir al mar para poder huir y escapar,
ahora estará en el mar, pero apresado, sin poder ir a ningún lado.
Los comentaristas concuerdan unánimemente que Dios no habla con los
animales o peces, por lo tanto, no se trata de que le dijo al pez que haga
tal cosa, sino que, cuando Dios quiere utilizar a los animales para que
hagan algo, simplemente despierta el interés de aquel animal, que actúa en
base a sus impulsos e instintos, para que haga tal cosa, en este caso, Dios
habrá despertado el interés de aquel pez para que esté en esa zona, y
luego, naturalmente al ver algo moviéndose (Yoná), lo confundió con comida
y lo tragó.
Existe una opinión de un rabino muy famoso:
Rabí Yosef ibn Caspi (1280- 1345)
Quien fue un comentarista bíblico, filósofo y lingüista que vivió en
España. Caspi fue famoso por su comentario de la Biblia sin apartarse del
sentido literal de los versículos y su pensamiento filosófico. Caspi fue
autor de numerosos libros, sobre interpretación bíblica, filosofía y
sabiduría de la lengua, de los cuales sólo algunos han llegado a nuestras
manos. A pesar de ser un filósofo de talla, el rabino Caspi se define ante
todo como un comentarista. Sus ensayos interpretativos destacan por su
fidelidad al texto y a menudo alude a principios filosóficos e
interpretativos mediante los cuales se pueden estudiar muchos otros
versículos. Su interpretación bíblica es principalmente
filosófico-lingüístico, y, siguiendo al "gran maestro", "la luz
para el mundo entero", como él mismo describió a Rambam, y en
particular fiel a lo escrito en la Guía de los perplejos, en el que
Maimónides se dedicó mucho a la filosofía y explicación de difíciles
pasajes bíblicos.
Rabí Yosef ibn Caspi sostiene que, en realidad, todo este suceso, desde la
huida de Yoná en el puerto de Yafo, hasta que el pez lo escupe en la orilla
del mar, todo esto está sucediendo en la visión profética de Yoná que
mencionó en 1:1 Y fue la palabra del Señora Yoná, hijo
de Amitai, diciendo:Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y
proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta Mí. Allí, (por
las causas que ya explicamos en el comentario del versículo 1:3) Yoná no
quiere ir a Nínive, y se ve a sí mismo en aquella profecía dirigiéndose a
Yafo para huir de la orden de Dios, incluyendo todo lo sucedido en alta mar
y la tempestad y cómo sobrevivió en el vientre del pez hasta que finalmente
acepta ir a Nínive y la profecía termina cuando el pez lo escupe en la
costa y allí termina la profecía, y lo que dice al comienzo del capítulo 3:
Vino palabra del Señor por segunda vez a Yoná, diciendo:
Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama en ella el mensaje
que Yo te diré
eso también es parte de la misma profecía, en donde luego de todos los
sucesos, Dios le vuelve a repetir la orden y comienza la realidad, en que
Yoná se dirige a la ciudad de Nínive para pregonar lo que Dios le había
ordenado.
Esta explicación, basada indudablemente en lo escrito por Rambam en la Guía
de los Perplejos, parte II capítulo 46 en donde el autor explica que parte
del estilo lingüístico de los profetas es que narran todo lo sucedido sin
explicar a cada rato que era parte de la visión profética, pues, al ser que
tales actos (que son antinaturales) es obvio que ocurren dentro de la
visión profética, no es menester repetir cada tanto que se trata de la
misma visión y no de un suceso real. Rambam principalmente utiliza esta
exegesis para evitar tener que recurrir a los milagros, siempre que pueda
ser explicado de otra forma (a no ser que el texto diga que se trató de
maravillas, tal como las plagas, la apertura del mar, el monte Sinaí, los
milagros de Yehoshua, Eliahu, Elisha, etc.).
Acorde a esta explicación, Rabí Yosef ibn Caspi evita tener que decir que
Dios intervino milagrosamente en la tempestad del mar, en la suerte que
recaía siempre sobre Yoná, en el pez y el milagro de que Yoná no murió,
etc.
Debemos aclarar que, tanto Rabí Yosef ibn Caspi, como Rambam, NO niegan la
posibilidad del milagro. Como así tampoco niegan que Dios interviene en la
naturaleza cuando a Él le place. No obstante, tratan de minimizar al máximo
las intervenciones Divinas en la naturaleza, pues, contrario a lo que la
gente común e insensata pensaría, los sabios sostienen que, cuanto menos
podamos recurrir a la necesidad de que Dios obró un milagro, más Lo
estaremos elevando y alabando. Pues la creación de Dios es perfecta, y
cuando una obra más perfecta es, menos precisa de intervención exterior.
Imaginemos un gran relojero que hace su reloj más perfecto, si cada tanto
tiene que volver a abrirlo y hacer algún cambio en él, menos perfecto será,
cuando menos tenga que intervenir, y el reloj mejor funcione en todas las
situaciones sin ningún tipo de intervención, más perfecto y sofisticado
será esa pieza. Lo mismo ocurre con la realidad que Dios creó, "cuanto
menos" Él tenga que intervenir para hacer milagros que cambien el normal
desarrollo de la naturaleza (que también fue creada por Dios), más perfecta
y sublime será Su obra. A esto se refieren los sabios de la Mishna en el
Pirke Avot 5:6 cuando dicen:
Diez cosas fueron creadas en la víspera de Shabbat, a la hora del
crepúsculo. Ellas son: 1) la boca de la tierra (Que se abrió con Koraj
y sus secuaces), la boca del pozo (De agua que extrajo Moshé en el
desierto), la boca del asno (Que le habló a Bilam), el arco iris, el
man, la vara de Moshé, el Shamir, las escrituras, las tablas y su
escritura,
allí Rambam explica que, tal como había afirmado en el octavo capítulo de
la introducción al Pirké Avot, que los sabios, no sostienen que Dios cambia
su voluntad en cada momento,
si no que al comienzo de la creación, dispuso en la naturaleza de todas las
cosas, lo que harán en todos los tiempos, es decir, cuándo se comportarán
normalmente y cuándo ocurrirá con ellas una maravilla en el futuro
lejano, y todo esto instaurado en las leyes físicas naturales, por eso dice
que en el final del sexto día puso en la naturaleza de la tierra, que Koraj y sus
secuaces sean tragados, y el pozo, de donde Moshé extraerá agua para el
pueblo que brote de él agua, y que el asno de Bilam, hable. Así también,
dispuso, desde un comienzo, la escritura de la Tora, aunque ignoramos cómo
lo hizo, tal como le dice a Moshé:
“Y te daré las tablas de piedra, la Tora y las leyes que escribí”
(Ex. 24:12) como así también la escritura sobre las tablas, como dice:
“Y la escritura, era escritura de Dios, tallada sobre la piedra”(Ex.
22:16).
Tal vez digas, si todas las maravillas ya fueron estipuladas en la
naturaleza de todas las cosas desde los seis días de la creación, ¿por qué
[la presente Mishná] especificó solo estos diez?
Debes saber que, esta Mishná, no afirma que sólo estas diez cosas fueron
estipuladas en la naturaleza de las cosas y ninguna otra maravilla fue
instaurada en el resto de las cosas, si no que dijo, que estas diez fueron
las que se estipularon al finalizar el sexto días, en cambio las demás
maravillas y milagros que serían realizados con el resto de los elementos
de la naturaleza, fueron establecidos, en el momento de ser creados cada
uno de esos elementos. Por ejemplo, en el segundo día, cuando las aguas
fueron divididas, se instituyó en su naturaleza que el mar Rojo se parta
para Moshé, y el río Jordán con Yehoshúa (Jos. 3), con Eliahu (Rey. II 2:8)
y con Elishá (Rey. II 2:14). En el cuarto día [de la creación] cuando se
creó el sol, se instauró en su naturaleza que se detenga en tal época
cuando Yehoshúa lo diga (Yehoshua 10:11y12) y así con el resto de los
milagros, a excepción de estos diez que fueron estipulados en la naturaleza
de las cosas la finalizar el sexto
día.
