Linea de tiempo
Levítico
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1
Ofrenda de Holocausto
La ley de los sacrificios
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2
La ofrenda de harina
La ley de los sacrificios
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3
Ofrenda de paces
La ley de los sacrificios
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4
La ofrenda por el pecado
La ley de los sacrificios
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5
La ofrenda por la iniquidad
La ley de los sacrificios
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6
Mandamientos de los sacrificios para los Sacerdotes
La ley de los sacrificios
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8
Los siete días de consagración
Inauguración del Tabernáculo
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9
El día octavo
Inauguración del Tabernáculo
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10
El pecado de Nadav y Avihú
Inauguración del Tabernáculo
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11
Impureza de los animales
Ley de impureza y pureza
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12
Impureza de la parturienta
Ley de impureza y pureza
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13
Impureza de la lepra
Ley de impureza y pureza
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15
Impurezas del cuerpo
Ley de impureza y pureza
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16
El servicio de Iom Hakipurim
Ley de impureza y pureza
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17
Diversas leyes
Ley de impureza y pureza
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18
Prohibición de relaciones sexuales ilícitas
Las secciones de la consagración
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19
Consagrados serán
Las secciones de la consagración
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20
El castigo de los pecadores
Las secciones de la consagración
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21
Consagración de los Sacerdotes
Las secciones de la consagración
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22
La preservación de los sacros de los hijos de Israel
Las secciones de la consagración
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23
La consagración de los tiempos
Las secciones de la consagración
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24
Diversas leyes
Las secciones de la consagración
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25
Año Sabático y Jubileo
El pacto en el monte Sinai
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26
La bendición y la maldición
El pacto en el monte Sinai
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27
Leyes de tasación de promesas consagradas a Dios
El pacto en el monte Sinai
Levítico 21 Versículo 1
INTRODUCCIÓN CAPÍTULOS 21-24
El tercer libro de la Toráh, Levítico, encierra como contenido principal, el pedido de santidad, pedido éste que fuera formulado a los pies del Sinai, cuando D's dice al pueblo de Israel, por medio de Moshéh: "Vosotros seréis para Mí un reino de Nobles y Nación consagrada" (Éxodo 19:6). Y así sucesivamente vimos pasar en los capítulos anteriores. del libro Levítico las leyes concernientes a los sacrificios, que tendían a absolver a las personas por los errores cometidos sin alevosía; después, a partir del Capítulo XI veremos cómo la Toráh regula todos los aspectos de la vida que tienden hacia la santidad y la consagración, por ejemplo: la prohibición de ingerir determinados alimentos, la prevención de afecciones cutáneas y otras. Después aparecen las leyes cuya finalidad es preservar el Santuario de la impureza. Un lugar central también ocupan las leyes que tienden a regularizar la constitución de la familia mediante la prohibición de la relación incestuosa y aberrante. Ahora, a partir del Capítulo 21 y hasta el 24, el tema central será la consagración de los Cohaním, sacerdotes dedicados con exclusividad al servicio de D's, enseñando al pueblo normas de conducta tendientes especialmente a preservar la santidad del Mishcán Tabernáculo que simbolizaba la Presencia de la Divinidad en el seno del campamento de Israel. Por último, desde el Capítulo 25 hasta el final del' libro, el tema será la consagración de la Tierra de Promisión mediante los años sabáticos y los Jubileos. Con esto se habrá logrado la unión indisoluble entre D's, Su pueblo Israel y la Tierra de Israel. Todo el resto de los libros del Tanáj no serán más que la historia y el desarrollo de esta interrelación que tendrá su apogeo y su perigeo. Y así la historia de nuestro pueblo se desarrollará con tiempos de luz y tiempos de oscuridad, tiempos de sometimiento y tiempos de libertad hasta alcanzar la Gueuláh Shlemáh, o sea, la redención última y definitiva que representa la aspiración central del pueblo de Israel y de su Idea Mesiánica.
