Linea de tiempo
Cantar de los cantares
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1
Amor prematuro
Cortejo y boda
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2
Ha llegado el tiempo del amor
Cortejo y boda
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3
El casamiento
Cortejo y boda
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4
El casamiento
Cortejo y boda
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5
El costo de la pereza
Después de la boda-peleas y reconciliación
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6
El amado y la amada se reconcilian
Después de la boda-peleas y reconciliación
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7
Renovación del amor
Después de la boda-peleas y reconciliación
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8
¿Qué es el amor?
Después de la boda-peleas y reconciliación
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Cantar de los cantares 2 Versículo 1
El alma se define como si fuera una rosa que se abre con el sol y como una azucena que está plantada en el valle.
La rosa sale de la tierra, de lo inerte, se eleva y se nutre del sol, a quien persigue y abre sus pétalos y hojas, formando una hermosa flor. Así el alma, se nutre de Dios y hacia Él eleva todos sus sentidos para poder nutrirse y crecer.
De esta manera, el alma al estar frente al resplandor (ya sea la Profecía o la Inspiración Divina) florece y crece, luego vuelve al valle (al cuerpo) y es allí en donde emana su fragancia. La azucena emana su fragancia principalmente en la noche.
Así vive el alma de Shelomó, entre esos dos estados, uno en el que percibe a Dios claramente y se nutre de Él y otro, cuando ya no Lo percibe tan claro, en el anochecer, así como la azucena en la profundidad del valle, emana su aroma.
Tal como explicamos al principio del capítulo anterior: Rúaj , hace alusión a la manera de captar a Dios por la vía racional, lo que Maimónides denomina la Vía negativa (Si bien no se puede llegar a saber qué es Dios, al menos podemos ir descubriendo aquellas cosas que no son Dios y de esa manera alejándonos de las nociones erradas, estaremos más cerca de la verdad).
Cuando el alma está libre, sin las sombras del cuerpo, es como la flor bajo el sol, pero al volver al cuerpo del Rey Shelomó, entonces las sombras opacan al sol, ya no está en la cima frente al sol, ahora desciende al valle, es decir, a la profundidad del cuerpo. Es ahí en donde desprende ese aroma celestial que particulariza a esta facultad del resto de las facultades o fuerzas del alma.
Cantar de los cantares 2 Versículo 2
Dios le dice que es como una azucena que crece entre los espinos.
Si bien la rosa está acostumbrada a crecer entre espina de sus propios tallos, la azucena, en cambio, no posee espinas o pinches, es por eso que, a diferencia de las rosas, no está acostumbrada a protegerse de ellos.
La azucena que crece entre los espinos debe cuidarse de que las espinas no la dañen o perforen. Así también, el alma en el cuerpo de Shelomó está rodeada de las otras fuerzas o facultades del alma que pretenden dañarla y por eso debe cuidarla y tratar de que la azucena se eleve sobre los espinos e impregnar con su aroma a las demás fuerzas del cuerpo, conduciéndolas de esta manera para que no la dañen y que la sirvan para poder trepar por ellas y así elevarse más. (Cuando Dios colocó al hombre en el Jardín del Edén, en ese estado ideal del ser humano, Dios lo puso allí para trabajar y cuidar ese nivel alcanzado; así todo el tiempo que se mantenga en ese estado, logrará elevarse más).
Cantar de los cantares 2 Versículo 3
El alma responde que Dios se asemeja a un manzano en medio de un bosque. En el bosque hay árboles grandes que ocultan al manzano que es pequeño. Así en la realidad Dios está oculto detrás de las fuerzas por medio de las cuales Él gobierna el mundo. Hay que descubrirlo y cuando eso ocurre, entonces nos percatamos que este es un árbol que da frutos y es de rica fragancia, mientras que los demás objetos de este mundo son como el resto de los árboles de un bosque, que generalmente está formado por árboles que no dan frutos.
Es factible que la sombra de los demás árboles del bosque sea más fresca y agradable, pero el alma de Shelomó prefiere estar bajo la sombra de aquel manzano (Dios), es decir, balo las alas de la providencia Divina y no estar bajo las leyes naturales (Tal como ocurrió con Moshé en el desierto después de que el pueblo de Israel hiciera el becerro de oro, Dios le dijo que Él no iba a ir más con ellos, sino que los iba a guiar Su ángel y Moshé se negó, no quiso estar bajo las leyes naturales, sino que fuese la Providencia Divina la que los guiara).
El alma dice que Su fruto (la Torá) es sabrosa a su paladar. Hablar y estudiar Torá, es algo que está en la boca y con ello tiene placer el alma de Shelomó.