Esta teoría de Rabí Yosef ibn Caspi de que, los sucesos relatados en el
capítulo 1 y 2, son parte de la profecía de Yoná, como si fuera que el
versículo 1 y 2 del capítulo 1 es el resumen de la profecía y luego es la
descripción detallada de la misma, al comienzo del capítulo 3 es el resumen
de la profecía. Si alguien pudiera estar viendo a Yoná en el momento que
está recibiendo aquella profecía sobre ir a Nínive, vería que,
inmediatamente cuando se despierta del sueño profético, no baja para el
puerto de Yafo (pues eso sucedió en la visión profética), sino que se dirige
directamente hacia Nínive, como veremos en el capítulo 3. Algo similar
sucedió con Abraham cuando vinieron los ángeles a anunciarle la destrucción
de Sodoma y Gomorra y que Abraham "discute" con Dios si las destruiría si
hubiere allí 50 justos, etc., hasta que llega a 10 justos y luego termina
la profecía, es decir, en medio de su visión profética, Abraham va
aprendiendo, no es que sucede en la realidad. O como sucedió con Bilam, la
segunda vez que vinieron los mensajeros de Balak, que Dios le dijo que no
vaya a maldecir al pueblo de Israel y el texto bíblico lo sintetiza con un
solo versículo diciendo que Dios le autoriza a ir con estos mensajeros,
pero debe decir solo lo que Dios le diga. Luego relatará con lujos de
detalles cómo fue esa visión profética (en que Bilam va con ellos y se
encuentra con el ángel de Dios que se interpone ante su azno le habla a
Bilam, etc., y el ángel le termina diciendo que vaya pero que diga solo que
Dios le dirá). De esta manera se explica cómo es posible que el burro haya
tenido profecía, que haya hablado y por qué Bilam no se sorprendió de que
el burro hablara etc. etc. Así también, explica Rabí Yosef ibn Caspi, ocurre
aquí con Yoná.
Por otro lado, y en contraposición con la opinión anterior, Daat Mikrá, en
la introducción al libro de Yoná, para demostrar que es perfectamente
factible que la huida de Yoná a Tarshish, la tempestad y lo del pez, todo
eso haya ocurrido en la realidad, cita una historia verídica, que sucedió
en 1927 sobre un marinero que cayó al agua, fue tragado por una gran
ballena, y después de tres días fue encontrada la ballena, se la atrapó y
se le abrió el vientre a la ballena y sacaron vivo a aquel hombre (Allí
también cita Daat Mikrá una explicación científica de cómo puede ocurrir
esto, sin tener que recurrir necesariamente a un milagro).
No obstante, he citado estas dos opiniones contrapuestas, púes, sea cual
fuera la realidad, ya sea que todo haya sucedido en la visión profética de
Yoná (Como sostienen Rabí Yosef ibn Caspi y Rambam), o que haya sucedido en
verdad (Como sostienen Rabí Abraham ibn Ezra, Radak, Don Isaac Abarbanel,
Metzudat David y otros) esto NO cambia en absoluto nada, pues, más allá de
la escenografía y show de sucesos milagrosos, el mensaje sigue siendo real
y con la misma e importante enseñanza.
Nos especifica que estuvo tres días y tres noches en el pez, para que no
supongamos que fue menos tiempo, pues podría ser, por ejemplo, que fue
tragado por el pez el lunes a la noche, estuvo todo el marte y el miércoles
a primera hora fue escupido en la playa, lo que, si bien son tres días, en
realidad no se trata de 72 hs. Pero al agregar que fueron también tres
noches, forzosamente debemos suponer que se trataron de un período cercano
a las 72 hs.
Yoná es arrojado al mar y es tragado por un gran pez que Dios ha designado
para ello. ¿Por qué hace esto Dios? A primera vista, pareciera que Dios
pretende salvar a Yoná de ahogarse y por eso envía a aquel pez. Pero, si
realmente es eso lo que pretende Dios, entonces: ¿Por qué no lo salva
directamente arrojándolo con las olas hasta la orilla del mar?
En realidad, Dios pretende que la actitud y reacción de Yoná sea producto
de la reflexión y no un acto impulsivo. También con Abraham cuando Dios lo
envía a sacrificar a su hijo Itzjak, pasaron 3 días y luego vio el monte
Moria desde lejos, allí explican los comentaristas que, Dios no pretendió
que, lo de Abraham, fuera un acto impulsivo o un arrebato de pasión, sino
que fuera producto de la meditación y reflexión, es por eso que le da tres
días.
Cuando Yosef le interpreta el sueño al ministro del Faraón, le dice que en
tres días el faraón lo sacará del pozo en que estaba encarcelado y lo
liberará. También Yoná esta apresado en el interior del pez, y a los tres
días es liberado.
También la plaga de la oscuridad en Egipto duró tres días y luego volvió a
aparecer la luz. A Yoná le pasó algo similar, estuvo tres días sumido en la
oscuridad total en el vientre del pez, y luego de tres días, es escupido
por el pez en la orilla y por fin vuelve a ver la luz.
Al salir de Egipto, luego de cruzar el mar Rojo, la Tora nos relata en
Shemot
15:22: Moshé hizo partir a Israel del mar Rojo, y salieron hacia el
desierto de Shur; y anduvieron tres días en el desierto y no encontraron
agua.
Entonces clamó Moshé a Dios y les otorgo agua. También Yoná estuvo tres
días en el interior del pez sin tener agua para beber y luego de rezar a
Dios, Él le permitió salir y entonces pudo beber.
A los pies del monte Sinaí, Dios le dice a Moshé que prepara al pueblo pues
dentro de tres Días Él se revelará al pueblo en el monte Sinaí.
También la reina Ester, se someterá a tres días de ayuno antes de
presentarse ante el rey Ajashverosh para suplicar por su vida y la del
pueblo de Israel, tal como Yoná que, estando en el interior del pez no
habrá comido ni bebido durante tres días.
Los sabios explican que, Nun en arameo, quiere decir: pez y
Be
es casa, por lo tanto, Nínive seria como:
"la casa del pez"
Y de hecho, el símbolo de la ciudad de Nínive era un pez dentro de una
casa. Nínive, como veremos en el próximo capítulo, es una ciudad grande,
que requiere tres días para recorrerla. Yoná quiso huir y no estar tres
días dentro de ella, pero resulta que, al pretender escapar de Nínive (la
ciudad del pez), donde se suponía que debía permanecer durante tres días,
debió estar durante tres días dentro de otro gran pez.
Ionáh 2 Versículo 2
"Y oró Yoná al Señor su Dios desde el vientre del pez,"
Versículo 2:
¿Por qué esperó tres días hasta rezar?
¿Por qué no rezó antes?
¿Por qué no rezó apenas se lo tragó el pez?
¿Por qué ahora sí reza y antes en el barco no?
¿Qué fue lo que cambió?
¿Por qué está agradecido Yoná?
¿A qué conocimiento llegó como resultado de su existencia en el
interior del pez?
Tanto Radak como Don Isaac Abarbanel, consideran un gran milagro que, Yoná
pueda sobrevivir dentro del pez, y más aun, que permanezca consciente y
pueda rezar.