Versículo 1: "DIJO ADONAI A MOSHÉH: HABLA A LOS COHANÍM, HIJOS DE AHARÓN ... "
Casi todos los comentaristas focalizan su atención interpretando la repetición del verbo (hebreo) "Amor","אמר"-decir-, tres veces en un solo versículo. Sin embargo, Rambám sostiene que en el Tanáj los verbos "Amor" -decir- y "Dabér" -hablar- se usan indistintamente; él ofrece las pruebas textuales correspondientes. Nuestra traducción está basada en sus comentarios. Empero, Rashí interpreta la repetición de este verbo diciendo que el pedido de la Toráh mediante la repetición del verbo "Amor", se hace para insinuar que los mayores deberán decir y transmitir a los menores. Si bien el hombre judío se hace responsable de sus actos religiosos y espirituales solamente a partir de la edad de trece años y un día, los padres tienen .a obligación de educar a sus hijos hacia esa responsabilidad futura, desde la más tierna edad.
" ... POR PERSONA MUERTA NO HABRA DE IMPURIFICARSE".
El tema de Tumát Met, טומאת מת -la impurificación ritual causada mediante el contacto con un cadáver-, ha sido explicada por los intérpretes de la Toráh en tres posibilidades, a saber: a) es conocido que en la antigüedad los sacerdotes paganos estaban íntimamente ligados al culto de los muertos y a la necromancia, por lo tanto nuestra Toráh, que es Torat Jaim, Toráh de Vida, quiere impedir la depresión espiritual y anímica de sus adherentes, alejándolos -mediante prohibiciones legales- del culto de los muertos. Con mayor razón los Cohaním, que eran los maestros espirituales del pueblo, debían permanecer absolutamentre alejados de ese culto, hasta el punto de no asistir a ninguna ceremonia de duelo; por supuesto,con las excepciones que la misma Toráh enumera a renglón seguido.
b) En la época de la Mishnáh (Rabbán Iojanan Ben Zakai) nos ha enseñado que "lefi Jibatán hi Tumatán" ,לפי חבתן היא טומאתן,de acuerdo con el amor que profesamos por la persona, en vida de la misma, así debemos alejarnos de sus despojos mortales, dándoles sepultura, manifestando así el amor Y respeto que les confesamos en vida; el permanecer junto al cadáver, o el no dar sepultura debida al mismo nos convierte en impuros, transmitiendo la Tumáh טומאה a todo lo que nos rodea. Esa es la Norma de Torat Jaím -la Toráh de la Vida- Cabe notar que la religión judía prohíbe la cremación y la categoriza como "Jukót Hagoi" חוקות הגוי -, o sea "norma pagana". amén de ser un acto destructivo y despreciativo de primera magnitud.
c) Los místicos de Israel desarrollan la idea enunciada en el libro del Zohar que dice que el cuerpo desprovisto de alma es una fuente de impureza para los sacerdotes. El comentarista S. R. Hírsch lo expresa con estas palabras: "La muerte es el símbolo de la materia desnuda de alma y espíritu. Ella representa la naturaleza física en su forma más absoluta y constituye la negación de la libertad moral que la Vida nos ofrece y que es la base misma del servicio a D's y de nuestra facultad para elevamos hacia el ideal sagrado. Es por eso que la vida constituye el trampolín hacia la santidad, mientras que su polo negativo, donde reina la naturaleza inanimada y que reduce al hombre a la impotencia, es la fuente misma de toda impureza ritual" (véase el comentario de S. R. Hirsch a Levítico 5:13). Por último el Talmud, en el tratado Berajót 58:B, insinúa que no habría que frecuentar voluntariamente el cementerio más de una vez cada treinta días, como máximo.
"... EN SU PUEBLO".
Quiere decir, mientras el cadáver esté entre su gente y su pueblo y haya quien le dé sepultura; de no ser así, este cadáver está en categoría de "Met Mitsváh", o sea que es una mitsváh primordial darle sepultura (basado en Rashí).
