Linea de tiempo
Cantar de los cantares
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1
Amor prematuro
Cortejo y boda
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2
Ha llegado el tiempo del amor
Cortejo y boda
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3
El casamiento
Cortejo y boda
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4
El casamiento
Cortejo y boda
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5
El costo de la pereza
Después de la boda-peleas y reconciliación
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6
El amado y la amada se reconcilian
Después de la boda-peleas y reconciliación
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7
Renovación del amor
Después de la boda-peleas y reconciliación
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8
¿Qué es el amor?
Después de la boda-peleas y reconciliación
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Cantar de los cantares 3 Versículo 1
Desde el comienzo de este capítulo y hasta el final del cuarto, nos describe la tercera experiencia de Shelomó.
Aquí nos relata que Shelomó busca por todas las formas posibles poder encontrar a Dios, llega incluso, hasta salir de la ciudad en busca de su amado.
Finalmente Lo encuentra y Lo trae a la casa de su madre, hasta que nuevamente las “ Benot Yerushalaim ” las hijas de Jerusalem le persiguen y debe huir.
Nos relata cómo se unieron los dos enamorados y cómo le profirió su amado todo tipo de palabras amorosas.
Esto hace alusión a lo que nos relata en Reyes I, 9:10 y Crónicas II, 7:12:
“Y aconteció, al cabo de veinte años, cuando Shelomó terminó la construcción de la Casa del Eterno y su propio palacio, se le apareció el Eterno a Shelomó de noche y le dijo: He escuchado tu plegaria y he escogido este lugar para Mí como Casa de ofrendas… Y Mis ojos estarán abiertos y Mis oídos atentos a las plegarias que se eleven desde este lugar; porque he escogido y Santificado esta casa para que Mi Nombre esté allí siempre y Mis ojos y Mi corazón estarán allí eternamente. En cuanto a Ti, si anduvieres ante Mí, como anduvo David tu padre e hicieres conforme a todo lo que te he encomendado y guardares Mis estatutos y Mis preceptos, entonces Yo consolidaré el trono de tu reino, conforme a lo que pacté con David Tu padre…”.
Después que el Rey Shelomó concluye la construcción del templo, el rey se extiende mucho en ruegos, alabanzas y un sin fin de ofrendas a Dios. Vemos con cuanto esmero Shelomó busca a Dios y finalmente, llega a un nivel de sueño casi profético, como la primera vez en Guibón. Entonces un fuego celestial baja y consume las ofrendas y la Gloria de Dios llena el templo.
RespuestasPor las noches en mi lecho busqué al que ama mi alma, lo busqué, pero no lo hallé.
Después de muchos años, en el año onceavo de su reinado, es cuando el alma del rey Shelomó sale nuevamente en búsqueda de su amado. Tal como la primera vez en Guibón, el rey se dirige hacia la morada de Dios, pero esta vez no se trata del Tabernáculo de Guibón, sino del gran Templo que acababa de ser finalizado. Allí ofrece un gran número de ofrendas a Dios.
El versículo nos cuenta que el alma del rey Shelomó, por las noches al acostarse lo buscó. Está expresado en plural: las noches, lo que nos insinúa que el rey Shelomó se estuvo preparando para recibir la profecía, noche tras noche, sin poder alcanzarla.
Cantar de los cantares 3 Versículo 2
Entonces, el alma decide tomar una actitud más activa, no solo se prepara durante las noches y espera que su amado acuda a ella, sino que decide salir a buscarlo; recorrió la ciudad, por los mercados, por las calles.
La ciudad, hace alusión a todos los placeres de este mundo. Los profetas, sabían utilizar y canalizar, para el objetivo máximo, ciertos placeres y deleites, por ejemplo, encontramos varios profetas que para que se pose sobre ellos la profecía, recurrían a la música, esta les causaba tranquilidad, elevación y los ponía de buen ánimo, pues como sabemos, la profecía no recae en personas que están deprimidas, sino sobre los que están contentos. No se refiere a aquellos que están alegres con cosas banales, sino contentos por una felicidad espiritual.
En los mercados, hay comida, es decir, busca llegar a la profecía, utilizando todo tipo de alimentos que favorezcan la actividad mental, sin comer demasiado pesado, no sea cosa que no pueda dormir bien y por lo tanto no pueda ver a Dios en sueños.
Por las calles de la ciudad transita la gente, es decir, buscó también entre el consejo de la gente.
