Versículo 1: Ralbag explica que, el motivo por el cual David decide censar a los hombres que estaba con él, es para preparar el ejército para la guerra, pues debía reestructurar su ejército, ya que muchos de los que otrora eran sus soldados, ahora se habían pasado al bando de Abshalom y, por otro lado, muchos nuevos se habían sumado a sus filas. Al ver que David designa a jefes de miles (en plural) y de centenas, podemos deducir que eran muchos los que estaban con David.  

Versículo 2: Don Isaac Abarbanel dice que, lo primero que hace David es preparar una estrategia de guerra, divide a su ejército en tres columnas, designando a un jefe al mando de cada una de ellas. Daat Mikra sostiene que, si bien Yoab seguía siendo el jefe del ejército, al ser que los soldados estarían divididos en tres divisiones, es por eso que precisó poner a otros al frente de cada una de las otras columnas, pero que Yoab seguía siendo el comandante en jefe de todo el ejército. De aquí en adelante el texto se refiere a David como el rey, pues, a partir de esta guerra volverá a ocupar el trono sin que nadie lo cuestione. David sigue al mando de todo, él es el que toma la iniciativa (a diferencia de Abshalom que precisa que le digan lo qué hacer) Esto nos demuestra que, él es el rey y puede cumplir plenamente sus funciones, no como sugería Abshalom, que David ya estaba anciano, y que no podría ejercer su cargo como correspondía, por lo tanto, debía dar un paso al costado y abdicar al trono.  

Versículo 3: Rashí explica que, los soldados entendieron que no era una buena idea que David salga entre ellos a la guerra, y que eso sería un gran peligro para sus soldados, pues precisamente a él era a quien buscaban los hombres de Abshalom, por lo tanto, si algún batallón de David, al tener que huir frente a los hombres de Abshalom, éstos no los perseguirían con saña y rencor, pues ellos no querían matar a sus hermanos, solo querían terminar con David y nada más, por eso, al huir los hombres de David, los de Abshalom los dejarían huir en paz, al saber que David no estaba entre ellos. Pero si David estuviera allí, entonces la persecución sería encarnizada y feroz. Abarbanel dice que, fueron los jefes de miles y de centenas que había nombrado David, los que dijeron esto en nombre de todos los hombres de guerra. Metzudat David explica que, cuando dice: será mejor que tú estés listo para ayudarnos desde la ciudad se refiere a que será más útil su ayuda desde la ciudad, ya sea rezando a Dios, tal como lo había hecho Moshé, a la salida de Egipto, cuando el pueblo salió a luchar contra Amalek bajo el mando de Yehoshua, Moshé junto con Aaron y Jur, subieron a la cima de la montaña y desde allí Moshé elevaba sus manos al cielo en plegaria, y cada vez que Moshé alzaba sus manos ganaba Israel, y cuando él bajaba sus manos para descansar, triunfaba Amalek sobre Israel. Hay quienes sostienen que, parte del salmo 118 desde el versículo 5 hasta el versículo 17, pareciera ser que se refiere a esta penosa situación en que se encuentra David, en donde sus seres más allegados y los que más deberían protegiendo al rey, como debería ser el caso de su hijo Abshalom, ellos se tornan en enemigos: Desde la angustia invoqué al Señor; el Señor me respondió con la liberación El Señor está conmigo; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? El Señor esté conmigo con (los cercanos) los que me ayudan; y yo velaré por mis enemigos. Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en los príncipes. Todos los pueblos me rodearon; ¡En el Nombre del Señor que los derrotaré! Me cercaron y me rodearon; ¡En el Nombre del Señor que los derrotaré! Me cercaron como abejas; pero fueron extinguidas como fuego de espinos; ¡En el Nombre del Señor que los derrotaré! Me hicieron tambalear para hacerme caer, pero el Señor me ayudó. Mi fuerza y alabanza es el Señor, Él ha sido mi salvación. Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra del Señor hace proezas. La diestra del Señor serás exaltada; la diestra del Señor hará proezas. No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del Señor. El Señor me ha reprendido severamente, pero no me ha entregado a la muerte…   O tal vez como dice Malvim, desde la ciudad, David podía tener el centro de comando y manejar la guerra desde arriba y poder darles instrucciones de cómo moverse y actuar, abajo, en el campo de batalla. En este versículo figura cuatro veces la palabra nosotros, para hacer una mayor diferencia entre ellos y David.  