El Talmud, en el tratado Nazir 47-b, dice que en el caso de Met Mitsváh, aún el Cohén Gadól, Sumo Sacerdote, tiene la obligación de darle sepultura, aun si habría de desatender por ello algún acto ritual en el Santuario. La Mitsváh de dar sepultura al cadáver es llamada por nuestros sabios " גמילות חסדים ", "Guemilút Jasadím", o sea una manifestación de amor y bondad irrestrictos e incondicionales.
Levítico 21 Versículo 2
Rashí, basado en el Talmud, explica que la palabra "Sheeró", que literalmente quiere significar "su carne" (y que traducimos como consanguíneo) hace alusión a su esposa. El judaísmo considera a la esposa como parte del mismo ser del esposo. Tal vez ésta será la intención del versículo en Génesis que reza: "Por ello, el hombre deja a su padre y a su madre y se adhiere a su mujer y se tornan en una sola carne" (Génesis 2:24). Si bien la Toráh había prescripto que el Cohén debe mantenerse alejado de todo lo concerniente a la persona muerta, la Toráh, en su gran comprensión por los sentimientos del ser humano, prescribe también que el Cohén deberá ocuparse de la sepultura de los seres queridos que conforman su núcleo familiar básico.
Levítico 21 Versículo 3
De momento que la hermana todavía no ha sido desposada, pertenece al núcleo familiar básico del Cohén, y por lo tanto éste tiene la obligación de ocuparse eventualmente de su sepultura. Si él se rehusase a ello hay que compelerlo a hacerlo. Lo mismo ocurre con todos los consanguíneos enumerados en los versículos 2 y 3. Para dejar marcado el carácter compulsivo de este acto, el Talmud nos relata lo que ocurrió con Iosef el Sacerdote cuya esposa había fallecido la víspera de Pesaj y él no había querido impurificarse en su sepultura, empero sus hermanos Cohaním decidieron obligarlo a cumplir con esta Mitsváh compulsivamente (T.B. Zebajim lOOa) . .
Levítico 21 Versículo 4
En una primera interpretación, Rashí entiende el término "בעל ", "Bahal", como esposo, y dice que si la esposa eventualmente fallecida del Cohén fuere persona profana para el Sacerdocio, en ese caso no rige la ley que compele al esposo a ocuparse de su sepultura, incurriendo en impureza ritual. Pero Najmánides entiende que la palabra "בעל ", "Bahal", quiere decir: "Señor", lo que indica que, al estar el sacerdote en una jerarquía religiosa elevada, él no debe incurrir en impurificación ritual, en este caso, por ocuparse de lo que concierne al cadáver y su sepultura.
Levítico 21 Versículo 5
Véase nuestro amplio comentario al respecto en Levítico 19:27 y 28. Véase también Deuteronomio 14:1, donde. rige esta prohibición para todo Israel, explicando para ello la Toráh que Israel. es un pueblo consagrado a su D's. Todos estos ritos paganos eran prohibidos no sólo para los Cohaním sino para todo Israel. Sin embargo, nuestro versículo hace una mención especial para los Cohaním, ya que en un momento de dolor y desesperación ellos podrían olvidar su condición de Cohaním y su jerarquía religiosa, y de allí que la Toráh insista especialmente en estas prohibiciones.
Levítico 21 Versículo 7
A medida que la persona asume una jerarquía sacerdotal, las leyes que regulan su unión matrimonial se hacen más exigentes y así vemos que, amén de las leyes que prohíben las relaciones matrimoniales ilícitas para todo el pueblo de Israel -y que figuran en Levítico 18--, la Toráh agrega nuevas restricciones al sacerdote, que sin embargo podrá desposar a una mujer viuda también, no así el "Cohén Gadol" -Sumo Sacerdote- quien no podrá desposar ni siquiera a la mujer viuda, sino explícitamente a la mujer virgen, como figura en nuestro capítulo en el versículo 14.
