Linea de tiempo
Nejemiá
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1
La Aliá de Nejemia
Los recuerdos de Nejemiá
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2
La construcción de la muralla
Los recuerdos de Nejemiá
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3
La construcción de la muralla
Los recuerdos de Nejemiá
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4
La construcción de la muralla
Los recuerdos de Nejemiá
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4
Distorsiones en la sociedad humana
la esterilidad del esfuerzo humano
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5
Regulaciones de Nejemia para los pobres
Los recuerdos de Nejemiá
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6
La operatividad contra Nejemia
Los recuerdos de Nejemiá
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7
Las enmiendas de Nejemia para la seguridad de Ierushalaim
Los recuerdos de Nejemiá
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8
Las enmiendas de Ezrá
Las reuniones del pueblo
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9
La gran confesión y el salmo de la plegaria
Las reuniones del pueblo
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10
La concertación del acuerdo
Los recuerdos de Nejemiá
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11
Las listas de los líderes del pueblo y los Cohanim
Los recuerdos de Nejemiá
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12
Inauguración de la muralla
Los recuerdos de Nejemiá
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13
Las enmiendas de Nejemia
Los recuerdos de Nejemiá
lior
Nejemiá 13 Versículo 1
Hay entre los comentaristas quienes sostienen que esto ocurrió luego de la inauguración de la muralla. Otros en cambio opinan que esto ocurrió luego que Nejemiá regresa de Babel, como dirá en el versículo 7. Otros opinan que esto es lo que había dicho anteriormente en 8:9.
Si bien en el libro de Ezra nos había relatado que se habían separado de las mujeres paganas, podemos ver de lo que está escrito aquí, que no todos habían cumplido lo que Ezra les encomendó, y que solo una pequeña parte del pueblo se separó de las mujeres paganas. Esto fue así, pues Ezra era un líder espiritual y no tenía la fuerza política que disponía Nejemiá, que ostentaba el cargo de Gobernador de Judea por parte del imperio persa, con todo el poder y autoridad que ese cargo impone.
Daat Mikra, sostiene que lo que leyeron es el libro de Debarim en el capítulo 23.
los amonitas y los moabitas no debían entrar jamás en la asamblea de Dios Menciona específicamente que estos dos pueblos no podían nunca formar parte del pueblo de Israel, para fortalecer el hecho de que Tobiá, quien era uno de los gobernantes de Amón, tal como dijo antes en el capítulo 2, debía ser expulsado y no ser aceptado en Israel.
Nejemiá 13 Versículo 2
Tal como dice la Tora, el motivo por el cual no se aceptan los miembros de Amón y de Moab en el seno del pueblo de Israel, es por su falta de sensibilidad y humanidad para con el pueblo de Israel cuando salieron de Egipto, pues esos dos pueblos: Amón y Moab, son los descendientes de Lot, sobrino de Abraham, quien adoptó y cuidó de Lot cuando éste quedó huérfano.
El comentarista Malvim dice que, la actitud de estos pueblos era realmente inexplicable, pues si realmente Amón y Moab temían al pueblo de Israel, entonces deberían haberse apresurado a ofrecerles a Israel alimento y bebida en el desierto, para así lograr estar en paz con ellos. Y si el motivo por el cual no se acercaron a brindarles hospitalidad es porque no les tenían ningún miedo, entonces ¿por qué dice luego que contrataron a Bilam para que maldiga al pueblo de Israel, tal como dice en Bamidbar 22?
En la época de Sanjerib todos los pueblos se habían mezclado, pues este jefe militar tenía como estrategia que una vez que conquistaba un país, removía a todos los habitantes de allí y los instalaba en otro país muy lejano, y a su vez hacia traer individuos y familias de países lejanos para poblar ese país que acababa de conquistar, de esta forma se aseguraba que los lugareños no tengan el incentivo de querer liberar su patria, pues esa no era su tierra.
No obstante esto, por ser que Tobiá, se veía a sí mismo orgullosamente parte del pueblo de Amón, es por eso que entonces se lo trata como tal y no se lo acepta en el pueblo de Israel, aunque él mismo acreditaba que tenía sangre judía.