Meam Loez dice que el motivo por el cual Yoná no reza inmediatamente, es
porque se siente avergonzado de dirigirse a Dios luego que intentó huir de
ante Su presencia.
Al comienzo del libro, cuando Yoná huye en el barco y se desata la
tempestad que amenaza con hundirlos, los marineros se preguntan por qué
Yoná no invoca a su Dios, a diferencia de ellos, que intentan orar y salvar
sus almas. Yoná por su parte, se va a dormir. Prefiere no rezar a Dios,
pues Yoná está tratando de escapar de Él y Su profecía, no que Él lo salve,
la muerte para él sería su éxito, porque así no cumpliría la misión que le
había sido asignada.
El profesor Uriel Simón opina que, cuando Yoná se encuentra dentro del pez,
no pensó en morir. Durante tres días y tres noches el profeta estuvo
atrapado y aprisionado, y su silencio en las entrañas del pez era
ensordecedor, tal como su silencio en el barco, cuando todos clamaban a sus
dioses. Al principio, Yoná, podría haberse engañado, pensando que el pez
había sido enviado sólo para ser salvado de morir ahogado; pero a medida
que los días y las noches se alargaban, fue concientizándose de la
verdadera situación: ni el camino de la muerte ni el de la vida se abrirán
ante él, la muerte no sería su escape, él permanecería en un estado
intermedio hasta que tome la decisión de ir, ni en la muerte podrá escapar
de ante Dios.
La oración de Yoná en las entrañas del pez no es una oración de súplica
para salir de allí, como sería de esperar, sino una oración de
agradecimiento a Dios.
Una lectura atenta del contenido de la oración de Yoná, deja claro que su
contenido no es un pedido para que Dios lo salve, tampoco es solo un
agradecimiento por su salvación física. Lo que notamos en la oración de
Yoná es regocijo y agradecimiento por la respuesta espiritual, por la
renovación de la relación entre el hombre y su Dios. Aquí, describe el
proceso por el que pasó Yoná, desde su alejamiento y huida de ante la
presencia de Dios, hasta anhelar y desear Su cercanía.
Ionáh 2 Versículo 3
"y dijo: En mi angustia clamé al Señor, y Él me respondió. Desde las profundidades del Sheol pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz;"
Versículo 3:
¿Cuándo rezó Yoná: mientras estaba dentro del pez o luego que salió?
¿Por qué hay versículos en el rezo que están expresados en tiempo pasado?
Rabí Abraham ibn Ezra sostiene que, en realidad, a pesar de que varios
verbos en esta plegaria están expresados en pasado, e hizo confundir a
muchos pensando que esta oración a Dios fue hecha luego de que Yoná llegó
sano y salvo a la costa, en realidad no fue así, sino que la está relatando
mientras aun está dentro del pez. Y tal vez al utilizar el tiempo pasado,
es como que el profeta se refiere a que ésta será su plegaria una vez que
se salve y ya esté ante Dios, estas palabras son las que utilizará, por eso
lo dice en pasado, pues así lo diría una vez que esto haya quedado atrás y
él esté ante Dios diciendo esta plegaria.
Cuando las escrituras se refieren al Sheol, que, literalmente
quiere decir precipicios, hacen referencia a los abismos de la muerte.
Probablemente Yoná se refiera en este versículo a los primeros momentos
cuando fue arrojado al mar y cae a las profundidades, cuando se sentía en
las puertas de la muerte.
Ionáh 2 Versículo 4
"me habías echado a los abismos, en el corazón de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus encrespadas olas y tus marejadas pasaron sobre mí."
Versículo 4:
¿Por qué dice que Dios lo arrojó al mar si en realidad fueron los marineros?
Si bien Yoná fue arrojado al mar por los marineros, tal como él mismo les
había dicho en el versículo 1:12 Tomadme y lanzadme al mar, en
realidad eso fue así porque Dios había enviado esa gran tempestad, por lo
tanto, fue Él el causante de que Yoná termine allí.
Ionáh 2 Versículo 5
"Entonces dije: "He sido expulsado de delante de Tus ojos; sin embargo, volveré a mirar hacia Tu sagrado santuario.""
Versículo 5:
Si observamos atentamente la oración de Yoná, pareciera que lo que más le
dolió al profeta, no fue el hecho de que iba a morir, sino la desconexión
entre él y Dios. El gran sacrificio que hace Yoná en su fuga, no es su
propia muerte, sino la desconexión de su nexo con el Creador, él sacrifica
el más alto grado que puede llegar un individuo: el nivel de profecía, un
grado tal, en que la perfección de sus cualidades y elevación espiritual es
tan alta y su apego a Dios es tal, que su alma logra conectarse con Él.
Aquel que no experimenta ese grado, ni siquiera es capaz de entenderlo,
pero para Yoná la profecía es toda su vida (Para entenderlo más
profundamente ver nuestra explicación al Shir Hashirim).
Radak explica que, el gran dolor de Yoná, es que ya no volveré a
encontrarse con Dios, que la profecía se esfumará de él. Entonces, de
repente, cuando está en el vientre del pez, Yoná se da cuenta de que,
contra todas las expectativas, él no murió, sino que fue salvado
milagrosamente, entonces percibe que Dios está con él y que él aun está ante
Su presencia, y que Dios SI lo ve (delante de Tus ojos), es por
eso que dice: "volveré a mirar hacia Tu sagrado santuario", al
percibir esto, su alegría es tal que, por ello él ofrece una oración
agradecimiento.
Acorde a esta explicación, la oración de agradecimiento de Yoná es a causa
de la renovación de su vínculo con Dios. Si bien fue salvado físicamente,
el punto principal es que, si bien en un principio él trató de huir de ante
la presencia de Dios, pensó que, de esa manera su relación con Dios se
había roto, pero tan pronto como pudo comprobar que Dios lo salva, se da
cuenta de su conexión con Él se ha renovado, y este es el punto más
significativo para Yoná, es por eso que se alegra y hace promesas a Dios.
Ionáh 2 Versículo 6
"Me rodearon las aguas hasta el alma, el abismo me envolvió, las algas se enredaron a mi cabeza."
Versículo 6:
El profeta describe cuál había sido su dramática situación en que las aguas
lo habían cubierto por completo, hasta el punto que su alma estuvo por
morir.
Ionáh 2 Versículo 7
"Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con sus cerrojos me encerró para siempre; pero tú sacaste de la fosa mi vida, oh Señor, Dios mío."
Versículo 7:
Daat Mikrá explica que, Yoná se veía a
sí mismo como sin salida, tanto se había hundido en el mar que era como si
metafóricamente, las puertas de la tierra estarían cerradas para él para
siempre y ya nunca más volverá a ella, sino que moriría allí en el mar.
Ionáh 2 Versículo 8
"Cuando en mí desfallecía mi alma, al Señor recordé; y llegó a Ti mi oración, hasta Tu sagrado santuario."
Versículo 8:
La vida y la muerte en la Biblia no es una cuestión biológica, sino
espiritual. Vivir significa vivir a la luz de la presencia de Dios, cuando
hay una conexión constante con Él. La muerte significa el destierro de la
vista de Dios y la pérdida de conexión entre Dios y el hombre.
Vivir significa cultivar la relación con Dios, y Yoná eligió vivir, es
decir, Yoná eligió seguir cultivando su relación con Dios y no seguir
escapando. La elección de vivir significa una decisión de presentarse ante
el Señor del mundo, a pesar de no comprender el accionar de Dios. Los
principios no cambiaron, pero sí la percepción que Yoná tenía de la vida y
de Dios.
Ionáh 2 Versículo 9
"Los que confían en vanidades, su propia misericordia abandonan,"
Versículo 9:
¿A quién se refiere?