Otro aspecto al que hace alusión, es que, al decir que es dulce al paladar, se refiere a los secretos más profundos, tal que dice el rey Shelomó en Kohélet (Eclesiastés) que la miel (las cosas más profundas de la Torá) esté debajo de tu lengua.
Cantar de los cantares 2 Versículo 4
Después el alma de Shelomó relata cómo ese sentimiento y esa relación profunda, le van a conducir, como preludio, a la profecía.
A lo largo de todo el Cantar de los Cantares, el vino representa a la profecía (Tal como dijimos al principio, que los besos de Dios son mejores que el mejor de los vinos). En consecuencia, la casa del vino, representa ese estado previo a la profecía en donde lo embarga un profundo lazo de amor con Dios (Tal como lo explica Maimónides en Hiljot Isodé Hatorá, el conocimiento conduce al amor a Dios, y este amor le hace querer conocer más acerca de Dios, lo cual le lleva a amar más a Dios, lo que se convierte en un círculo virtuoso).
Así como el amor antecede al beso, así también el entrar en la casa del vino (bodega) antecede a beber del vino (la profecía).
Y así como un estandarte es lo que se iza y flamea en lo más elevado y lo que lo identifica, así el amor hacia Dios, es el estandarte que flamea en lo más alto del alma de Shelomó y con quien se identifica.
Cantar de los cantares 2 Versículo 5
Es entonces, cuando el alma de Shelomó pide poder estar siempre en esos estados, entre el del vino, la profecía y el de las manzanas, la sabiduría de Dios, como dijo en el versículo 2:3.
¿Cuál es el motivo por el cual desea el alma de Shelomó estar entre esos dos estados? La respuesta es porque está enferma de amor por Dios.
Cantar de los cantares 2 Versículo 6
Sin dudas, la percepción profética es superior a la percepción racional, es por eso que dice que quiere estar con Dios, que Su izquierda esté en la cabeza de Shelomó y con Su derecha (que es la que tiene más fuerza) que representa a la profecía, sea la que la abrace.
Nótese que antecede la cabeza y solo después viene la profecía, es decir, primero es imprescindible la sabiduría, el conocimiento de Dios y luego puede llegar a la profecía. Es por eso que el rey Shelomó cuando Dios le dice que pida lo que quiera, él responde que quiere sabiduría.
Cantar de los cantares 2 Versículo 7
Aquí termina ese primer contacto del alma de Shelomó con Dios y ahora se dirige a las demás facultades del alma, las “ hijas de Jerusalem ”; que no se apuren a despertar el amor hasta que este surja por sí mismo. Es decir, no forzar un estado (de profecía o inspiración Divina), pues no sería real, (tal vez sería producto de la imaginación) y las conjura por las cervatillas o las gacelas del campo (las dos en género femenino) cuya cualidad es que corren mucho, es decir, que no se apresuren y precipiten en la búsqueda de su pareja. Así el camino de la profecía debe ser transitado con cuidado y no apresurarse, debe ser paso a paso y como dijo en el versículo anterior, anteponiendo la parte racional para no llegar a falsas conclusiones.
Cantar de los cantares 2 Versículo 8
Es aquí donde comienza el relato de la segunda experiencia del rey Shelomó, y se extiende hasta el final del capítulo II.
Aquí vemos que es el amado (Dios) el que toma la iniciativa y llama al alma del Rey Shelomó para que salga en pos de Él (puede ser que el ir detrás de Dios se esté refiriendo al cumplimiento de los preceptos y encaminarse en los senderos de Dios, “lalejet vederajav”, ir en los caminos de Él).
No obstante, el alma de Shelomó no logra separarse del todo del cuerpo (es decir, no está en condiciones o no se preparó para un nivel alto de profecía) por lo tanto el diálogo es corto y acaba rápido. Esto hace alusión a lo que relata en Reyes I, 6:11 cuando Shelomó comienza la construcción del Templo:
“ Y fue la palabra del Señor a Shelomó diciendo: …Si te encaminares en Mis fueros y Mis leyes cumplirás y te cuidarás para conducirte por Mis mandamientos, he aquí que voy a cumplir lo que he dicho a ti con respecto a David tu padre. Y habitaré en medio de Israel y no abandonaré a Mi pueblo Israel ”.
¡La voz de mi amado! He aquí que viene desde las montañas, saltando entre los montes.
En Reyes I, 6:11 nos dice que este diálogo ocurre en el mes Ziv, es decir, en la primavera. Esta segunda vez, no dice que las hijas de Jerusalem (las demás fuerzas del alma) corren detrás de ella para atraparla y regresar el alma al cuerpo, tal como ocurre en la primera, pues esta vez no se trata de un nivel de profecía, sino de un nivel de inspiración Divina. En esta ocasión el encuentro fue muy corto y se separó Dios de Shelomó y es por eso que dice que duró “ Ad sheiafuaj haiom ” -hasta que despuntó el día-.