Nejemiá 13 Versículo 3
Los comentaristas Ralbag y Malvim, sostienen que aparentemente algunos de Amón y de Moab se habían convertido al judaísmo, es por eso que ahora, al enterarse de que no pueden formar parte del pueblo de Israel, entonces son separados del pueblo, y si bien Sanjerib había mezclado a todos los pueblos, por cuanto que eso sucedió unos pocos años antes, aun se conservaba y se recordaba un poco el linaje de cada uno.
Nejemiá 13 Versículo 4
Muchos comentaristas, dicen que se refiere a que antes de que este suceso en que Nejemiá leyó la Tora, ya desde entonces el sumo sacerdote Eliashib, estaba emparentado con Tobiá.
Otros, como Daat Mikra, sostienen que en realidad se puede entender como, que está expresando una situación más grave aún, y es que el mismo sumo sacerdote era consuegro de alguien de Amón.
Nejemiá 13 Versículo 5
Por ser que era consuegro suyo y uno de los gobernantes de Amon, el sumo sacerdote lo honraba demasiado, hasta el punto tal que le asignó un recinto en el mismísimo Templo de Dios, y para ello hizo que todas aquellas cosas sacras que en ese cuarto se depositaban, sean quitadas de allí, para otorgarle ese espacio a un pagano cuya entrada al Templo debería estar vedada.
El motivo por el cual el pueblo de Israel se sentía tan unido y no le pareció mal esta actitud del sumo sacerdote, es porque tal como dijo antes en 6:18, eran varios los que tenían pactos y deudas con Tobiá, y probablemente Eliashib, que era pariente de él, también le debía bastante, es por eso que para congraciarse, aprovecha cuando Nejemiá se fue a Babel, pensando que ya no volvería a Jerusalem, y entonces le otorga ese lugar preponderante a Tobiá en el Templo.
A causa de esa afinidad con Tobiá que tenían muchos de los judíos, es que Nejemiá, precisa demostrarles de la misma Tora, que esa situación es inadmisible.
Este versículo es una clara crítica al sumo sacerdote que no tuvo reparos en quitar las ofrendas de Dios, para dejarle un espacio en la casa de Dios a un líder pagano. Además de este acto despreciable, esto ocasionó que al ver el pueblo semejante actitud, sea lógico que entonces dejen de entregar al Templo las ofrendas para los sacerdotes y los diezmos para los Leviim.
Nejemiá 13 Versículo 6
Pasaron 12 años y Nejemiá debía volver ante el rey, pues el rey lo había autorizado a ir por un lapso de tiempo. Es entonces cuando los que estaban en Jerusalem, pensando que Nejemiá ya no regresaría, van dejando sin efecto todos los decretos que él había establecido, y Tobiá es el primero que quiere desestabilizar la influencia de Nejemiá.
Acorde a la opinión de Daat Mikra, esto ocurre en el año 432 antes de la era común.
Si bien dice: rey de Babel como ya vimos en casos anteriores, los reyes de Persia se hacían llamar así, tal vez porque habitaban en aquella ciudad luego que fue conquistada, o porque era un título de prestigio, los que destruyeron y ocuparon el trono de Babel.
No obstante, Nejemiá, cuando se entera de todo eso, vuelve a pedir permiso al rey para regresar a Jerusalem y le es concedido.
Nejemiá 13 Versículo 7
Una vez que Nejemiá regresó, reflexionó para ver cómo reaccionar ante la gravedad del acto tan imprudente y desafiante que había hecho Eliashib, el sumo sacerdote, de concederle a Tobiá un lugar tan preponderante a pesar de ser Tobiá de Amón; además de todo esto, al pueblo de Israel no le pareció mal esta actitud ni eran conscientes de la gravedad del asunto.
Nejemiá 13 Versículo 8
Nejemiá, no dudó un instante y tomó una medida drástica y elocuente. Actúa con toda diligencia y estrictamente, pues entiende que, si muestra la más mínima tolerancia en este tema, no podrá frenar la asimilación.
Y si bien, muchos del pueblo guardaban cierta simpatía o le debían dinero a Tobiá, Nejemiá, tal como dice el comentarista Malvim, ya había leído a oídos de todo el pueblo que la Tora había prohibido a uno de Amón que forma parte del pueblo de Israel, mucho menos que esté instalado en la casa de Dios.
A pesar que Tobiá no estaba allí ni vivía en ese recinto, no obstante, había hecho instalar ciertas pertenencias suyas como para tomar posesión del lugar.