Versículo 4: Abarbanel dice que, David aceptó la opinión del pueblo y no salió al frente, quedándose en la ciudad. Rashí, en su comentario al salmo 20, dice que fue ese salmo el que David dijo a Yoab y sus hombres cuando salían para guerrear contra Abshalom, de esta manera David cumplía con lo que el pueblo le había solicitado de que él rece a Dios para que los haga triunfar en la guerra: Que el Señor te responda en el día de angustia; que te ampare el Nombre del Dios de Yaacob. Que te envía tu ayuda desde el Santuario, desde Sion te sostenga… Ahora ya sé que ha salvado el Señor a su ungido… ellos se han doblegado y caído, y nosotros nos levantamos fortalecidos. Que el Eterno nos responda cuando lo invoquemos.  

Versículo 5: Radak explica que, David les solicita a los jefes de cada columna que, en caso de que se encuentren con Abshalom en el combate y sea atrapado, que no lo traten con dureza, a pesar que ellos piensen que se lo merece, de todas formas, a causa de David, que se apiaden del joven Abshalom y no sean crueles con él. Ralbag sostiene similar a Radak y agrega que, David actúa de esa manera porque él se ve a sí mismo como el culpable de todo eso, y que su error con Bat Sheba, fue lo que desencadenó todo esto tal como se lo había vaticinado el profeta Natán (ver capítulo 12 versículos 11 y 12) por lo tanto, Abshalom era solamente un instrumento en manos de Dios para hacer recaer sobre David ese castigo. Malvim dice que, el motivo por el cual David exige que no maten a Abshalom, es porque él sabía que la intención de Abshalom no era matar al rey sino solamente que abdique al trono. Al llamarlo: joven Abshalom, a pesar de que Abshalom no era un adolescente pues ya tenía tres hijos, tal como dijo antes en 14:27; no obstante, lo denomina así, para expresar que su actitud no era producto de maldad, sino que se debía a su poca experiencia e impulsividad como la de un jovencito… A pesar de que el versículo dice al principio que el rey ordenó a Yoab, a Abishay y a Itai, no obstante al decir al final: cuando el rey encomendó a todos los jefes acerca de Abshalom se refiere a que así también David advirtió a los jefes de miles y de centenas.  

Versículo 6: Daat Mikra dice que, en  la zona de la planicie del Jordán que baja desde el lago Kineret hacia el mar muerto, allí se forma una franja verde de árboles frondosos, no muy elevados, que están frente al territorio de la tribu de Efraim. Aparente los que tomaron la iniciativa de comenzar el ataque fueron los soldados de David y así sorprendieron a los hombres de Abshalom, causando que salgan despavoridos, mientras las otras dos columnas les cerraban la escapatoria, por eso los de Abshalom debieron dispersarse cada cual por su propia cuenta internándose en el bosque.

Versículo 7: Radak dice que, Dios castigó duramente al pueblo, por haberse revelado contra David y por haber apoyado a Abshalom quien levantó su mano contra el ungido de Dios. Malvim señala que, apenas comenzó la batalla, los hombres de Abshalom fueron derrotados. Tal vez, Abshalom y sus hombres no eran tan expertos en la batalla como Yoab, Abishay y los hombres de David, quienes tenían años de experiencia en la guerra y además iban formados en tres columnas, lo que probablemente hiciera que sea más difícil vencerlos, o que los hombres de Abshalom hayan sido atacados por distintos flancos, lo que hacía que la batalla se les presente por varios frentes, haciendo que se dispersen y huyan.  