¿Quiénes son los que confían en vanidades?
¿Por qué abandonarían su propia misericordia?
Hay entre los comentaristas (Rabí Abraham ibn Ezra, Radak, Metzudat David)
quienes sostienen que, cuando el profeta dice:
Los que confían en vanidades
se refiere a los paganos idólatras, que cuando en momentos de aprieto,
hacen votos y promesas a Dios para que los salve, luego cuando pasa el
peligro, se olvidan de todas aquellas promesas o votos que habían hecho y
los abandonan. No obstante, Yoná no actuará así, sino que cumplirá todo lo
que dijo, tal como afirma en el próximo versículo.
Otros como Don Isaac Abarbanel opinan que se refiere a la gente de Nínive,
que ellos, ante el temor al castigo harán todo tipo de promesas actos de
misericordia y votos, pero luego no los cumplirán y volverán a sus antiguos
ídolos paganos.
Meam Loez, citando a Seforno, trae una tercera opinión y dice que, se
refiere a los hombres del barco que, si bien en un primer momento se
mostraron misericordiosos y amables, negándose a arrojarlo al mar,
finalmente, abandonaron esa postura y lo arrojaron al mar a una muerte
segura.
Ionáh 2 Versículo 10
"mas yo, con plegarias de agradecimiento Te brindaré ofrendas. Lo que prometí lo cumpliré. La salvación es del Señor."
Versículo 10:
Don Isaac Abarbanel sostiene que, aquí Yoná se compromete a cumplir la
misión que Dios le había encomendado de ir a Nínive, pues tal como dice en
Shmuel I 15:22
la mejor ofrenda a Dios es aquel que escucha Su palabra
. Y en cuando a los temores que tenía Yoná con respecto a Aram (de que
ataque a Israel, o que lo maten a él en caso de que sospechen que es un
falso profeta o que a causa de que ellos vuelvan de sus malos caminos, eso
se torne para el pueblo de Israel como un ejemplo condenatorio, tal como
explicamos en 1:3), sobre ello él se encomienda a Dios, tal como dice:
La salvación es del
Señor.
Daat Mikrá dice que, a diferencia de los paganos que mencionó en el
versículo anterior, él sí cumplirá sus votos a Dios y llevará sus ofrendas.
Ionáh 2 Versículo 11
"Entonces el Señor dio orden al pez, y éste escupió a Yoná en tierra firme."
Versículo 11:
¿En qué país lo expulsó el pez?
¿Por qué Dios decide perdonarlo y salvarle la vida?
¿Por qué dice: lo escupió? ¿Por qué utiliza un término tan
despectivo? Hubiera sido mejor que diga que el pez lo
dejó o lo depositó en tierra firme.
Tal como mencionamos anteriormente en el versículo 1, Dios no habla con los
animales ni éstos tienen profecía, lo que sucedió es que Dios hizo que el
pez tenga la necesidad de expulsarlo.
Al ver Dios que Yoná está dispuesto a cumplir Su mandato, entonces le
perdona la vida. Esta también es una gran lección para Yoná, pues a pesar
de que él mismo merecería la muerte por haber desobedecido a Dios, de todas
maneras, Dios no actúa con él acorde a lo estricto de la ley, como Yoná
pensaba, sino que le perdona la vida.
Entre los comentaristas hay quienes opinan como Daat Mikrá que, el pez lo
condujo nuevamente hasta las costas de Israel, precisamente desde donde se
había escapado. Otros opinan que en realidad lo dejó en las costas más
cercanas a Nínive.
Yoná no concebía la manera de Dios de manejar al mundo, tal como dijimos
antes, él era de la línea de pensamiento dura y estricta, fiel a la
verdad sin miramientos, por lo tanto, no comprende que Dios esté
dispuesto a perdonar a la gente de Nínive. Luego de observar la actitud
de los marineros, su pensamiento comienza a cambiar y comprende que,
aquel que regresa al camino correcto y reconoce sinceramente a Dios,
entonces ese individuo tienen esperanza y mérito para ser perdonado.
Si bien la oración de Yoná representa un cambio en la relación de Yoná con
Dios, en donde pasó por un proceso de cambio: desde un escape completo de
Dios, hasta las súplicas que expresó para regresar a Dios y poder observar
Su santuario sagrado; pero, a pesar de ello, mientras no cumpla su misión,
Dios no le responderá.
El cambio de Yoná a Dios no ocurrió de inmediato. Debieron transcurrir tres
días para que, Yoná en las entrañas del pez, comience a orar a Dios. Recién
allí, en la oscuridad total del interior, es que retumban las palabras del
capitán que le había dicho en el versículo 1:6 ¡Levántate y clama a tu
Dios!
Si bien las palabras de Yoná, son muy esperanzadoras, no obstante ello,
Dios no lo perdona inmediatamente, todavía no le vuelve a hablar, pues tal
como con la gente de Nínive, Él no solo se lleva por lo que dicen, sino más
bien por sus actos. Esto lo podemos notar de lo que dice:
Entonces el
Señordio orden al pez, y éste escupió a
Yoná en tierra firme. hubiéramos esperado que diga algo así como:
Entonces elSeñordio orden al pez, y éste
depositó
a Yoná en tierra firme, "escupir" no es precisamente un término
agradable o amigable, más bien, lleva insinuado una especie de desprecio y
rechazo espiritual…
Efectivamente, ocurrió un cambio en Yoná, pero en Dios, como es lógico, no
cambió nada, todo quedó exactamente como estaba al principio del libro. A
pesar del deseo de Yoná por huir, reconoce que, ante todo, está obligado a
guardar la palabra de Dios y Sus mandamientos, y sólo entonces Dios podrá
explicarle las cosas. Tal como el pueblo de Israel a los pies del monte
Sinai respondieron:
todo lo que Dios nos encomiende haremos y entenderemos
, allí todos los comentaristas recalcan que antepusieron el "hacer", la
acción, al "entender". Cuando se trata de Dios, debemos primero someternos
a Su inconmensurable sabiduría, reconociendo nuestra pequeñez, y ser
obedientes, luego, hay lugar (y hasta se impone) comprender la manera de
actuar de Dios para poder aplicarla a otros aspectos de la vida.
Es decir, no es que ahora pasa algo y entonces Dios decide lo que
hacer en base a lo que sucedió en ese momento, pues esto sería como
poder influenciar en Dios y que Él, tiene causas que pueden
afectarlo para que actúe de tal manera, ¡lejos de Él semejante
imperfección! Pues si así fuera, entonces Dios no sería la causa
primera. Esto no quiere decir que los sabios opinaban como los
filósofos griegos, que Dios no interfiere ni sabe lo que sucede en
cada momento, sino que los sabios sostienen que Dios sabe y conoce
todo lo que ocurre en cada momento y SÍ interfiere en los sucesos
terrenales, pero eso no funciona como el vulgo cree, si no que a
Dios no se le agrega ningún conocimiento nuevo, pues todo lo que
ocurre en el presente y lo que ocurrirá en el futuro, ya era sabido
por Dios desde el comienzo de todas las cosas, y por eso en el
momento de la creación, Él, sabiendo lo que ocurrirá en cada
generación y generación, decretó cuáles serán los milagros que les
ocurrirán en base a los sucesos que los propios seres humanos con
su libre albedrío hubieran decidido.