Debemos resaltar que esta actitud de Nejemiá, fue muy osada y requería mucha valentía, pues Tobiá no era una persona común, sino un jefe de Amón y con buenas relaciones con los demás gobernantes de la zona, como ser Sambalat, tal como dijo en 6:1
Nejemiá 13 Versículo 9
Al ser que fueron ocupadas por un pagano que no tenía la más mínima noción de pureza e impureza con respecto al santuario judío, lo más probable es que en su ignorancia o tal vez negligencia, haya ingresado cosas en estado de impureza. Es por eso que Nejemiá ordena que primeramente se purifique todo y que ese recinto vuelva a recobrar el estado de pureza y consagración para lo que fue concebido.
Nejemiá 13 Versículo 10
De aquí y hasta el versículo 14, Nejemiá se encargará de reestablecer la situación de los Leviim; pues éstos, al carecer del sustento que debía serles asignado por su servicio en el Templo, debieron abandonar su labor en el santuario para ir a los campos a trabajar o a pedir los diezmos que les correspondía. Obviamente esto ocasionó que el servicio en el Templo quede desplazado por falta de personal.
Si bien al final del capítulo anterior había dicho: Pues Yehudá se regocijaba por los Cohanim y Leviim que servían… Y todo Israel, en días de Zerubabel y en días de Nejemiá, daba las porciones correspondientes a los cantores y a los porteros como se demandaba para cada día y día; así también consagraban la parte para los Leviim, y los Leviim consagraban la parte para los hijos de Aarón. Este entusiasmo del pueblo, fue desvaneciéndose paulatinamente, pues al observar la actitud del sumo sacerdote, que desplazó las ofrendas de los Leviim para agasajar a un idólatra, el pueblo comenzó a desconfiar de la decencia e integridad de los que hacían la labor en el santuario, es por eso que dejaron de otorgar los diezmos, que anteriormente otorgaban de buena gana y con entusiasmo.
por lo que los Leviim y los cantores que hacían el servicio se habían ido, cada uno a su campo Cabe resaltar aquí, tal como lo señala Daat Mikra, que, ante esta situación, solamente los Leviim fueron los que abandonaron el servicio en el Templo, no obstante, los Cohanim, se mantuvieron en sus puestos y labores sagradas.
Nejemiá 13 Versículo 11
Ante esta situación, Nejemiá reprende a los encargados por haber permitido semejante degradación. Si bien, el máximo responsable por el servicio en el santuario es el sumo sacerdote, Nejemiá evita una confrontación directa con él, y amonesta a los que están en un rango menor al sumo sacerdote, y de esta manera le envía un claro e inequívoco mensaje a él.
Entonces los reuní y los restablecí en sus puestos No espera que ellos tomen la iniciativa para recomponer la situación, sino que él mismo manda a llamar inmediatamente a los Leviim a sus puestos.
Nejemiá 13 Versículo 12
Cuando el pueblo vio que Nejemiá volvió a establecer el orden, la disciplina y la seriedad en todo lo que tenía que ver con la obra del santuario; entonces recuperaron la confianza en el servicio del Templo y volvieron a entregar gustosamente los diezmos para mantener a los que realizaban las tareas del servicio Divino.
Nejemiá 13 Versículo 13
Otra acción que hace Nejemiá, es nombrar otras personas que sean los encargados de estas cosas, para que, de esta forma, no vuelva a suceder que un solo individuo (como había ocurrido antes con el sacerdote Eliashib) pueda él solo desestabilizar el servicio en el Templo con tal de congraciarse con alguien o por algún otro mezquino interés personal.
Todas estas personas que designa Nejemiá, tenían una conducta intachable y gozaban de la confianza de todo el pueblo, es por eso que de esta forma, quedó reestablecida la fe del pueblo en que sus diezmos serían bien encausados y utilizados para el servicio Divino.
Daat Mikra, sugiere que este Tzadok que es mencionado aquí, se trata de Tzidkiá, que es el que firma luego de Nejemiá en la declaración que habían hecho en el capítulo 10:2.