Vale la pena citar lo que dice Maimónides al respecto de la Profecía en Mishné Torá, Hiljot Isode Hatorá, 7:1
La profecía recae solo sobre el hombre sabio, y vigoroso en cualidades; aquel que no es superado jamás por sus impulsos de ningún tipo, sino que, con su propia capacidad, domina constantemente sus pasiones; además, es poseedor de un amplio [agudo] y certero discernimiento, en extremo. Aquel que está ceñido de todas estas cualidades, con un cuerpo sano, habiendo penetrado en el Pardes, imbuido por la profundidad de esos temas, perfeccionando sus cualidades racionales para analizar y concebir, elevándose cada vez más, apartándose del camino del vulgo que transcurre en las tinieblas [de la ignorancia], entrenando su espíritu hasta no encontrarse en él ningún pensamiento ni la insensatez de lo cotidiano, ni fantasías, sino que su mente está orientada hacia las alturas, aferrada al Trono Celestial, para concebir aquellas entidades superiores, elevadas y sagradas, vislumbrando la sabiduría del Santo Bendito Él, desde el ente superior, hasta el nivel terrenal, percibiendo la grandeza de ellos [alcanzado este grado de perfeccionamiento], inmediatamente la inspiración Divina se posa sobre él. En el momento en que la inspiración Divina recae sobre él, su alma se entremezcla con el nivel de los ángeles llamados Ishim, convirtiéndose en otra persona, y percibe por sí mismo que no es el que era antes, sino que superó
el nivel de los demás hombres sabios, tal como fue dicho con respecto a Saúl: “de manera que tú profetizarás y serás transformado en otro hombre” (Samuel I, 10:6).
4.- Los profetas, no tienen visiones en el momento que les place, sino que predisponen su mente, logran un ánimo alegre y benévolo, y buscan distanciarse, ya que la profecía no se obtiene por medio de la melancolía, ni por medio de la ociosidad, sino por medio del regocijo. Es por esto que los discípulos de los profetas portaban arpas, tambores, flautas y violines, procurando [por intermedio de ellos] alcanzar la profecía.
Como nos dice en este versículo, en todos lados y por todos los medios el alma de Shelomó buscó a su amado, sin poder lograrlo.
Cantar de los cantares 3 Versículo 3
En su incesante búsqueda el alma ya se va apartando de la ciudad hasta llegar a los límites de ella en donde se encuentran los guardianes del lugar. La función de los guardias es cuidar la ciudad y que no se salga de ella el alma de Shelomó.
La ciudad representa lo mundano y el alma de Shelomó se enfrenta a estos guardianes que pretenden mantenerla presa, hundida en este mundo y entonces el alma se revela y les dice que no son esos placeres los que ella busca, sino a su amado del alma.
Cantar de los cantares 3 Versículo 4
El alma llega hasta el límite de sus fuerzas y es entonces cuando el cuerpo se debilita, se desvanece; en ese estado es que recae la profecía, tal como lo explica Maimónides en el Mishne Torá, Hiljot Isode Hatorá, 7:2 :
Cuando profetiza, todos sus miembros se estremecen y su cuerpo desfallece hasta que queda inconsciente, [es cuando] su mente queda libre para discernir lo que verá .
Cuando la Biblia nos relata acerca de la inauguración del Templo, nos cuenta que después de tantas súplicas de Shelomó por fin Dios responde, un gran fuego celestial desciende y una nube cubre al Templo.
A esto hace alusión cuando dice el alma de Shelomó que va a sostener fuerte a su amado y no lo soltará hasta traerlo a la casa de su madre, hasta la alcoba de sus padres.
Casa de la madre se refiere al templo, y alcoba, se refiere al kódesh Hakodashim, es decir el recinto más sagrado del templo. La alegoría es que no va a soltarlo hasta que la presencia Divina habite en el Templo.
A diferencia de las veces anteriores en que el alma de Shelomó se encuentra con su amado, esta vez Dios no se apartará del todo del alma de Shelomó, pues ahora, al estar el templo, Dios le promete que la presencia Divina no se apartará del santuario, de esta forma todo el que acuda al santuario, podrá captar a la presencia Divina. Tal como dice el versículo: “ Me harán un santuario y habitaré entre ustedes ”.
Cantar de los cantares 3 Versículo 5
Aquí tal como explicamos antes en 2:7, el alma de Shelomó va con cautela. No quiere, a causa de esta visión, comenzar a sacar conclusiones apresuradas y llegar a distorsionar las cosas, tal como les había pasado a los hijos de Aarón el sacerdote, en donde nos relata en Éxodo 24:9 y10, “y Subieron Moshé y Aarón, Nadav y Abihu (los hijos de Aarón) y setenta ancianos de Israel y vieron al Dios de Israel, y debajo de Su trono como un piso de zafiros puros como el cielo… y vieron a Dios y comieron y bebieron” , es decir, se apresuraron a sacar conclusiones, a observar demasiado rápido y entonces logran una percepción mezclada con cosas materiales, con comida y bebida.