La única nobleza o alcurnia que la Toráh reconoce es aquélla que confiere una más amplia dimensión moral.
La halajáh determinará que los "Cohaním" -Sacerdotes- deberán cuidar en sus uniones matrimoniales el Ijus Hamishpajáh, o sea aquel abolengo que no tiene nada que ver ni con las herencias matrimoniales ni con títulos nobiliarios, sino con la moral humana en su manifestación esencial, y que conforma la relación del hombre con su prójimo en el terreno de la vida diaria. El Sacerdote de jerarquía religiosa tiene que mantenerse ajeno a conflictos matrimoniales que podrían derivar en conflictos sociales o en difamación.
Levítico 21 Versículo 8
La consagración del Sacerdote implica una norma de conducta que, de no ser respetada por este último, el pueblo mismo tiene el deber de compelerlo hasta cumplirla. Los sabios del Talmud infieren también de este versículo que había que honrar al Cohén, no solamente cuando existía un Santuario, sino también después de la destrucción del mismo, y es por eso que en cualquier ceremonia religiosa o consagración, el Cohén debe ser el iniciador de la misma, pronunciando él las bendiciones correspondientes en primer lugar (Rashí, basado en el Talmud). Cabe recordar que en nuestros días en la sinagoga tradicional, es el Cohén quien inicia la lectura de la Toráh, siendo honrado con la primera Haliáh.
Levítico 21 Versículo 9
Los sabios del Talmud concuerdan que se trata aquí de una mujer vinculada matrimonialmente según las leyes Talmúdicas, mientras que la hija soltera de un Cohén no está afectada por esta ley. Abarbanel agrega que eventualmente el padre de una hija casada que incurriese en adulterio no deberá protegerla o encubrirla, ya que se estaría profanándose a sí mismo.
Levítico 21 Versículo 10
En los versículos 10 al 15, la Toráh enunciará los aspectos especiales y rigurosos que marcarán la diferencia entre el Cohén Gadól-Sumo Sacerdote-y sus hermanos los Cohaním simples. El Cohén Gadól, ni siquiera podrá exteriorizar su duelo como lo hacen los otros Cohaním; su dedicación al Santuario era total y exclusiva no pudiendo salir del mismo casi nunca, haciéndolo, según algunos intérpretes, solamente para retirarse a su casa y al descanso nocturno.
En síntesis, el mensaje parece ser el siguiente: D's Eterno, fuente de vida, pide que el Cohén Gadól dedicado a Su servicio, esté aferrado a la vida alejándose de todo lo concerniente a la muerte, aun en las situaciones más extremas, como figura en los versículos 10 y 11.
Los intérpretes de la Toráh dicen que la grandeza del Cohén Gadól tenía que manifestarse en distintas áreas como: "grande en sabiduría, estético en su aspecto exterior, con independencia en lo material; de no tenerla, sus hermanos los Cohaním debían preocuparse por su logro o consecución. Caber recordar que los Cohaním no poseían tierra ni propiedad alguna -como el resto de las Tribus de Israel y vivían solamente de una parte de las ofrendas que el pueblo de Israel hacía al Santuario. Por lo tanto, la idea parece ser que el Cohén Gadól debería vivir y servir despreocupado de problemas de subsistencia material.
Levítico 21 Versículo 11
Los sabios del Talmud interpretan que, si bien por su padre y por su madre no podrá incurrir en impurificación ritual, sí lo podrá hacer cuando se trata de un Met Mitsváh, pues el mismo Cohén Gadól tenía obligación de darle sepultura, en el caso de encontrarse ante el cadáver de una persona desconocida. Esto recalca el sentido de igualdad que la Toráh confiere al ser humano, ya que en el caso del Met Mitsváh encontramos al hombre que ocupaba la mayor jerarquía de su pueblo, dando sepultura a una persona anónima y desconocida. La jerarquía religiosa no confiere poderes, sino más bien es un cúmulo de deberes y exigencias para personas dotadas de un alto grado de espiritualidad. El mensaje parece ser: en la medida en que la sociedad confiere títulos y honores en forma creciente también la modestia deberá aumentar en forma creciente hasta llegar a su grado máximo, que los sabios del Talmud ilustran con el caso del Met Mitsváh.