Nejemiá 13 Versículo 14
Como es obvio, estas actitudes de Nejemiá, contra personas de muy alto rango, como ser Tobiá y Eliashib, el sumo sacerdote, le habrán ganado nuevos enemigos que lo acecharían y buscarían cualquier error o excusa para acusarlo ante el rey de Persia.
no borres las obras de misericordia que he hecho Es importante destacar, que Nejemiá no está solicitando a Dios un pedido personal para él o una recompensa a sus actos, sino que lo que Nejemiá implora a Dios es que, la obra que realizó con tanto esfuerzo y osadía, no sea borrada, que no sea anulada, sino que se mantenga. No debemos olvidarnos que si bien Nejemiá, anteriormente había dictado varios decretos y leyes para evitar la asimilación y mantener el normal desarrollo del servicio Divino, cuando él regresó a Babel, al poco tiempo, todos estos edictos fueron olvidados e incumplidos, en el santuario los Leviim fueron desplazados para congraciarse con los paganos; es por eso que Nejemiá ruega a Dios, para que haga prosperar sus buenas acciones y que se mantengan, por el bien de la causa Divina.
Nejemiá 13 Versículo 15
A partir de este versículo y hasta el versículo 22, Nejemiá abordará el tema de la profanación del Shabbat y cómo obró con mano dura para volver a reestablecer la santidad del Shabbat.
En aquellos días se refiere a los días subsiguientes, a cuando regresó de Babel.
Comienza describiendo las tareas prohibidas en Shabbat, desde las más graves a las más leves. Trabajos que ellos mismos hacían, como así también las que hacían con sus animales y por medio de los no judíos.
El motivo por el cual preferían dedicarse a la compra y venta en Shabat, es porque al ser que en este día no tenían que trabajar en el campo, entonces podían dedicarse a otras cosas, tal como hoy en día que mucha gente aprovecha el tiempo libre que tienen para dedicarse a hacer compras y visitar los centros comerciales.
Nejemiá 13 Versículo 16
De este modo, la ciudad de Jerusalem comenzó a llenarse de todo tipo de habitantes paganos, comerciantes de otros pueblos lejanos, que venían desde las costas y se instalaban allí porque veían la posibilidad de ganar dinero.
Esto además de atentar contra el Shabbat, también amenazaba la integridad del pueblo de Israel, pues al estar cada vez más mezclados con paganos, se acrecentaba el riesgo de asimilación.
Daat Mikra señala que los habitantes de la ciudad costera de Tzor, eran aliados de los persas, por lo tanto, disponían de inmunidad y de permiso por parte del imperio para establecerse en dónde quisieran.
El versículo recalca dos puntos:
1. Ocasionan que el Shabbat sea transgredido.
2. Que esta profanación sea hecha en la mismísima ciudad sagrada de Jerusalem, frente a la Casa de Dios.
Nejemiá 13 Versículo 17
Nejemiá reprende a los jefes del pueblo, pues ellos son los que deberían haber velado por la santidad del Shabbat. Y por ser que de ellos dependía amonestar al pueblo para que eviten estas acciones en Shabbat, Nejemiá les recrimina como si fueran ellos mismos los que han trasgredido el Shabbat.
Nejemiá 13 Versículo 18
Nejemiá, apela al sentido común de la gente, ellos mismos habían sufrido el exilio, y después de muchos años y con mucho esfuerzo lograron volver y restablecerse en Jerusalem, disponiendo de una limitada autonomía y libertad de culto, algo que cada uno valoraba después de tantos años de sometimiento a otros pueblos. Es por eso que les recuerda que precisamente este tipo de actitudes fueron las que llevaron a que la ciudad sea destruida y que salieran al exilio, tal como lo dijeron los profetas Irmiahu 17:27 “Pero si no me escucháis en cuanto a santificar el Shabbat, y traéis carga y entráis por las puertas de Jerusalem en día de Shabbat, entonces prenderé fuego a sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalem, y no se apagará” o en Yejezkel 22:8 “Has despreciado mis cosas sagradas y profanado Mi Shabbat”
Nejemiá 13 Versículo 19
También aquí, Nejemiá no se contenta meramente con amonestar a los responsables de esa situación, sino que inmediatamente toma medidas y establece decretos contundentes y drásticos para revertir esa situación, en este caso, ordena que las puertas de la ciudad, que, durante todos los días de la semana, se cerraban normalmente al anochecer, en la víspera del Shabbat se cerraran un par de horas antes, cuando ya la sombra pegaba sobre la muralla, la ciudad debía cerrarse y no se abrían las puertas durante todo el Shabat, aunque el sol estuviera bien alto y no hubiese peligro de que sea saqueada, igualmente permanecía cerrada, para así evitar que ingresen mercancía o se arme un mercado en Shabbat.