Por ejemplo, al crear el mar, Dios dispuso que su naturaleza sea
estar siempre las aguas unidas, mas en un futuro, cuando el pueblo
de Israel salga de Egipto, se partirán. De este modo, no es que en
el preciso momento que los hebreos salieron de Egipto y al ser
perseguidos por el faraón y su ejército entonces en ese momento
Dios vio lo que ocurría y “entonces decidió” partir el mar, pues
esto representaría que se le agregó a Dios algo nuevo que no sabía
(fuera de Él semejante cosa), lo que motivó que ahora actúe y
decida partir el mar, es decir que el faraón en cierta manera pudo
influenciar a Dios para que haga algo (partir el mar en este caso).
La cosa no es así, sino que Dios desde el principio sabía que el
faraón iba a perseguir al pueblo de Israel y entonces (desde el
comienzo de la creación) decidió, que el mar en el futuro debería
partirse para dejar pasar a los hebreos para cerrarse sobre los
egipcios.
Y no en el momento preciso de haber sido creada cada cosa con la
que se realizará ese milagro.
Ionáh 2 Versículo 1
¿Acaso Dios habla con los peces o los animales?
¿Esto ocurre en la realidad o es todo dentro de una profecía que está teniendo Yoná?
¿Por qué Dios lo salva precisamente de esa manera?
¿Por qué no lo sacó directamente del agua a la orilla del mar?
Los comentaristas Radak, Don Isaac Abarbanel, Metzudat David y Malvim señalan que, al caer Yoná al mar, inmediatamente ya el pez lo trago para evitar de esa manera que Yoná se ahogue. Además, el versículo recalca que se trataba de un gran pez (Meam Loez sugiere que tal vez se refiere a una ballena), para que de esa manera pueda ser engullido de una sola vez sin tener que ser masticado ni que se le rompa ningún hueso.
El motivo por el cual es salvado de esta manera y no puesto directamente en la costa, es para que Yoná tenga tiempo de reflexionar y arrepentirse, de esa manera merecería ser salvado, de lo contrario, no. Y justamente Dios elige un pez para que lo trague, pues es justamente lo inverso de lo que Yoná había hecho, él había pretendido ir al mar para poder huir y escapar, ahora estará en el mar, pero apresado, sin poder ir a ningún lado.
Los comentaristas concuerdan unánimemente que Dios no habla con los animales o peces, por lo tanto, no se trata de que le dijo al pez que haga tal cosa, sino que, cuando Dios quiere utilizar a los animales para que hagan algo, simplemente despierta el interés de aquel animal, que actúa en base a sus impulsos e instintos, para que haga tal cosa, en este caso, Dios habrá despertado el interés de aquel pez para que esté en esa zona, y luego, naturalmente al ver algo moviéndose (Yoná), lo confundió con comida y lo tragó.
Existe una opinión de un rabino muy famoso: Rabí Yosef ibn Caspi (1280- 1345) Quien fue un comentarista bíblico, filósofo y lingüista que vivió en España. Caspi fue famoso por su comentario de la Biblia sin apartarse del sentido literal de los versículos y su pensamiento filosófico. Caspi fue autor de numerosos libros, sobre interpretación bíblica, filosofía y sabiduría de la lengua, de los cuales sólo algunos han llegado a nuestras manos. A pesar de ser un filósofo de talla, el rabino Caspi se define ante todo como un comentarista. Sus ensayos interpretativos destacan por su fidelidad al texto y a menudo alude a principios filosóficos e interpretativos mediante los cuales se pueden estudiar muchos otros versículos. Su interpretación bíblica es principalmente filosófico-lingüístico, y, siguiendo al "gran maestro", "la luz para el mundo entero", como él mismo describió a Rambam, y en particular fiel a lo escrito en la Guía de los perplejos, en el que Maimónides se dedicó mucho a la filosofía y explicación de difíciles pasajes bíblicos.
Rabí Yosef ibn Caspi sostiene que, en realidad, todo este suceso, desde la huida de Yoná en el puerto de Yafo, hasta que el pez lo escupe en la orilla del mar, todo esto está sucediendo en la visión profética de Yoná que mencionó en 1:1 Y fue la palabra del Señora Yoná, hijo de Amitai, diciendo:Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta Mí. Allí, (por las causas que ya explicamos en el comentario del versículo 1:3) Yoná no quiere ir a Nínive, y se ve a sí mismo en aquella profecía dirigiéndose a Yafo para huir de la orden de Dios, incluyendo todo lo sucedido en alta mar y la tempestad y cómo sobrevivió en el vientre del pez hasta que finalmente acepta ir a Nínive y la profecía termina cuando el pez lo escupe en la costa y allí termina la profecía, y lo que dice al comienzo del capítulo 3: Vino palabra del Señor por segunda vez a Yoná, diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que Yo te diré eso también es parte de la misma profecía, en donde luego de todos los sucesos, Dios le vuelve a repetir la orden y comienza la realidad, en que Yoná se dirige a la ciudad de Nínive para pregonar lo que Dios le había ordenado.
Esta explicación, basada indudablemente en lo escrito por Rambam en la Guía de los Perplejos, parte II capítulo 46 en donde el autor explica que parte del estilo lingüístico de los profetas es que narran todo lo sucedido sin explicar a cada rato que era parte de la visión profética, pues, al ser que tales actos (que son antinaturales) es obvio que ocurren dentro de la visión profética, no es menester repetir cada tanto que se trata de la misma visión y no de un suceso real. Rambam principalmente utiliza esta exegesis para evitar tener que recurrir a los milagros, siempre que pueda ser explicado de otra forma (a no ser que el texto diga que se trató de maravillas, tal como las plagas, la apertura del mar, el monte Sinaí, los milagros de Yehoshua, Eliahu, Elisha, etc.).
Acorde a esta explicación, Rabí Yosef ibn Caspi evita tener que decir que Dios intervino milagrosamente en la tempestad del mar, en la suerte que recaía siempre sobre Yoná, en el pez y el milagro de que Yoná no murió, etc.
Debemos aclarar que, tanto Rabí Yosef ibn Caspi, como Rambam, NO niegan la posibilidad del milagro. Como así tampoco niegan que Dios interviene en la naturaleza cuando a Él le place. No obstante, tratan de minimizar al máximo las intervenciones Divinas en la naturaleza, pues, contrario a lo que la gente común e insensata pensaría, los sabios sostienen que, cuanto menos podamos recurrir a la necesidad de que Dios obró un milagro, más Lo estaremos elevando y alabando. Pues la creación de Dios es perfecta, y cuando una obra más perfecta es, menos precisa de intervención exterior. Imaginemos un gran relojero que hace su reloj más perfecto, si cada tanto tiene que volver a abrirlo y hacer algún cambio en él, menos perfecto será, cuando menos tenga que intervenir, y el reloj mejor funcione en todas las situaciones sin ningún tipo de intervención, más perfecto y sofisticado será esa pieza. Lo mismo ocurre con la realidad que Dios creó, "cuanto menos" Él tenga que intervenir para hacer milagros que cambien el normal desarrollo de la naturaleza (que también fue creada por Dios), más perfecta y sublime será Su obra. A esto se refieren los sabios de la Mishna en el Pirke Avot 5:6 cuando dicen: Diez cosas fueron creadas en la víspera de Shabbat, a la hora del crepúsculo. Ellas son: 1) la boca de la tierra (Que se abrió con Koraj y sus secuaces), la boca del pozo (De agua que extrajo Moshé en el desierto), la boca del asno (Que le habló a Bilam), el arco iris, el man, la vara de Moshé, el Shamir, las escrituras, las tablas y su escritura, allí Rambam explica que, tal como había afirmado en el octavo capítulo de la introducción al Pirké Avot, que los sabios, no sostienen que Dios cambia su voluntad en cada momento, si no que al comienzo de la creación, dispuso en la naturaleza de todas las cosas, lo que harán en todos los tiempos, es decir, cuándo se comportarán normalmente y cuándo ocurrirá con ellas una maravilla en el futuro lejano, y todo esto instaurado en las leyes físicas naturales, por eso dice que en el final del sexto día puso en la naturaleza de la tierra, que Koraj y sus secuaces sean tragados, y el pozo, de donde Moshé extraerá agua para el pueblo que brote de él agua, y que el asno de Bilam, hable. Así también, dispuso, desde un comienzo, la escritura de la Tora, aunque ignoramos cómo lo hizo, tal como le dice a Moshé: “Y te daré las tablas de piedra, la Tora y las leyes que escribí” (Ex. 24:12) como así también la escritura sobre las tablas, como dice: “Y la escritura, era escritura de Dios, tallada sobre la piedra”(Ex. 22:16).