En el versículo nos describe cómo ocurrió este segundo encuentro. Fue como una voz lejana, desde las alturas de las montañas, no se trata de una voz terrenal, pero el alma del rey Shelomó, enseguida la reconoce, se trata del amado que viene hacia ella.
Cantar de los cantares 2 Versículo 9
La compara con un ciervo que aparece repentinamente y luego desaparece, como un relámpago en la noche oscura, que surge e ilumina
todo.
Se va acercando, desde las montañas pasa a los montes, desde los montes a los muros de la casa, hasta llegar a las ventanas.
Existen dos categorías de providencia Divina, es decir, de cómo Dios cuida de los seres humanos.
Una es general (a esto se refiere cuando dice que está detrás de los muros de la casa) es decir, que cuida al mundo y a las distintas especies en forma general, que no desaparezcan y que se mantengan. No se trata de un cuidado individual, sino de toda la especie en general.
La segunda categoría hace alusión a la providencia personal, y es a lo que se refiere cuando dice que mira desde afuera de la casa, por las ventanas, ahora ya no solo se trata de la casa en general, sino de cada uno que está adentro.
Luego dice que espía a través de las persianas, esto es una visión más íntima, hacia el interior de cada uno, ya no solo son los actos exteriores del individuo que se pueden ver desde afuera, sino de su interior, lo que realmente piensa y es.
Cantar de los cantares 2 Versículo 10
Como dijimos, esta segunda vez el alma de Shelomó no estaba preparada para un nivel superior de profecía, es por esto que es Dios el que “desciende” y se le acerca (no es Shelomó el que se eleva) Dios lo llama y le dice que se ponga de pie y que vaya, que se encamine, de esa manera podrá alcanzar la profecía, que salga de la cárcel del cuerpo.
Hasta ahora el amado la había denominado: amada mía, ahora agrega algo más, además de amada le dice: hermosa mía . Esto tiene que ver con lo que Dios le manifiesta a Shelomó esa segunda vez, que se encamine y se conduzca por Sus preceptos y esto ocurre cuando el rey Shelomó está construyendo el gran Templo, esforzándose por hacerlo imponente y hermoso, es por eso que ahora le dice que el alma de él es hermosa.
Cantar de los cantares 2 Versículo 11
Dios le dice que el otoño ya ha pasado, los días de la lluvia ya han terminado. Los sabios, suelen comparar al alma con un huerto que debe ser sembrado, y acorde a las semillas que sembremos en él, así serán los frutos que obtendremos. El alma nace neutra, no es que nace mala y debemos cambiarla, sino que nace indefinida, limpia, con todo el potencial de hacer germinar algo bueno (Para mayor profundización del tema ver Maimónides en Pérek Jélek).
Dios le dice que ya ha pasado el otoño. Dicha estación es cuando se prepara el campo para ser sembrado. También dice que los días de lluvia ya han pasado. La lluvia es la que hace crecer las semillas y entonces llegó el momento en que la siembra ya está lista para ser cosechada, es decir, llegó el momento de la segunda percepción del alma de Shelomó con Dios.
Es factible, que el Rey Shelomó esté ocupado con los detalles de la construcción del Templo, y es por ello que no puede prepararse tanto para alcanzar un nivel alto de la profecía, para aquellas semillas que plantó desde la primera vez y que tanto deseó, ya llegó el momento de que florezcan.
Tal vez hace alusión a que el rey Shelomó, no solo debe estar inmerso en los detalles y tareas de la construcción, sino que le sugiere que debe dedique tiempo también a su crecimiento espiritual.
Cantar de los cantares 2 Versículo 12
Los retoños ya se empiezan a ver sobre la faz de la tierra. Esto puede hacer alusión, a que los primeros frutos de aquel amor del principio ya están apareciendo, se refiere a los cimientos del Templo, ese palacio que construye para que habite su amado cerca de él.
Aquellas semillas que había sembrado, que habían quedado somnolientas, no murieron, sino que echaron raíces y ahora es la primavera, ya asoman los retoños.
Ha llegado el tiempo de los cantos de los pájaros. Las aves comienzan a cantar más en primavera, ha llegado el tiempo de que el alma de Shelomó pueda florecer.
Dios le dice que las tórtolas ya se oyen en nuestra tierra. La tórtola es un ave que durante el invierno emigra a tierras más cálidas y regresa cuando comienza a calentar el sol de primavera. La analogía es que los rayos del sol van a despuntar.