Entonces puse algunos de mis siervos en las puertas Y para fortalecer aun más este decreto y que todos viesen que debería ser respetado a toda costa, Nejemiá pone parte de sus hombres armados para hacer respetar a rajatablas esa orden.
Nejemiá 13 Versículo 20
Rashí explica que, ante esta actitud de Nejemiá, los comerciantes, acamparon en las afueras de la ciudad, con la intención de que los habitantes de Jerusalem salieran y comprasen sus mercancías en las afueras de la ciudad y de esta forma poder forzar lo que Nejemiá trataba de evitar.
Nejemiá 13 Versículo 21
Entonces Nejemiá adopta una actitud más enérgica contra ellos y hace uso de su autoridad y poder, haciéndoles una amenaza clara de que utilizaría contra ellos la fuerza del ejército si continuaban en esa actitud de desafío y rebeldía contra su decreto y autoridad.
Nejemiá 13 Versículo 22
Daat Mikra dice que la orden a los Leviim era, que luego que se purifiquen y se preparasen para Shabat, deberían montar ellos guardia sobre las puertas de la ciudad para velar que el Shabbat sea respetado. Y por ser los Leviim las personas encargadas de guardar la santidad del Templo, quién mejor que ellos para que sean los encargados de guardar la santidad del Shabbat en la ciudad de Jerusalem. Está claro que esta función de los porteros Leviim era solamente durante el día de Shabbat y no para el resto de los días de la semana.
Por esto también acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de Tu misericordia Nuevamente Nejemiá vuelve a apelar a Dios para que haga prosperar esta nueva acción que establece para proteger el Shabbat y que no sea derogada una vez que él se vaya.
Nejemiá 13 Versículo 23
A partir de este versículo y hasta el versículo 28, Nejemiá abordará el tema de los casamientos con mujeres paganas o de otros pueblos y también aquí, como antes, obró estrictamente y con mano dura, para evitar la asimilación; sin hacer miramientos con nadie, ya sean personas sencillas, campesinos o de las más altas esferas o jerarquías.
En aquellos días También aquí se refiere a los días subsiguientes, a cuando regresó de Babel; lo que nos demuestra todos los cambios que se habían hecho durante la época que Nejemiá no estuvo en Jerusalem, y cómo éste obró diligentemente para reponer el orden reinante.
Nejemiá 13 Versículo 24
De este versículo podemos deducir que se trata de que habían vuelto a tomar a aquellas mujeres que en la declaratoria que habían asumido en el capítulo 10 se habían comprometido a divorciar. Los hijos de aquellas mujeres que ellos habían divorciado “temporalmente”, se habían ido con sus madres, y habían sido educados por ellas en las culturas y lenguas paganas. Por lo que eran como sus madres y nada tenían que ver con el pueblo judío.
Nejemiá 13 Versículo 25
También aquí Nejemiá se muestra enérgico e implacable. Haciendo uso de todo su poder e imponiendo toda su autoridad. Actúa con todo el rigor de la ley, pues estas personas eran reincidentes, habían prometido bajo juramento, divorciar a las mujeres paganas, tal como vimos en el capítulo 10, y ahora volvieron a tomarlas. Nejemiá era el gobernador de Yehudá y por ende disponía de autoridad por parte del imperio para castigar y hacer cumplir los decretos, no duda en hacer uso de esa facultad.
les arranqué el cabello Ezra no tenía esa fuerza, es por eso que en Ezra 9:3 dice: Y cuando oí tal cosa, rasgué mi vestido y mi manto, y me arranqué el cabello de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado, en cambio, Nejemiá cuando se percata de esa situación por parte del pueblo, no es él quien se arranca los cabellos, sino que se los arranca a ellos. Actúa implacable y no les permite esa actitud asimilatoria y constantemente les recuerda que precisamente por esas transgresiones es que fueron expulsados de la tierra y entregados cautivos en manos de otros pueblos.
No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos Nejemiá los puso en jerem los excomulgó, juramentando al pueblo para que ninguno de ellos se case con ellos, ni que entreguen a ellos a sus hijas o hijos en matrimonio. De esta manera, con este castigo ejemplar, lograría que tal vez se arrepientan o evitar que otros quieran seguir el ejemplo de ellos.