Versículo 8: Entre los comentaristas hay quienes, como Rashí y Yonatan ben Uziel, sostienen que cuando dice: el bosque devoró más gente… que la espada, se refieren a los animales salvajes que habitaban esa zona (en la biblia abundan pasajes que nos hablan de que había en la tierra de Israel leones, como con Shimshom, osos, como con Elisha y David, zorros, jabalíes salvajes y serpientes venenosas) Otros como Radak y Maarí Kra, sostienen que, el versículo se refiere a que las ramas de los árboles eran tan frondosos y los hombres de Abshalom huían despavoridos a toda prisa, de esa manera se golpeaban contra las ramas y caían heridos, o caían por barrancas que les causaban la muerte.  

Versículo 9: Rashí señala que el texto al decir: se encontró, hace alusión a que fue un acto fortuito, mera coincidencia, por lo tanto, quedó sorprendido e indefenso. Ralbag explica, que esto no fue pura casualidad, sino que Dios hizo que así sucedieran las cosas, Abshalom huía solo, para que no lo atrapen los hombres de David, pues si iba con toda su guardia, sería fácil de identificarlo, por lo tanto, decide ir solo, para pasar desapercibido, y que lo confundan con un hombre común, sin que los hombres de David le dieran demasiada importancia, y dejen que se escape. Pero al encontrarlos frente a frente, temió que fuera reconocido, y escapó a toda velocidad, eso hizo que, mientras su mula corría, tal vez Abshalom se volteó para ver si sus perseguidores se acercaban, y no se percató que frente a él había una rama, por lo tanto no pudo agacharse a tiempo, eso hizo que su cabeza golpee fuertemente contra el árbol y su pelo se enrede con el follaje, mientras que su mula, por la fuerza de la velocidad, haya podido seguir de largo debajo de la rama mientras que él quedó suspendido en el aire. Los sabios del Midrash dicen que, al ser que Abshalom se vanagloriaba por su hermosa cabellera, precisamente, eso fue lo que lo hizo fracasar. En otras palabras, el gran engreimiento y soberbia de Abshalom, fueron la causa de su perdición.  

Versículo 10: De aquí podemos deducir, que Abshalom salió espantado, pero que en realidad no lo perseguían a él, o al menos aquellos hombres de David no lo reconocieron y lo dejaron huir. Pero un hombre lo vio allí colgado con sus pelos, y lo reconoció. Debemos notar que el joven le dijo que lo vio, pero no le dijo el sitio en donde lo vio.  

Versículo 11: Metzudat David dice que Yoab, al escuchar a este hombre le da una reprimenda: ¿De qué me sirve que lo hayas visto allí? ¿Por qué no lo has matado? Deberías haber sabido que si lo hubieras matado te hubieras hecho acreedor de una gran recompensa. Daat Mikra agrega que, no solamente se trataba de un regaño, sino que también incluía una orden, debería ir él mismo y matarlo. Continúa Daat Mikra explicando que, diez piezas de plata era aproximadamente el salario anual de un trabajador. Y el cinturón era una especie de faja especial para sostener la espada, adornada con piedras y metales.  

Versículo 12:  Radak hace notar los elevados principios de aquel hombre, pues le deja en claro, que no importa la cantidad de dinero (aunque sea cien veces más de lo que ofertó Yoab),  él no obrará en contra sus principios. Malvim dice que en realidad este soldado plantea dos argumentos por los cuales no lo mató ni lo matará, tal como le ordenaba Yoab:

1. Porque se trata del hijo del rey.
2. Porque el rey estipuló claramente que no se le haga daño a Abshalom.

 