Tal vez digas, si todas las maravillas ya fueron estipuladas en la naturaleza de todas las cosas desde los seis días de la creación, ¿por qué [la presente Mishná] especificó solo estos diez?
Debes saber que, esta Mishná, no afirma que sólo estas diez cosas fueron estipuladas en la naturaleza de las cosas y ninguna otra maravilla fue instaurada en el resto de las cosas, si no que dijo, que estas diez fueron las que se estipularon al finalizar el sexto días, en cambio las demás maravillas y milagros que serían realizados con el resto de los elementos de la naturaleza, fueron establecidos, en el momento de ser creados cada uno de esos elementos. Por ejemplo, en el segundo día, cuando las aguas fueron divididas, se instituyó en su naturaleza que el mar Rojo se parta para Moshé, y el río Jordán con Yehoshúa (Jos. 3), con Eliahu (Rey. II 2:8) y con Elishá (Rey. II 2:14). En el cuarto día [de la creación] cuando se creó el sol, se instauró en su naturaleza que se detenga en tal época cuando Yehoshúa lo diga (Yehoshua 10:11y12) y así con el resto de los milagros, a excepción de estos diez que fueron estipulados en la naturaleza de las cosas la finalizar el sexto día.
Esta teoría de Rabí Yosef ibn Caspi de que, los sucesos relatados en el capítulo 1 y 2, son parte de la profecía de Yoná, como si fuera que el versículo 1 y 2 del capítulo 1 es el resumen de la profecía y luego es la descripción detallada de la misma, al comienzo del capítulo 3 es el resumen de la profecía. Si alguien pudiera estar viendo a Yoná en el momento que está recibiendo aquella profecía sobre ir a Nínive, vería que, inmediatamente cuando se despierta del sueño profético, no baja para el puerto de Yafo (pues eso sucedió en la visión profética), sino que se dirige directamente hacia Nínive, como veremos en el capítulo 3. Algo similar sucedió con Abraham cuando vinieron los ángeles a anunciarle la destrucción de Sodoma y Gomorra y que Abraham "discute" con Dios si las destruiría si hubiere allí 50 justos, etc., hasta que llega a 10 justos y luego termina la profecía, es decir, en medio de su visión profética, Abraham va aprendiendo, no es que sucede en la realidad. O como sucedió con Bilam, la segunda vez que vinieron los mensajeros de Balak, que Dios le dijo que no vaya a maldecir al pueblo de Israel y el texto bíblico lo sintetiza con un solo versículo diciendo que Dios le autoriza a ir con estos mensajeros, pero debe decir solo lo que Dios le diga. Luego relatará con lujos de detalles cómo fue esa visión profética (en que Bilam va con ellos y se encuentra con el ángel de Dios que se interpone ante su azno le habla a Bilam, etc., y el ángel le termina diciendo que vaya pero que diga solo que Dios le dirá). De esta manera se explica cómo es posible que el burro haya tenido profecía, que haya hablado y por qué Bilam no se sorprendió de que el burro hablara etc. etc. Así también, explica Rabí Yosef ibn Caspi, ocurre aquí con Yoná.
Por otro lado, y en contraposición con la opinión anterior, Daat Mikrá, en la introducción al libro de Yoná, para demostrar que es perfectamente factible que la huida de Yoná a Tarshish, la tempestad y lo del pez, todo eso haya ocurrido en la realidad, cita una historia verídica, que sucedió en 1927 sobre un marinero que cayó al agua, fue tragado por una gran ballena, y después de tres días fue encontrada la ballena, se la atrapó y se le abrió el vientre a la ballena y sacaron vivo a aquel hombre (Allí también cita Daat Mikrá una explicación científica de cómo puede ocurrir esto, sin tener que recurrir necesariamente a un milagro).
No obstante, he citado estas dos opiniones contrapuestas, púes, sea cual fuera la realidad, ya sea que todo haya sucedido en la visión profética de Yoná (Como sostienen Rabí Yosef ibn Caspi y Rambam), o que haya sucedido en verdad (Como sostienen Rabí Abraham ibn Ezra, Radak, Don Isaac Abarbanel, Metzudat David y otros) esto NO cambia en absoluto nada, pues, más allá de la escenografía y show de sucesos milagrosos, el mensaje sigue siendo real y con la misma e importante enseñanza.
Nos especifica que estuvo tres días y tres noches en el pez, para que no supongamos que fue menos tiempo, pues podría ser, por ejemplo, que fue tragado por el pez el lunes a la noche, estuvo todo el marte y el miércoles a primera hora fue escupido en la playa, lo que, si bien son tres días, en realidad no se trata de 72 hs. Pero al agregar que fueron también tres noches, forzosamente debemos suponer que se trataron de un período cercano a las 72 hs.
Yoná es arrojado al mar y es tragado por un gran pez que Dios ha designado para ello. ¿Por qué hace esto Dios? A primera vista, pareciera que Dios pretende salvar a Yoná de ahogarse y por eso envía a aquel pez. Pero, si realmente es eso lo que pretende Dios, entonces: ¿Por qué no lo salva directamente arrojándolo con las olas hasta la orilla del mar?
En realidad, Dios pretende que la actitud y reacción de Yoná sea producto de la reflexión y no un acto impulsivo. También con Abraham cuando Dios lo envía a sacrificar a su hijo Itzjak, pasaron 3 días y luego vio el monte Moria desde lejos, allí explican los comentaristas que, Dios no pretendió que, lo de Abraham, fuera un acto impulsivo o un arrebato de pasión, sino que fuera producto de la meditación y reflexión, es por eso que le da tres días.
Cuando Yosef le interpreta el sueño al ministro del Faraón, le dice que en tres días el faraón lo sacará del pozo en que estaba encarcelado y lo liberará. También Yoná esta apresado en el interior del pez, y a los tres días es liberado.
También la plaga de la oscuridad en Egipto duró tres días y luego volvió a aparecer la luz. A Yoná le pasó algo similar, estuvo tres días sumido en la oscuridad total en el vientre del pez, y luego de tres días, es escupido por el pez en la orilla y por fin vuelve a ver la luz.
Al salir de Egipto, luego de cruzar el mar Rojo, la Tora nos relata en Shemot 15:22: Moshé hizo partir a Israel del mar Rojo, y salieron hacia el desierto de Shur; y anduvieron tres días en el desierto y no encontraron agua. Entonces clamó Moshé a Dios y les otorgo agua. También Yoná estuvo tres días en el interior del pez sin tener agua para beber y luego de rezar a Dios, Él le permitió salir y entonces pudo beber.
A los pies del monte Sinaí, Dios le dice a Moshé que prepara al pueblo pues dentro de tres Días Él se revelará al pueblo en el monte Sinaí.
También la reina Ester, se someterá a tres días de ayuno antes de presentarse ante el rey Ajashverosh para suplicar por su vida y la del pueblo de Israel, tal como Yoná que, estando en el interior del pez no habrá comido ni bebido durante tres días.