Nejemiá, no permanecía indiferente ante su pueblo, cuando se ama al prójimo, no se puede ser pasivo y dejar que se dañe o que se hiera, sino que por todos los medios a nuestro alcance debemos tratar de impedírselo.
Nejemiá 13 Versículo 26
Nejemiá no solo actúa con fuerza, sino que también les explica por qué obra así, cuál es el peligro y el daño que se causan.
Para todos aquellos que minimizaban el hecho de casarse con mujeres paganas, argumentando que eso no pondría en peligro su judaísmo y que ellos se mantendrían fuertes y firmes en su fe, Nejemiá les replica trayéndoles como ejemplo, ni más ni menos que al rey Shelomó, que fue un hombre muy sabio y aun así las mujeres paganas hicieron desviar su corazón.
y era amado por su Dios No deben menospreciar el hecho de casarse con mujeres paganas, pues a los ojos de Dios es algo muy malo. Aun Shelomó que era amado por Dios, hasta el punto de haber sido llamado Iedidiá (amado de Dios), aun así, Él no le perdonó el pecado de casarse con mujeres paganas, hasta el punto que su reino fue dividido, tal como dice en Melajim I 11: 1 Pero el rey Shelomó, además de la hija de Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras, moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas, 2 de las naciones acerca de las cuales el Señor había dicho a los hijos de Israel: No os uniréis a ellas, ni ellas se unirán a vosotros, porque ciertamente desviarán vuestro corazón tras sus dioses. Pero Shelomó se apegó a ellas con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres que eran princesas y trescientas concubinas, y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Pues sucedió que cuando Shelomó era ya anciano, sus mujeres desviaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no estuvo dedicado por entero al Señor su Dios, como había estado el corazón de David su padre. 5 <Porque Shelomó siguió a Ashtoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 Shelomó hizo lo malo a los ojos del Eterno, y no siguió plenamente al Señor, como le había seguido su padre David. 7 Entonces Shelomó edificó un lugar alto a Kemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 8 Así hizo también para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses. 9 Y el Señor se enojó con Shelomó porque su corazón se había apartado del Eterno, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, 10 y le había ordenado en cuanto a esto, que no siguiera a otros dioses, pero él no guardó lo que el Señor le había ordenado. 11 Y el Señor dijo a Shelomó: Porque has hecho esto, y no has guardado Mi pacto y Mis estatutos que te he ordenado, ciertamente arrancaré el reino de ti, y lo daré a tu siervo.
Nejemiá 13 Versículo 27
Si así le ocurrió al rey Shelomó, ¿cómo vosotros os atrevéis a pensar que eso no les pasará a ustedes? ¿Cómo no tratan de ser prudentes y alejarse de esa situación que ha hecho caer a hombres más grandes y sabios que ustedes?
Ralbag dice que el sentido de este versículo debe entenderse de la siguiente manera: Acaso transgrediréis este mandamiento, luego de haber escuchado lo que la Tora dice al respecto y los castigos para aquel que transgreda este mandamiento, acarreándose a ustedes mismos todo ese mal y rebelándose contra Dios, tomando para ustedes mujeres paganas. Acaso no deberían haber aprendido la lección y temer de Dios
Nejemiá 13 Versículo 28
Daat Mikra hace notar que el texto ni siquiera quiso citar el nombre de ese individuo que prefirió casarse con una mujer pagana. Es por eso que Nejemiá lo echó de Jerusalem. No está claro si se refiere al hijo o aun al sumo sacerdote Eliashib, pues también habíamos visto su actitud favorable hacia los paganos, tal como dijo antes en el versículo 4.
No obstante, el comentarista Metzudat David, dice que en realidad al que echó de Jerusalem fue a aquel que estaba casado con la mujer pagana y no quiso divorciarla, y el motivo de esta actitud de Nejemiá, no era solo como castigo al hijo de Eliashib, sino también, para evitar que su suegro Sanbalat de Jorón, tenga acceso a lo que sucede en Jerusalem, en los ámbitos más íntimos del santuario y pueda delatarlos constantemente o interferir en todo lo que sucede entre los judíos, es por eso que decide echarlo y así su suegro no podría acercarse a Jerusalem ni interferir en ninguno de sus asuntos.