Versículo 13: Metzudat David explica que, lo que aquel soldado está tratando de decirle, es que, por más que Yoab le diga que lo haga a escondidas sin que nadie sepa o se entere, ante eso él le responde que, suponiendo que actúe en contra de sus principios (lo cual para él sería una afrenta), pensando que nadie se enteraría, de todas maneras, acorde a la lógica que está planteando Yoab, aun así no sería lo más correcto, porque de todas formas el rey se enteraría, al averiguar e inquirir cómo murió su hijo Abshalom y, cuando eso suceda, y lo acusen, Yoab no saldrá a su defensa, ni contradiría al rey, sino que sería también él como uno más de los acusadores. Abarbanel plantea que, aquel honrado soldado está diciendo que, a pesar que podría haberlo matado a ocultas, si que nadie se entere, de todas maneras esa no sería la solución, pues no se trata de que alguien lo veo o no, sino que es algo que a él no le parece ético, desobedecer a lo que el rey pidió encarecidamente: que no dañen  a Abshalom, que lo hagan a causa de David. De aquí podemos aprender de los textos bíblicos que, para un individuo que comete un acto injusto, no hay lugar para escudarse tras el argumento de que lo hizo porque obedecía ordenes de sus superiores; sino que, si lo que le ordenan, a él le parece no ético, entonces debe oponerse y no acatar esa orden, a pesar de que ello sea considerado como una falta con respecto a su obediencia. Daat Mikra sostiene que, este soldado le está dando una lección de ética a su superior, pues le dice que él mismo debería ser el primero en obedecer y hacer respetar la orden del rey y no pedir a un soldado que desobedezca y después echarle la culpa.  

Versículo 14: Abarbanel dice que, tal como dijimos antes en el versículo 10, este soldado le informó a Yoab que había visto a Abshalom atrapado entre las ramas, pero no le había dicho el lugar en dónde se encontraba, es por eso que, Yoab dice que no continuará rogándole para que le brinde más detalles, sino que da por finalizada allí la conversación y los cuestionamientos que aquel soldado le hacía a su comandante, y decide salir él mismo a buscar a Abshalom. Rashí opina que, Yoab decide no seguir esperando que aquel soldado acate sus órdenes y vaya a matar a Abshalom, sino que decide él mismo llevar a cabo esa tarea. De esta forma, le demuestra que no acepta los argumentos que le planteó. Los sabios en el Midrash dicen que el motivo por el cual tomó tres dardos y se los clavó justamente en el corazón es porque Abshalom había robado 3 corazones:

1. El corazón de su padre, cuando David lo perdonó y lo dejó volver.
2. El corazón de esos jueces y hombres destacados que fueron con él a Hebrón, haciéndoles creer que iban para ofrecer una ofrenda a Dios, cuando en realidad se trataba de comenzar la rebelión y proclamarse rey en lugar de David.
3. El corazón del pueblo de Israel, cuando se apostaba en la puerta del palacio y les decía a todos los que venían a un juicio por algún pleito con su prójimo que ellos no serían escuchados dentro del palacio y que no dictaminarían a su favor, y que, si él fuera juez, de seguro les daría la razón.