Cantar de los cantares 3 Versículo 6
Dios pregunta: ¿Quién es la que viene por el desierto? Pues el alma de Shelomó se había alejado de la ciudad en busca de su amado.
Nos dice que se eleva como el humo de la palmera. El humo es lo que se desprende de la materia a causa del fuego y se eleva. Así compara Dios al alma de Shelomó, con el humo de la palmera, pues la palmera a diferencia de otros árboles, crece derecho hacia arriba, sin sacar ramas hacia los costados. Así el alma de Shelomó, gracias a esa pasión, que es como el fuego, logra desprenderse de sus ataduras físicas y se eleva derecho hacia Dios.
Lo compara con el incienso, que está conformado por varias especies de distintos lugares, que trabajados y molidos bien finos, juntándolos y bajo el fuego, elevan el humo aromático. De ese mismo modo Shelomó fue trabajando todos los conocimientos necesarios y con el fuego de su amor a Dios, llegó a elevarse hasta la profecía.
Cantar de los cantares 3 Versículo 7
Dios atestigua que el lecho de Shelomó está rodeado de muchos guardianes.
El lecho es donde yace Shelomó, en nuestra analogía, el lecho se refiere al cuerpo, que es donde yace el alma de Shelomó. Y nos dice que está rodeado de muchos guardianes, que son los que representan todas aquellas fuerzas o pasiones, cuya función es tener capturada al alma para que no se escape y pueda elevarse hasta Dios y alcanzar la profecía; pues la profecía ocurre en sueños, cuando el cuerpo está reposando.
Estos “guardianes” son los que mantienen al alma en los aposentos corporales y la embriagan con sus placeres para que no pueda escapar.
Cantar de los cantares 3 Versículo 8
Nos dice que estas fuerzas o pasiones (como ser: correr detrás del dinero, alcanzar honores, poder, placer, comidas, etc.) son de las más poderosas.
Dios mismo atestigua que todos estos guardianes portan espada, están muy entrenadas y son expertas en el arte de la guerra. Es decir, estas fuerzas y pasiones son muy poderosas y arrastran al alma del hombre. Son muy pocos los que pueden escapar a los tentáculos de estos guardianes, pues saben luchar, poseen armas poderosas, conocen todo tipo de artimañas y están muy entrenadas en esa materia. Pues constantemente están luchando en esta guerra del materialismo, el placer momentáneo contra el espíritu y el verdadero bien eterno.
Estos guardianes permanecen firmes y armados por el temor de las noches, pues como antes dijo, por las noches es cuando el rey Shelomó se preparaba para la profecía.
Cantar de los cantares 3 Versículo 9
Entonces Dios nos cuenta que el alma de Shelomó le hace a Dios un trono nupcial (Era lo que antiguamente se hacía para llevar a la novia el día de la boda, era como un sillón que tenía dos barras y mediante ellas se lo transportaba sobre los hombros) . Lo hace de madera del Líbano que es la más buena de oriente. En Reyes nos relata que cuando el rey Shelomó construyó el Templo hizo traer madera del Líbano. Esto significa, que el Templo es como ese altar para la novia.
Cantar de los cantares 3 Versículo 10
Ahora nos describe cómo es que hizo el Templo. Con los materiales más preciados, plata, oro, púrpura, todo enlozado con el amor de las “ benot Yerushalaim ”, las hijas de Jerusalem, es decir, que utilizó todo lo mejor del mundo material. Todas las capacidades humanas fueron puestas al servicio Divino.
Cantar de los cantares 3 Versículo 11
Es entonces que llama a todas las demás fuerzas o valores materiales, para que observen al alma del rey Shelomó, pues Dios la coronó con toda esa sabiduría y que sean testigos de la unión con Dios, en el día de su casamiento, puesto que, una vez finalizado el Templo, Dios habitará con ella y esa es la máxima alegría del alma de Shelomó.
Esto puede hacer alusión también, al día del fallecimiento de Shelomó, cuando su alma se separe de su cuerpo y se apegue a Dios. Lo llama el día del deleite de su corazón, pues ya no tendrá más las ataduras de su cuerpo y acorde al nivel que haya alcanzado en esta vida es que podrá apegarse a Dios para siempre.