Nejemiá 13 Versículo 29
En realidad, los Cohanim eran los que deberían velar por que el pueblo se mantenga fiel a Dios y Su Tora, pero en cambio ellos mismos se habían profanado y asimilado. Es por eso que Nejemiá apela a Dios para que Él les dé el merecido castigo a su actitud.
Hasta aquí Nejemiá hace cuatro cosas con los que habían regresado a sus mujeres paganas o con aquellos que no las habían divorciado:
1. Los alecciona y los castiga
2. Les enseña y les explica lo malo y peligrosa de esa actitud y sus graves consecuencias.
3. Los excomulga a todos aquellos que no abandonaron a sus mujeres paganas prohibiendo al resto del pueblo que se casen con ellos.
4. Expulsa a los cohanim, aun al hijo del sumo sacerdote (a tal vez al mismo sumo sacerdote) por su nivel de asimilación y relación con los paganos.
Nejemiá 13 Versículo 30
Además de expulsar a los Cohanim que no eran dignos, purificó al resto que se quedó sirviendo en el santuario, es decir, corroboró que cada uno de los que servían en alguna labor del servicio Divino, su linaje sea puro, sin mezcla con mujeres paganas.
Nejemiá 13 Versículo 31
El comentarista Malvim, dice que recuerda aquí el tema de la provisión de la leña para el santuario, puesto que en la declaración solemne que hacen en el capítulo 10, al final también agregan que se comprometían a traer leña para el altar.
En resumen, cuando regresa de Babel al ver que las cuatro cosas que el pueblo se había comprometido en la declaración solemne que habían jurado todo el pueblo y sus líderes en el capítulo 10 (no casarse con mujeres paganas, no profanar el Shabbat, cuidar el servicio Divino en el santuario y entregar a los Leviim los diezmos), fueron transgredidas y violadas, toma medidas enérgicas para regresar la situación al punto anterior y hacer respetar ese compromiso que habían asumido, desde el principio hasta el final.
¡Acuérdate Dios mío de mí, para bien! Todas estas apelaciones que Nejemiá hace a Dios, nos demuestra que todas las acciones de él, no fueron para su propio interés, o por abuso de poder, sino que lo hacía por el honor de Dios, el respeto a la Tora y por el bien del pueblo de Israel y la continuidad del establecimiento del pueblo en su tierra.
No debemos olvidar que Nejemiá, fue un hombre íntegro y valeroso, que no tuvo miramientos para con nadie, y se enfrentó a los campesinos, a los hombres ricos, a los poderosos a los gobernantes y a los sacerdotes, esto hacía se sienta solo y amenazado y criticado por todos los estratos, es por eso que acude a Dios para que lo proteja y atestigüe Él que su corazón fue fiel y obró con pureza e integridad.
Como conclusión podemos decir que el libro de Ezra y Nejemiá es muy actual para nuestros días, pues también en nuestra generación, el pueblo de Israel regresa a su tierra y se asienta en ella luego de un largo cautiverio y exilio. El pueblo debe establecerse nuevamente, organizarse y fortalecer su fe en sus raíces y aprender de los errores del pasado y de aquellas cosas que nos llevaron y nos empujaron al exilio.
Por un lado, Ezra, enseñaba e inspiraba, por el otro lado, Nejemiá, con su autoridad y el poder que ostentaba con su cargo político, puede emitir decretos y órdenes para el pueblo.
Nejemiá no teme de nadie ni tiene miramientos para con nadie, vemos que se enfrentó a los hombres ricos de Jerusalem para que condonen las deudas de los pobres, se enfrentó a los poderosos como Tobiá y Sambalat, expulsándolos de Jerusalem. No temió ni escuchó lo que los jefes de los demás pueblos le pedían o aconsejaban, no le tembló el pulso cuando debió expulsar a cohanim que no eran dignos del servicio Divino, también se enfrentó contra los comerciantes y contra los protegidos del imperio persa que hacían que el pueblo transgreda el Shabbat, aun contra el pueblo se enfrentó, obligándolos a que abandonen a las mujeres paganas y sus hijos, es por eso que constantemente se refugiaba y solicitaba a Dios que lo ayude, que lo proteja y bendiga para que su misión tenga éxito y prospere su labor, pues no lo hacía por él o su propio beneficio, sino que actuaba por la Gloria de Dios, por el honor de Su Tora y por la continuidad de Su pueblo Israel.