Ralbag explica que, a pesar de haberle clavado los dardos en su pecho, Abshalom aun permanecía agonizante, pero aun con vida. Probablemente, al haberse golpeado Abshalom contra las ramas de los árboles mientras corría montado en su mula, habrá quedado inconsciente o mal herido por el golpe en la cabeza, es por eso que no logró liberarse y huir. Los sabios del Midrash, dicen que, Abshalom era un hombre diestro en la lucha y contaba con espada, por lo tanto, ¿Por qué no desenvainó su espada y cortó los pelos que lo tenían enganchado contra las ramas y así liberarse? A esto responden que, al estar colgado, Abshalom miró hacia el suelo y vio que las puertas del Gueinóm (¿infierno?) estaban abiertas bajo él, es por eso que pensó para sí, es mejor que me quede aquí colgado que caer allí. Probablemente el mensaje o moraleja de este Midrash es que, Abshalom sabía que para él estaba todo perdido, y que, en caso de sobrevivir, solo le esperarían desgracias y castigos por lo que hizo, ya sea por parte del rey o por parte de sus propios hombres a quien arrastró hacia una derrota vergonzosa. Acerca del tema de ¿por qué Abshalom fue castigado, si al fin y al cabo, estaba llevando a cabo lo que Dios había dicho acerca de David por intermedio del profeta Natán (ver capítulo 12 versículos 11 y 12)? Para responder esta pregunta citaremos lo que escribe Rambam en la introducción al Pirke Avot (Shemoná Perakim): Con respecto a este tema, nos queda un punto por aclarar, y es la existencia de  algunos pasajes bíblicos en los cuales pareciera que Dios determina la conducta rebelde (de ciertos hombres), forzándolos (a actuar así), esto es absolutamente incorrecto, y es necesario que lo aclarare, pues muchos se han confundido en este punto. Ejemplo de esto es lo que se le dijo a Abraham:  “Le dijo a Abram: has de saber que tu simiente será extranjera en una tierra que no les pertenece; los esclavizarán y los torturarán cuatrocientos años” (Gen. 15:13)                            Han preguntado: ¿Acaso no se expresa aquí que se ha decretado sobre Egipto que esclavizarán a la simiente de Abraham? entonces, ¿por qué los castigó si ellos estaban destinados a esclavizarlos, tal como se había decretado?  La respuesta, sin embargo, es la siguiente: Esto es similar a que Dios dijese que entre los que nacerán habrá rebeldes y disciplinados, justos y malvados. Esta aseveración no tiene nada de malo, aunque no por esta disposición se hace obligatorio que tal hombre malvado sea malvado, o aquel hombre justo sea justo. Si no que todo aquel que haya escogido ser malvado, lo hizo con su libre albedrío. Si hubiese querido ser justo, lo hubiera sido, sin que nada se lo impidiese. Asimismo, con el justo, si hubiera querido ser malvado, nada se lo hubiera impedido, pues lo que el santo Bendito Él dijo, no se refiere a cada individuo particularmente, como para que pudiera decir: estoy condenado (a actuar de tal manera), si no que esta afirmación se refiere al conjunto en general, quedando cada hombre en particular con su libre albedrío en forma intacta. Así cada egipcio, que esclavizó y torturó ( a los hebreos), si hubiese querido no esclavizarlos (hubiera podido pues) tenía elección para ello ya que Dios no decretó sobre un particular que los esclavizara. (Prueba de ello es la hija del faraón que decidió proteger y mantener con vida a Moisés.) Esta misma respuesta utilizaremos para lo que se declara: “He aquí tu reposarás con tus padres, pero se levantará este pueblo y se prostituirá tras dioses extraños” (Deut. 31:16).  Así también, podríamos caer en el error de suponer que forzosamente deberían existir individuos que practiquen la idolatría, pues de no ser así, resultaría que la advertencia escrita en la Torá acerca del castigo para todo aquel que hace idolatría, estaría demás. Así también caerían en esta errónea conjetura con respecto a todos los castigos mencionados en la Torá. (Por lo tanto, supondríamos que aquellos individuos que hacen idolatría, están condenados a ser idolatras y no que ellos eligieron serlo; pues de no ser así, entonces lo que dice la Torá acerca del castigo, está de más, ya que si no habrá idolatras, no hace falta que advierta del castigo y por ser que la Torá sí nos habla del castigo, entonces de seguro que habrá individuos que estarán destinados a practicar la idolatría y esto no es así, sino que es como se explicó en el párrafo anterior a este) Por lo tanto, no porque encontramos la pena de lapidación (SEKILA) en la Torá vamos a declarar que aquel que profanó Shabat, estaba destinado a profanarlo. Ni tampoco a causa de las maldiciones que se encuentran en la Torá diremos que, aquellos que practicaron idolatría y por ende recaen sobre ellos las maldiciones, estaban condenados  a practicarla.  Si no que, con su libre albedrío practicó idolatría el que la practicó, por lo tanto, recae sobre él el castigo.  