Los sabios explican que, Nun en arameo, quiere decir: pez y Be es casa, por lo tanto, Nínive seria como: "la casa del pez" Y de hecho, el símbolo de la ciudad de Nínive era un pez dentro de una casa. Nínive, como veremos en el próximo capítulo, es una ciudad grande, que requiere tres días para recorrerla. Yoná quiso huir y no estar tres días dentro de ella, pero resulta que, al pretender escapar de Nínive (la ciudad del pez), donde se suponía que debía permanecer durante tres días, debió estar durante tres días dentro de otro gran pez.
Ionáh 2 Versículo 2
¿Por qué esperó tres días hasta rezar?
¿Por qué no rezó antes?
¿Por qué no rezó apenas se lo tragó el pez?
¿Por qué ahora sí reza y antes en el barco no?
¿Qué fue lo que cambió?
¿Por qué está agradecido Yoná?
¿A qué conocimiento llegó como resultado de su existencia en el interior del pez?
Tanto Radak como Don Isaac Abarbanel, consideran un gran milagro que, Yoná pueda sobrevivir dentro del pez, y más aun, que permanezca consciente y pueda rezar.
Meam Loez dice que el motivo por el cual Yoná no reza inmediatamente, es porque se siente avergonzado de dirigirse a Dios luego que intentó huir de ante Su presencia.
Al comienzo del libro, cuando Yoná huye en el barco y se desata la tempestad que amenaza con hundirlos, los marineros se preguntan por qué Yoná no invoca a su Dios, a diferencia de ellos, que intentan orar y salvar sus almas. Yoná por su parte, se va a dormir. Prefiere no rezar a Dios, pues Yoná está tratando de escapar de Él y Su profecía, no que Él lo salve, la muerte para él sería su éxito, porque así no cumpliría la misión que le había sido asignada.
El profesor Uriel Simón opina que, cuando Yoná se encuentra dentro del pez, no pensó en morir. Durante tres días y tres noches el profeta estuvo atrapado y aprisionado, y su silencio en las entrañas del pez era ensordecedor, tal como su silencio en el barco, cuando todos clamaban a sus dioses. Al principio, Yoná, podría haberse engañado, pensando que el pez había sido enviado sólo para ser salvado de morir ahogado; pero a medida que los días y las noches se alargaban, fue concientizándose de la verdadera situación: ni el camino de la muerte ni el de la vida se abrirán ante él, la muerte no sería su escape, él permanecería en un estado intermedio hasta que tome la decisión de ir, ni en la muerte podrá escapar de ante Dios.
La oración de Yoná en las entrañas del pez no es una oración de súplica para salir de allí, como sería de esperar, sino una oración de agradecimiento a Dios.
Una lectura atenta del contenido de la oración de Yoná, deja claro que su contenido no es un pedido para que Dios lo salve, tampoco es solo un agradecimiento por su salvación física. Lo que notamos en la oración de Yoná es regocijo y agradecimiento por la respuesta espiritual, por la renovación de la relación entre el hombre y su Dios. Aquí, describe el proceso por el que pasó Yoná, desde su alejamiento y huida de ante la presencia de Dios, hasta anhelar y desear Su cercanía.
Ionáh 2 Versículo 3
¿Cuándo rezó Yoná: mientras estaba dentro del pez o luego que salió?
¿Por qué hay versículos en el rezo que están expresados en tiempo pasado?
Rabí Abraham ibn Ezra sostiene que, en realidad, a pesar de que varios verbos en esta plegaria están expresados en pasado, e hizo confundir a muchos pensando que esta oración a Dios fue hecha luego de que Yoná llegó sano y salvo a la costa, en realidad no fue así, sino que la está relatando mientras aun está dentro del pez. Y tal vez al utilizar el tiempo pasado, es como que el profeta se refiere a que ésta será su plegaria una vez que se salve y ya esté ante Dios, estas palabras son las que utilizará, por eso lo dice en pasado, pues así lo diría una vez que esto haya quedado atrás y él esté ante Dios diciendo esta plegaria.
Cuando las escrituras se refieren al Sheol, que, literalmente quiere decir precipicios, hacen referencia a los abismos de la muerte.
Probablemente Yoná se refiera en este versículo a los primeros momentos cuando fue arrojado al mar y cae a las profundidades, cuando se sentía en las puertas de la muerte.
Ionáh 2 Versículo 4
¿Por qué dice que Dios lo arrojó al mar si en realidad fueron los marineros?
Si bien Yoná fue arrojado al mar por los marineros, tal como él mismo les había dicho en el versículo 1:12 Tomadme y lanzadme al mar, en realidad eso fue así porque Dios había enviado esa gran tempestad, por lo tanto, fue Él el causante de que Yoná termine allí.
Ionáh 2 Versículo 5
Si observamos atentamente la oración de Yoná, pareciera que lo que más le dolió al profeta, no fue el hecho de que iba a morir, sino la desconexión entre él y Dios. El gran sacrificio que hace Yoná en su fuga, no es su propia muerte, sino la desconexión de su nexo con el Creador, él sacrifica el más alto grado que puede llegar un individuo: el nivel de profecía, un grado tal, en que la perfección de sus cualidades y elevación espiritual es tan alta y su apego a Dios es tal, que su alma logra conectarse con Él.
Aquel que no experimenta ese grado, ni siquiera es capaz de entenderlo, pero para Yoná la profecía es toda su vida (Para entenderlo más profundamente ver nuestra explicación al Shir Hashirim).
Radak explica que, el gran dolor de Yoná, es que ya no volveré a encontrarse con Dios, que la profecía se esfumará de él. Entonces, de repente, cuando está en el vientre del pez, Yoná se da cuenta de que, contra todas las expectativas, él no murió, sino que fue salvado milagrosamente, entonces percibe que Dios está con él y que él aun está ante Su presencia, y que Dios SI lo ve (delante de Tus ojos), es por eso que dice: "volveré a mirar hacia Tu sagrado santuario", al percibir esto, su alegría es tal que, por ello él ofrece una oración agradecimiento.
Acorde a esta explicación, la oración de agradecimiento de Yoná es a causa de la renovación de su vínculo con Dios. Si bien fue salvado físicamente, el punto principal es que, si bien en un principio él trató de huir de ante la presencia de Dios, pensó que, de esa manera su relación con Dios se había roto, pero tan pronto como pudo comprobar que Dios lo salva, se da cuenta de su conexión con Él se ha renovado, y este es el punto más significativo para Yoná, es por eso que se alegra y hace promesas a Dios.
Ionáh 2 Versículo 6
El profeta describe cuál había sido su dramática situación en que las aguas lo habían cubierto por completo, hasta el punto que su alma estuvo por morir.
Ionáh 2 Versículo 7
Daat Mikrá explica que, Yoná se veía a sí mismo como sin salida, tanto se había hundido en el mar que era como si metafóricamente, las puertas de la tierra estarían cerradas para él para siempre y ya nunca más volverá a ella, sino que moriría allí en el mar.
Ionáh 2 Versículo 8
La vida y la muerte en la Biblia no es una cuestión biológica, sino espiritual. Vivir significa vivir a la luz de la presencia de Dios, cuando hay una conexión constante con Él. La muerte significa el destierro de la vista de Dios y la pérdida de conexión entre Dios y el hombre.
Vivir significa cultivar la relación con Dios, y Yoná eligió vivir, es decir, Yoná eligió seguir cultivando su relación con Dios y no seguir escapando. La elección de vivir significa una decisión de presentarse ante el Señor del mundo, a pesar de no comprender el accionar de Dios. Los principios no cambiaron, pero sí la percepción que Yoná tenía de la vida y de Dios.