Anteriormente al principio del segundo capítulo se comparó con una flor que se nutre del sol, la flor es el alma de Shelomó y el sol es Dios.
Cantar de los cantares 2 Versículo 13
En Proverbios 27:18 el rey Shelomó compara el fruto dulce del higo con la inteligencia del sabio. Aquí nos dice que el árbol de higos ya ha cambiado su aspecto y ha comenzado a mostrar sus frutos aún verdes. Como es sabido, la higuera, a diferencia de los demás árboles, no maduran todos sus frutos de una sola vez; en lugar de ello, cada día un nuevo higo listo para comer, como comenta el Talmud en Eruvín 54ª:
“¿Por qué fue comparada la Torá con el higo? Porque, así como con la higuera, cada vez que la persona la palpa, encuentra nuevos higos listos para comer, asimismo ocurre con la Torá, cada día que la persona la estudia, encuentra algo nuevo con buen sabor ”.
Esparcen su fragancia las florecientes viñas. Tal como dijimos, en todo este poema, el vino y la vid representan la profecía, es decir, tanto la sabiduría como la profecía ya están a punto de dar frutos, y es por ello que le dice que se prepare y se encamine hacia la profecía.
Es de notar que no nos dice que los frutos ya están maduros, pues aquí en esta segunda vez, no se trata de un grado de profecía, sino de un nivel inferior, inspiración Divina ( Rúaj Hakódesh ).
Cantar de los cantares 2 Versículo 14
Dios vuelve a llamarla: “Paloma Mía” pues el alma de Shelomó permanece fiel a Dios. Tal como una paloma que reposa sobre un peñasco, en un lugar firme, alto, por sobre la tierra (es decir sobre lo terrenal y en un lugar apartado) lo contrario a esta lejanía sería la ciudad, donde reina el mundanal ruido que nos impide escuchar la suave voz de Dios.
Dice que está escondida, esto es para que nadie la vea e interrumpa, ahí en esa soledad sin tener que estar pendiente de las miradas de los demás, es ahí en donde puede hacerse ver, hacerse notar y ser escuchada.
Tal como lo hizo la vez anterior que, al hablar de Su amado, su amor por Él y Su descripción, reflejaban la manera en que el alma de Shelomó concebía a Dios y cómo lo captaba; acorde a ese nivel será el grado de profecía que va a tener.
Cantar de los cantares 2 Versículo 15
Los zorros son animales de los que normalmente se dice que son muy ingeniosos, saben artimañas para engañar a los demás; no quiere decir que son inteligentes, más bien hace alusión a la gran imaginación que poseen estos animales.
La analogía en este caso es que el viñedo, es decir, la profecía, está floreciendo, pero estos pequeños zorros, están arruinándolo todo. La facultad imaginativa es aquella que crea cosas en donde no las hay.
Bien utilizada, la capacidad imaginativa, puede ser muy útil, pero cuando no está supeditada y controlada por el intelecto es muy peligrosa, pues valiéndose del placer y la pasión, nos muestra conveniencia en cosas que realmente no lo son (Para mayor profundización del tema, ver “En el jardín del Edén”).
También puede estar refiriéndose a que el rey Shelomó está demasiado inmerso en las cuestiones del reino y la construcción del Templo y toda esa ocupación de las cosas técnicas, hacen que no le quede espacio para lo espiritual y su crecimiento interior, justo ahora que está en la plenitud de su vida.
Cantar de los cantares 2 Versículo 16
El alma de Shelomó dice que su amado está con ella y ella con Él. Nótese que primero nombra a Dios y recién después dice que el alma se entregó a Dios. Pues en esta vez, fue Dios el que tuvo la iniciativa de buscarla.
En vez de decir pastorea entre viñedos, dice pastorea entre las azucenas. El pastor es el que guía, el que conduce y esta vez no lo condujo por el viñedo, la profecía, sino por las azucenas que emanan fragancias y como dijimos al principio el Rúaj - aroma-, que representa la inspiración Divina.
Cantar de los cantares 2 Versículo 17
El alma es consciente de que este estado no va a perdurar mucho, sino solo hasta que despunte el día y caliente el sol y entonces las sombras se esfuman. Este estado no va a durar mucho, como el amor de una noche y para el amanecer, su amado se habrá ido de su alcoba.
Todo concluirá de la misma manera que comenzó, rápidamente, entre las montañas desde donde vino, escuchando la voz de su amado sobre los montes.
Ahora se aleja a las montañas como una gacela, como un cervatillo, la característica de estos animalitos es que siempre miran para atrás, la analogía pareciera ser que a pesar de que se aleja, no la abandona, sigue observándola.
Así concluye esta segunda experiencia de Shelomó.