Versículo 15: Tal como dijimos en el versículo anterior, al ver Yoab que Abshalom aún seguía agonizante, pero con vida, entonces ordenó a sus hombres que acabaran con él. También aquí, los sabios del Midrash, dicen que no es casualidad que haya muerto por medio de 10 hombres, esto es así, porque viene a representar el castigo por el hecho que Abshalom se haya allegado (ver 17:22) a las diez concubinas que su padre había dejado en el palacio cuando huyó (ver 15:16) Abarbanel cita lo que los sabios dicen en el Talmud, tratado Sanedrín 103b: “El pecado de Abshalom fue tan grave que, lo hizo pasible de la pena de perderse no solamente en este mundo, sino que también perdió su parte en el mundo venidero, es por eso que el versículo afirma: hirieron a Abshalom y lo mataron, lo hirieron de muerte en este mundo, y le dieron muerte en el mundo venidero”  

Versículo 16: Ralbag dice que, fue Yoab el que debió detener al pueblo para que no sigan persiguiendo e hiriendo al resto de los hombres de Israel, pues, los soldados de David, a pesar de ver que Abshalom había caído, con todo eso no se detuvieron, sino que continuaban persiguiendo a los hombres que habían venido con Abshalom. Abarbanel dice que, no bastó con tocar el Shofar para que finalice la guerra, sino que, los hombres de David, continuaban con la persecución hasta que Yoab debió impedírselos haciendo uso de su autoridad para obligarlos por la fuerza de que cesen, de esta manera, dice Daat Mikra, Yoab impidió que continúe un derramamiento de sangre sin sentido.

Versículo 17: Radak dice que, arrojaron el cuerpo de Abshalom en una excavación profunda que había en el bosque, y cubrieron todo ese gran pozo con muchas piedras. Daat Mikra sostiene que, el versículo nos describe que lo arrojaron allí, con desprecio, es por eso que dice: lo echaron en una fosa y no dice: le dieron sepultura, o lo enterraron… Lo arrojaron como si se tratara de un animal muerto.  

Versículo 18: Los comentaristas explican que, si bien antes en 14:27 dice que Abshalom tenía tres hijos y una hija, en este versículo se refiere a que, es posible que hayan muerto, o que ninguno era digno de continuarlo. Malvim dice que, a pesar de haberse preparado un panteón como sepulcro, de todas maneras, no tuvo el mérito de ser enterrado allí. Pero igualmente ese memorial que se había construido quedó y fue llamado en su nombre a pesar de que no fue sepultado allí.   Daat Mikra dice que el Valle del rey es el valle que queda justo entre la ciudad vieja de Jerusalem y el monte de los Olivos. Hasta el día de hoy hay allí una construcción conocida como Yad Abshalom (monumento de Abshalom) aunque hay quienes ponen en duda que sea precisamente esa construcción la que se había erigido Abshalom.  

Versículo 19: Ajimatz era el hijo del sumo sacerdote Tzadoc, y que fuera designado por el mismo David en 15:27 para que sea mensajero cuando huía de Abshalom. David, en el momento que envió a sus hombres a la guerra y quedó en la ciudad, habrá estado muy ansioso por saber qué pasaba en el campo de batalla y saber si  aun corría peligro o no. En aquella época no existían comunicaciones a distancia, sino que, las noticias eran enviadas por medio de mensajeros, es por eso que Ajimatz, está tan deseoso de poder llevarle las noticias al rey que pueda estar tranquilo sabiendo que no corre peligro y, más aún, que su reino ha sido reestablecido.  

Versículo 20: Abarbanel explica que, Yoab le dice a Ajimatz, que al ser él un cohen, y un hombre de bien, no es apropiado que sea él el que lleve la noticia al rey. Eso no quería decir que Ajimatz había cometido algún error o falta y por lo tanto ya no sería apto para ser mensajero, es por eso que le explica que se debe a que, en esa oportunidad, se trataban de noticias que al rey le causarían pena y tristeza, pues, al fin y al cabo, el peligro había sido quitado y el reino había sido reestablecido, de todas formas, el hijo del rey había muerto.  