Ionáh 2 Versículo 9
¿A quién se refiere?
Hay entre los comentaristas (Rabí Abraham ibn Ezra, Radak, Metzudat David) quienes sostienen que, cuando el profeta dice: Los que confían en vanidades se refiere a los paganos idólatras, que cuando en momentos de aprieto, hacen votos y promesas a Dios para que los salve, luego cuando pasa el peligro, se olvidan de todas aquellas promesas o votos que habían hecho y los abandonan. No obstante, Yoná no actuará así, sino que cumplirá todo lo que dijo, tal como afirma en el próximo versículo.
Otros como Don Isaac Abarbanel opinan que se refiere a la gente de Nínive, que ellos, ante el temor al castigo harán todo tipo de promesas actos de misericordia y votos, pero luego no los cumplirán y volverán a sus antiguos ídolos paganos.
Meam Loez, citando a Seforno, trae una tercera opinión y dice que, se refiere a los hombres del barco que, si bien en un primer momento se mostraron misericordiosos y amables, negándose a arrojarlo al mar, finalmente, abandonaron esa postura y lo arrojaron al mar a una muerte segura.
Ionáh 2 Versículo 10
Don Isaac Abarbanel sostiene que, aquí Yoná se compromete a cumplir la misión que Dios le había encomendado de ir a Nínive, pues tal como dice en Shmuel I 15:22 la mejor ofrenda a Dios es aquel que escucha Su palabra . Y en cuando a los temores que tenía Yoná con respecto a Aram (de que ataque a Israel, o que lo maten a él en caso de que sospechen que es un falso profeta o que a causa de que ellos vuelvan de sus malos caminos, eso se torne para el pueblo de Israel como un ejemplo condenatorio, tal como explicamos en 1:3), sobre ello él se encomienda a Dios, tal como dice: La salvación es del Señor.
Daat Mikrá dice que, a diferencia de los paganos que mencionó en el versículo anterior, él sí cumplirá sus votos a Dios y llevará sus ofrendas.
Ionáh 2 Versículo 11
¿En qué país lo expulsó el pez?
¿Por qué Dios decide perdonarlo y salvarle la vida?
Tal como mencionamos anteriormente en el versículo 1, Dios no habla con los animales ni éstos tienen profecía, lo que sucedió es que Dios hizo que el pez tenga la necesidad de expulsarlo.
Al ver Dios que Yoná está dispuesto a cumplir Su mandato, entonces le perdona la vida. Esta también es una gran lección para Yoná, pues a pesar de que él mismo merecería la muerte por haber desobedecido a Dios, de todas maneras, Dios no actúa con él acorde a lo estricto de la ley, como Yoná pensaba, sino que le perdona la vida.
Entre los comentaristas hay quienes opinan como Daat Mikrá que, el pez lo condujo nuevamente hasta las costas de Israel, precisamente desde donde se había escapado. Otros opinan que en realidad lo dejó en las costas más cercanas a Nínive.
Yoná no concebía la manera de Dios de manejar al mundo, tal como dijimos antes, él era de la línea de pensamiento dura y estricta, fiel a la verdad sin miramientos, por lo tanto, no comprende que Dios esté dispuesto a perdonar a la gente de Nínive. Luego de observar la actitud de los marineros, su pensamiento comienza a cambiar y comprende que, aquel que regresa al camino correcto y reconoce sinceramente a Dios, entonces ese individuo tienen esperanza y mérito para ser perdonado.
Si bien la oración de Yoná representa un cambio en la relación de Yoná con Dios, en donde pasó por un proceso de cambio: desde un escape completo de Dios, hasta las súplicas que expresó para regresar a Dios y poder observar Su santuario sagrado; pero, a pesar de ello, mientras no cumpla su misión, Dios no le responderá.
El cambio de Yoná a Dios no ocurrió de inmediato. Debieron transcurrir tres días para que, Yoná en las entrañas del pez, comience a orar a Dios. Recién allí, en la oscuridad total del interior, es que retumban las palabras del capitán que le había dicho en el versículo 1:6 ¡Levántate y clama a tu Dios!
Si bien las palabras de Yoná, son muy esperanzadoras, no obstante ello, Dios no lo perdona inmediatamente, todavía no le vuelve a hablar, pues tal como con la gente de Nínive, Él no solo se lleva por lo que dicen, sino más bien por sus actos. Esto lo podemos notar de lo que dice: Entonces el Señordio orden al pez, y éste escupió a Yoná en tierra firme. hubiéramos esperado que diga algo así como: Entonces elSeñordio orden al pez, y éste depositó a Yoná en tierra firme, "escupir" no es precisamente un término agradable o amigable, más bien, lleva insinuado una especie de desprecio y rechazo espiritual…
Efectivamente, ocurrió un cambio en Yoná, pero en Dios, como es lógico, no cambió nada, todo quedó exactamente como estaba al principio del libro. A pesar del deseo de Yoná por huir, reconoce que, ante todo, está obligado a guardar la palabra de Dios y Sus mandamientos, y sólo entonces Dios podrá explicarle las cosas. Tal como el pueblo de Israel a los pies del monte Sinai respondieron: todo lo que Dios nos encomiende haremos y entenderemos , allí todos los comentaristas recalcan que antepusieron el "hacer", la acción, al "entender". Cuando se trata de Dios, debemos primero someternos a Su inconmensurable sabiduría, reconociendo nuestra pequeñez, y ser obedientes, luego, hay lugar (y hasta se impone) comprender la manera de actuar de Dios para poder aplicarla a otros aspectos de la vida.
Es decir, no es que ahora pasa algo y entonces Dios decide lo que hacer en base a lo que sucedió en ese momento, pues esto sería como poder influenciar en Dios y que Él, tiene causas que pueden afectarlo para que actúe de tal manera, ¡lejos de Él semejante imperfección! Pues si así fuera, entonces Dios no sería la causa primera. Esto no quiere decir que los sabios opinaban como los filósofos griegos, que Dios no interfiere ni sabe lo que sucede en cada momento, sino que los sabios sostienen que Dios sabe y conoce todo lo que ocurre en cada momento y SÍ interfiere en los sucesos terrenales, pero eso no funciona como el vulgo cree, si no que a Dios no se le agrega ningún conocimiento nuevo, pues todo lo que ocurre en el presente y lo que ocurrirá en el futuro, ya era sabido por Dios desde el comienzo de todas las cosas, y por eso en el momento de la creación, Él, sabiendo lo que ocurrirá en cada generación y generación, decretó cuáles serán los milagros que les ocurrirán en base a los sucesos que los propios seres humanos con su libre albedrío hubieran decidido.
Por ejemplo, al crear el mar, Dios dispuso que su naturaleza sea estar siempre las aguas unidas, mas en un futuro, cuando el pueblo de Israel salga de Egipto, se partirán. De este modo, no es que en el preciso momento que los hebreos salieron de Egipto y al ser perseguidos por el faraón y su ejército entonces en ese momento Dios vio lo que ocurría y “entonces decidió” partir el mar, pues esto representaría que se le agregó a Dios algo nuevo que no sabía (fuera de Él semejante cosa), lo que motivó que ahora actúe y decida partir el mar, es decir que el faraón en cierta manera pudo influenciar a Dios para que haga algo (partir el mar en este caso). La cosa no es así, sino que Dios desde el principio sabía que el faraón iba a perseguir al pueblo de Israel y entonces (desde el comienzo de la creación) decidió, que el mar en el futuro debería partirse para dejar pasar a los hebreos para cerrarse sobre los egipcios.
Y no en el momento preciso de haber sido creada cada cosa con la que se realizará ese milagro.