Levítico 21 Versículo 12
Ibn Hezra, basado en los intérpretes anteriores a él y en el Talmud, dice que el versículo quiere implicar que la salida del Cohén Gadól del Santuario no podrá producirse a menos de que fuera para el cumplimiento de un precepto o deber religioso. Los Sabios de Israel dicen que al Sumo Sacerdote le quedaba vedada la salida del Santuario cuando estaba ocupado en el Servicio a D's. En otras palabras, él no debía "salir de su Santidad", quiere decir que, tanto en su permanencia en el Santuario o durante su salida física del mismo, debía permanecer totalmente consagrado al Servicio de D's.
Levítico 21 Versículo 15
De lo que se desprende que, si el Cohén Gadól violare algunas de las prescripciones referentes a las leyes matrimoniales que la Toráh enuncia, la descendencia nacida de tal unión será profana para el sacerdocio, o sea, no podrá desempeñarse como Cohén en el Santuario. Empero es un judío con plenos derechos y obligaciones.
Cabe recordar que la hija nacida de una unión ilícita para el Cohén, puede casarse legalmente con cualquier "Israel" y si de esta unión naciera una hija, ésta última podrá casarse con un Cohén. De lo que resulta que el pueblo de Israel hace de "Ente purificador" para los Cohaním. En última instancia la santidad o pureza del Cohén le provendrá de su pueblo, Israel.
" . . . EN SU PUEBLO ... "
De lo que se deduce que los Cohaním no pueden casarse con una mujer nacida en otra religión, aunque ésta se convirtiere al judaísmo.
Levítico 21 Versículo 17
Este versículo aparentemente nos genera un dilema moral, a saber: la persona ¿cuenta por su esencia o por su apariencia? Maimónides, abordando este tema, dice que el vulgo y la masa del pueblo no tienen la capacidad de descubrir la esencia del ser humano, ya que ellos consideran grande solamente aquellas personas que resaltan por su belleza estética o por el esplendor de sus vestimentas, y como quiera que el Santuario tenía que ser un recinto admirado y respetado por todo el pueblo, la Toráh cuidará también el aspecto exterior de las personas que oficiaban y que estaban en contacto directo con los fieles. Empero el levita, que participaba especialmente en los coros del Santuario, no quedaba afectado por estas leyes, concernientes a los defectos corporales. Ellos quedaban inhabilitados solamente cuando perdían la voz. El autor de Minjáh Beluláh entiende que en los santuarios paganos ocurría todo lo contrario, ya que aquellas personas defectuosas e incapaces de realizar otros trabajos se dedicaban con exclusividad al culto de sus ídolos y por eso la Toráh quiere establecer una distinción básica entre el culto monoteísta y el culto pagano.
Levítico 21 Versículo 22
La inhabilitación del Cohén defectuoso era solamente parcial y no a todos los efectos, pues seguía gozando de todos los derechos de los demás Cohaním, especialmente de aquéllos concernientes a su subsistencia. Según el Talmud -tratado Iomá (54-a)- a los Cohaním defectuosos se los pasaba al servicio interno del Santuario -por ejemplo, eran los encargados de seleccionar la leña para los sacrificios.
Es probable que, por analogía, esta Ley deba aplicarse también a aquel obrero que sufriere incapacitación para realizar su trabajo u oficio normalmente. En ese caso el empleador deberá proveerle una labor acorde a su deteriorada condición física, para no cortar su fuente de subsistencia, sin atentar contra su dignidad, al ofrecerle un sueldo por su trabajo antes que una dádiva.