Versículo 21: Radak explica que, éste era un hombre de raza negra oriundo de Cush (hay quienes sostienen, como Flavio Josefus, que Cush quedaba en donde está Etiopía en nuestros días) Daat Mikra dice que Yoab no quiso ser él, el que le diga al rey que había muerto Abshalom, sino que las cosas sean como que aquel mensajero fue por su propia cuenta y le cuenta al rey lo que él vio en el campo de batalla. Malvim agrega que, la intención es que sea más un relato, no un informe de guerra, y que por lo tanto, le cuente cómo, por una casualidad, Abshalom quedó atrapado por sus pelos, lo que demostraría que todo eso fue obra de la Providencia Divina. Abarbanel dice que, aquel hombre de Cush, se sintió honrado con poder ser él el que le lleve el mensaje al rey David, lo que para él era sería una buena noticia para el palacio.  

Versículo 22: Metzudat David explica que, Ajimatz, vuelve a insistir para ir, pero esta vez, a diferencia de lo que dijo en el versículo 19, aquí, una vez que el hombre de Cush fuera enviado para contarle a David lo de la muerte de Abshalom, entonces, se propone para darle al rey solamente la noticia acerca del triunfo en la guerra que, sin lugar a dudas, eso sería una buena noticia para David. Ante esto le responde Yoab, que no tiene sentido, pues el hombre de Cush ya ha salido y él le relatará a David ambas cosas, por lo cual, la recompensa por la buena noticia no será para Ajimatz, que llegará después.  

Versículo 23: Malvim dice que Ajimatz responde a lo que le había dicho Yoab, diciendo que, él se adelantará corriendo y lo pasará al hombre de Cush, de forma tal que llegará delante del rey y podrá informarle solamente lo del triunfo en la batalla. Daat Mikra explica que el hombre de Cush decidió ir por el camino más corto, que es a través de las montañas, pero, por otro lado, es más lento por todos los obstáculos que hay que sortear. En cambio, Ajimatz, fue por el camino de la planicie, bordeando el río Jordán, que, a pesar de ser más largo, es más llano, por lo tanto puede correr y llegar antes, es por eso que pudo pasarlo y llegar antes ante David.  

Versículo 24: Los comentaristas explican que la ciudad en donde estaba David, poseía una doble muralla, David estaba asentado entre las dos, por un lado quería estar lo más cerca posible del exterior para así poder recibir rápido las noticias pero, por el otro lado, no podía estar expuesto en el exterior de la ciudad sin tener el resguardo de una muralla, por si el enemigo los sorprende. Malvim dice que, normalmente esperaban que, si un mensajero llegara con noticias de la guerra venga desde el lado oeste, pues es el camino más corto desde el campo de batalla, tal como había tomado el hombre de Cush que Yoab envió. Pero Ajimatz, que decidió tomar el camino de la planicie a pesar de que era más largo, apareció por el lado sur, que no era el lado por el cual esperaban ver a un mensajero, es por eso que el versículo nos relata que fue un acto fortuito, que por casualidad el vigía subió al terrado en esa dirección, y allí se sorprendió al ver corriendo desde esa dirección a Ajimatz.  

Versículo 25: Los comentaristas explican que, lo lógico es que, cuando los soldados huyen de la guerra no lo hacen solos, sino que se ve venir a un grupo de personas que vienen escapando del campo de batalla y de sus perseguidores, por lo tanto, si viene un hombre solo, eso es señal de que no viene huyendo, sino que se trata de un mensajero.  

Versículo 26: Malvim explica que, lo normal era que el centinela dé la voz de alarma y entonces el encargado de los portones de la ciudad dé la orden de abrir la puerta y dejarlo pasar o de derribarlo antes de que se acerque a las murallas. Anteriormente, por ser que se sabía que el rey estaba esperando noticias, es por eso que el centinela se dirigió directamente al rey, pero esta segunda vez, se dirigió al portero, pues tal vez se tratase de un enemigo que está persiguiendo al mensajero.  

Versículo 27: Metzudat David dice que, normalmente las buenas noticias se envían por intermedio de buenas personas.  

Versículo 28: Daat Mikra explica que, Ajimatz, lo primero que hace es desde la distancia gritar: ¡Paz! Para dejar en claro que su venida es en paz y que todo está bien. Cuando se acerca a David, allí se prosterna ante él y continúa su discurso. Malvim recalca que Ajimatz, cambió su mensaje, no son las mismas palabras que había utilizado ante Yoab en el versículo 19, allí había dicho: Te ruego que me dejes correr y llevar las noticias al rey de que el Señor lo ha liberado de la mano de sus enemigos, sino que, aquí dice que ha entregado a esos hombres en su mano. Ajimatz había entendido de Yoab, que no sería una buena noticia para David enterarse que su hijo había muerto, y el lenguaje: liberado de sus enemigos podría entenderse que fueron eliminados y ya no existen, por lo tanto, ya está libre de ellos; es por eso que aquí utiliza el verbo: entregado, pues esto no implica que ha muerto, también tolera la posibilidad de que haya sido atrapado y que está prisionero, pero con vida. De esta forma Ajimatz, es un mensajero de buenas noticias: que la guerra ha concluido, pero no dice nada con respecto a lo sucedido con Abshalom, eso se lo deja para que lo diga el mensajero de Cush que venía tras él.  

Versículo 29: Ralbag explica que, al ver Ajimatz, que el corazón de David estaba afligido y preocupado por la suerte de Abshalom su hijo, entonces no quiso ser él, el que le tenga que dar la mala noticia, es por eso que, prefirió ocultarle al rey la muerte de Abshalom y le dijo que no sabía lo que sucedió, sino que vio un gran tumulto, es decir, algo sucedió, pero no sabe bien qué fue, porque él salió prestamente para darle la buena nueva al rey de que la guerra había concluido; de esa manera, dejarle una pequeña esperanza a David, de que piense que, tal vez, Abshalom no haya muerto.  

Versículo 30: Maarí Kra, dice que, entonces David le dijo a Ajimatz que se aparte y que deje espacio pare que el mensajero de Cush pueda explicar qué es lo que sucedió en ese tumulto y qué fue de Abshalom. David no le dice a Ajimatz que se retire, sino que le dice que se ponga a un lado, para que así él también pueda enterarse qué es lo que sucedió. Si bien, seguramente David se habrá alegrado por la noticia de que la guerra había terminado y que tanto él como su gente no corrían peligro, de todas maneras, su mente estaba afligida y preocupada por la vida de su hijo Abshalom.  

Versículo 31: Daat Mikra dice que, este hombre de Cush estaba completamente convencido que sería una buena noticia para David el hecho que todos sus enemigos, incluido Abshalom, la cabeza de ese levantamiento, hayan sido eliminados, es por eso que proclama: ¡Reciba mi señor el rey buenas noticias! Este mensajero utiliza ingenuamente el lenguaje que Ajimatz había evitado, y le dice: te ha liberado de sus manos lo que implicaría que ya no tiene lo que temer porque fueron eliminados sus enemigos.  

Versículo 32: De las palabras de este mensajero David comprende que algo malo le ha ocurrido a Abshalom. Él ya sabía que la guerra había terminado bien y que no corría peligro, pues eso ya se lo dijo Ajimatz, ahora toda su atención es saber qué fue de Abshalom en ese tumulto que mencionó Ajimatz. El mensajero entiende que David está afligido por Abshalom es por eso que no quiere decirle literalmente que murió, pero igualmente le da una respuesta lapidante: Abshalom había tenido el peor final, aquello que se desea para los enemigos del rey: que desaparezcan y sean aniquilados.